El discreto encanto de la vida conyugal

Reseña del libro “El discreto encanto de la vida conyugal”, de Douglas Kennedy

El discreto encanto de la vida conyugal

Tenía muchas ganas de leer a Douglas Kennedy porque había oído maravillas de él, tanto de lectores en redes sociales como en muchos medios nacionales e internacionales. Me alegro de haber empezado con este libro porque me ha recordado a un autor mío muy querido: Julian Barnes. Como él, en esta novela nos habla de las dificultades en las relaciones, el paso del tiempo y la idealización del amor. Temas que, personalmente, me interesan mucho y me suelen calar hondo si se profundiza bien.

Estamos ante una novela que narra a dos tiempos. Por un lado, conocemos a una protagonista que se encuentra en un matrimonio en el que se aburre y no es feliz, todo lo contrario a como pensaba que sería su vida. Y, por otro lado, conocemos a la Hannah del pasado y la relación con su familia. Esto nos permite entender cómo y por qué ha llegado hasta donde ha llegado, así como por qué es como es.

Me ha parecido muy interesante y ligera la pluma de la autora, se lee muy rápido y permite conocer muy bien a los distintos personajes, no solo de manera individual sino cómo son y han sido los unos con los otros. Y quiero recalcar “han sido” porque muchas de las relaciones cambian con el tiempo. Pero, me pregunto: ¿qué tipo de relación no cambia con el tiempo? Hace poco leía en la última novela de Sally Rooney que “no podemos conservar nada, menos aún las relaciones sociales, sin alterar su naturaleza, sin impedir de una forma antinatural parte de su interacción con el tiempo.” Y así es: las relaciones cambian porque nosotros cambiamos a lo largo del tiempo. Las circunstancias y situaciones que vivimos nos afectan, así como las cosas que nos hacen y las emociones que sentimos.

Esto es lo que le ocurre a la protagonista. Y, también, como consecuencia de todos estos cambios, llegan las desilusiones y las decepciones también a su vida. Porque, ante todo, esta es una novela sobre la vida, las decisiones que tomamos y las que decidimos no tomar. En este caso, ella quiso seguir la vía que le imponía la conservadora sociedad estadounidense de mediados del siglo XX y dedicarse a su familia, a pesar de haberse desarrollado profesionalmente. No me sorprendió este punto porque es el modelo con el que ha crecido.

Pero, en cambio, sí me sorprendió la fuerza que muestra como mujer porque su madre no se lo puso nada fácil… En mi opinión, es de ese tipo de madres que vuelcan todos sus problemas con sus hijas y se comportan de manera cruel con ellas. Pero, a su vez, también ha sido una manera de ver cómo influyen los problemas mentales en la familia y no solo en la persona que los sufre. Hannah nunca la acusa de ello, a pesar de que sufre mucho y, en ocasiones, necesitas que le plante cara o que, incluso, la deje de hablar.

El discreto encanto de la vida conyugal no solo habla de la vida y los acontecimientos que la ponen patas arriba y que acaba siendo muy diferente de lo que imaginabas, sino también de una sociedad concreta en un periodo en el que la mujer no era del todo libre, pues se esperaba que dejara de lado sus aspiraciones profesionales por anteponer a su familia (ni siquiera a ella misma). Una historia sobre el matrimonio, lo que cuentan sobre él y lo que luego es realmente. Una novela en la que la familia es esencial, no solo la que construimos con nuestra pareja, sino también nuestros padres y los padres de estos, pues, aunque no queramos, somos el resultado de lo que hemos vivido en nuestra infancia. Y podemos replicarla sin darnos cuenta. Creo que es importante pararse a reflexionar sobre estos temas porque confecciona lo que somos en nuestra vida adulta.

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