Encrucijadas

Reseña del libro “Encrucijadas”, de Jonathan Franzen

Encrucijadas

Volver a casa por Navidad es sinónimo de paz y bienestar, a pesar de que todo el mundo sepa que no hay peor cuña que la de la propia madera, y que quien bien te quiere te hará llorar, por citar dos refranes que vienen perfectos para ilustrar que en muchas ocasiones el hogar puede ser la fuente de las más enconadas disputas.


Russ Hildebrandt, un párroco de un barrio residencial de Chicago, y su familia se preparan para la Navidad de 1971. Son tiempos convulsos, especialmente en una ciudad como esa, con los conflictos raciales a la puerta de casa y Vietnam de fondo, aunque Russ tiene sus propias preocupaciones en la cabeza. De puertas afuera, un ministerio con el que no logra enganchar a los jóvenes, a diferencia de su compañero de parroquia Rick Ambrose, el cura cool que ha sabido salvar mejor la brecha generacional. Dentro de casa, una esposa reprimida y hastiada y cuatro hijos cuya apariencia idílica esconde un buen puñado de cuitas. Clem, el mayor, se debate entre seguir en la universidad e ir al frente, Becky tiene a la vez un despertar sexual y una revelación divina, Perry trafica con drogas y el pequeño Jay comienza a enterarse de todo. En medio, el principal anhelo de Russ, que condiciona tanto su labor con los feligreses como la relación con los suyos. ¿Ser digno de la gloria de Dios? No, ganarse el favor de Frances Cottrell, una joven viuda que se acaba de mudar a la zona y se ha apuntado a su grupo de caridad en los barrios desfavorecidos.


Encrucijadas, de Jonathan Franzen, es un libro magnífico, que significa el retorno a la ficción de uno de los más grandes escritores de su generación, uno de los elegidos, de aquellos capaces de aunar el aplauso de la crítica con el triunfo en las listas de ventas. Si bien quizá no representa la cumbre de su creación, el Franzen de 2021 se parece bastante al de la década pasada, y no sé si por virtud del tiempo transcurrido (cinco o seis años por novela) o por su varita mágica, consigue no repetirse. Se muestra mordaz, divertido cuando hace falta, controla el ritmo como nadie y aprovecha para sacudir a diestro y siniestro. La religión y sus ministros quedan retratados a través del discutible comportamiento de Russ, pero además aprovecha las tramas de sus hijos para introducir reflexiones sobre la guerra, el auge de las drogas o el movimiento hippy, todo aquello por lo que el principio de los setenta será recordado.


Franzen, pues, continúa siendo un genio para pasar de lo particular a lo general, para recrear el drama de las vidas anónimas, para encapsular en una narración llena de detalles personales un tiempo, un momento en la Historia. De este modo demuestra que no es necesario colocarse justo al lado de los grandes momentos del pasado para comprender sus consecuencias, basta con observar muy detenidamente a aquellos que fueron testigos de su tiempo, aunque solamente les tocara de refilón.


Por lo que se anuncia, Encrucijadas formará parte de una trilogía, Una clave para todas las mitologías, como la ha llamado el propio Franzen. Cierto que hay algo de preparatorio en esta novela, que se demora quizá más de lo debido para tejer las vidas pasadas de los personajes, y que no llega a grandes conclusiones, pero eso no quita un ápice a lo que es para mí uno de los grandes libros del año.

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