Iguana Blues

Reseña del libro “Iguana Blues”, de Concha Fernández Milián

Iguana Blues

Hace poco descubrí que existe un género literario llamado “literatura psiquiátrica” al cual pertenecen los libros que abordan las enfermedades y la salud mental. Concha Fernández Milián, médico psiquiatra desde hace casi veinte años, es, además, escritora de este género que os comento. Iguana Blues es su segundo libro publicado y en él aborda también los trastornos mentales desde su particular perspectiva. Y digo también porque hace unos días reseñé su novela Más allá de la puerta blindada, en la que se tratan estos temas. En su primer libro conocemos a muchos de los personajes que la autora ha escogido para desarrollar en más profundidad en esta nueva novela. Aunque son personajes que aparecen en el anterior libro, no es necesario haberlo leído para entender el siguiente. Eso sí, yo lo recomiendo, no porque os vayáis a perder en la lectura, sino porque merece muchísimo la pena leer Más allá de la puerta blindada.

En Iguana Blues, Concha Fernández Milián rescata a Luz, una paciente que ingresó en la Unidad de Agudos de psiquiatría tras un brote. Luz, creyéndose la mujer del mismísimo Miguel Ángel, cogió sus bártulos y pinturas y se plantó en Roma. Allí, frente a La Piedad, se despojó de sus ropas, dejando su cuerpo desnudo y cubierto de pintura ante la estatua para sorpresa de turistas y carabinieri que la mandaron directa al hospital de Nuestra Señora de Lourdes, donde ya era una vieja conocida. Y es que Luz tiene un trastorno bipolar que la lleva a estar en lo más alto y en lo más bajo. No es la primera vez que ingresa, ya estuvo hace unos años en uno de esos momentos de bajada con una fuerte depresión.

Pero ahora, tras su último ingreso, Luz está recuperada. Tiene su tratamiento y el apoyo de su novio y familia. Con la inminencia del alta, Luz se plantea su verano y decide ir al pueblo, Dos Pasos de los Olmos, donde hace más de doce años que no va a pasar unos días. Allí la esperan su madre, su hermana Carmen, su cuñado, sus sobrinos y un pasado que esconde muchos secretos.

Junto a su hermana deciden hacerse cargo del bar de la piscina durante el verano. Luz es una excelente cocinera y pronto se corre la voz en el pueblo y alrededores sobre sus deliciosas tapas. Todo un éxito con el que no contaban. Para ayudarles, aparecerán Mario y Ainoa, dos amigos de la infancia y adolescencia. Los tres tienen mucho que contarse, mucho pasado por sacar a la luz y muchas heridas por cicatrizar. Y este es, sin duda, el mejor momento para ello.
También volvemos a saber de Miguel, aquel chico introvertido de extraños sueños y de Pedro, el melenudo del tatuaje de la iguana que sigue con sus particulares delirios. Aparece la doctora Eva, cubriendo la baja de la doctora Rafaela, y el doctor Camarena, a quienes les tocará vivir juntos una aventura de lo más surrealista.

Pero además de Luz, que me parece un personaje brillante, en Iguana Blues Concha nos presenta a Wanda María Carey, una mujer afroamericana que trabaja como auxiliar de enfermería en la planta de psiquiatría. Un personaje que me ha atrapado por su sinceridad, por la crudeza de su relato y por su arrojo.

Iguana Blues es una novela de mucha profundidad. En este libro Concha realiza un retrato exquisito de los personajes, principalmente de Luz y Wanda y de la doctora Eva. Conocemos su presente y su pasado y todas las circunstancias que las llevan a estar donde están hoy.

Además de los trastornos mentales, Concha trata entre las páginas de Iguana Blues temas como la homofobia, el acoso escolar o el racismo y lo hace con maestría, elegancia y con esa humanidad que destilan sus libros.

Igual que no dudé en recomendaros Más allá de la puerta blindada, un libro que, como ya dije, debería ser lectura obligatoria, tampoco tengo dudas ahora en recomendaros Iguana Blues. Me parece igual de necesario y todo un lujo adentrarse en esta historia de redención y resiliencia.

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