La bruja negra, de Laurie Forest

La bruja negraEn el colegio aprendí muchas cosas. Aprendí literatura, historia, matemáticas (lo que menos, no me gustaba demasiado), incluso religión. Absorbí todo lo que mi cerebro fue capaz de asimilar y he seguido aprendiendo cosas a lo largo de los años. Pero aquello no era importante, lo más importante de todo es que me enseñaron a razonar, a comprender, a debatir e incluso a cuestionarme la realidad. Todas esas cosas me hicieron ser quien soy hoy, no tengo la menor duda. Y doy gracias porque creo que eso supuso dotarme de una mente crítica, al menos lo suficientemente crítica como para emplearme a fondo en recapacitar sobre las cosas que me rodean. 

Pero esto no suele ser así. Aunque cada vez menos, todavía existen sitios donde es mejor crear ovejas en vez de cerebros críticos. Niños que no se cuestionen nada y que vivan felices con lo que les ha tocado vivir. Lo siento, no lo comparto. 

Y de todo esto me he estado acordando mientras leía La bruja negra, de Laurie Forest, y ahora vais a entender por qué. Elloren Gardner es la nieta de la última bruja negra. Es la única descendiente y la que tiene que ocupar su lugar, pero Elloren no tiene poderes y además tiene muy claro que quiere ser botánica. Se ha criado toda su vida en un entorno sin magia junto a su tío y ahora debe ingresar en una universidad donde los poderes son los protagonistas. Allí conocerá a un montón de seres distintos que proceden de diversos lugares y cuyos poderes varían dependiendo de la raza. Ahí es donde el lector se va a dar cuenta del mundo tan increíble que ha creado la autora de este libro. 

No hay que olvidar que, de momento, es la primera parte de cuatro novelas que se van a desarrollar en este universo, por lo que es imprescindible que el primer libro encuadre muy bien la ambientación que nos vamos a encontrar en el futuro. Laurie Forest se encarga de ello y se preocupa mucho por meternos de lleno en ese mundo que ha salido de su imaginación. No lo descuida en ningún momento y eso hace que el lector no pueda salirse ni un segundo de la historia. Esto es importante porque la magia que rodea a esta historia llega a traspasar el papel. 

Lo que más llama la atención de Elloren es la evolución que tiene, y esto hay que destacarlo sobre todas las cosas. Ella era una niña con unas creencias firmes y una ideología muy marcada. Así se criaban a los niños en aquel lugar. Pero después de entrar en la universidad y conocer todo lo que conoce, su mente se va abriendo poco a poco para hacerla más crítica. A través de ese pensamiento crítico nos enfrentaremos a temas tan variados como la injusticia, la homofobia, el racismo o las heridas del pasado que parecen querer abrirse cuando ya estaban casi sanadas. Esa evolución del personaje principal, que es maravillosa, hace que esta obra sea especial. No tenemos a una protagonista adolescente más que va a lo suyo y a salvar el mundo o a hacer la misión que le ha sido asignada. No, tenemos a una protagonista que ayudará mucho a los jóvenes que lean esta novela. Les enseñará que tener una mente crítica es imprescindible, que vale más pensar por uno mismo que creer todo lo que el entorno le ha metido con calzador en la cabeza. De ahí que yo empezara la reseña de la forma en que la empecé, porque creo que Elloren es un muy buen personaje principal que va a gustar mucho y que va a enganchar a la mentes de los más jóvenes. 

Las lenguas —no especificaré si buenas o malas— dicen que este libro les ha recordado mucho a la saga protagonizada por Harry Potter. Bueno, es cierto que trata de magia, que el ambiente escolar (aquí universidad, en aquella el colegio) es el encuadre principal y que nos encontramos con clases y apuntes y libros. Pero por todo lo demás… no se parece en nada. Vale, podríamos fijarnos en la mirada crítica que ambas autoras quieren que utilicemos ya no solo al leer sus libros sino en la vida en general, pero por todo lo demás no he encontrado ningún parecido. 

En definitiva, La bruja negra es un libro que me ha sorprendido muchísimo. Cuando salió en inglés ya hubo un pequeño revuelo entre la comunidad de lectores de novela fantástica, pero jamás pensé que me encontraría con lo que me he encontrado aquí. Ya sabéis, por lo de la mente crítica y lo de no creerme lo que no veo y esas cosas. 

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