La guerra de las dos reinas

Reseña del libro “La guerra de las dos reinas”, de Jennifer L. Armentrout

La guerra de las dos reinas

¿Cuál es la saga con el mejor crush con el que os habéis topado nunca? La mía es De sangre y cenizas, porque además su protagonista es valiente y tenaz, cuya evolución y poder a lo largo de los diferentes volúmenes es de los más brutales y bien construidos que podréis encontrar en la literatura de fantasía con romance.

Dicho esto, paso a entrar en detalles y a explicaros todo lo que me ha hecho sentir el cuarto libro de la saga, de la gran Jennifer L. Armentrout. En La guerra de las dos reinas comenzamos justamente donde acabó Una corona de huesos dorados: Casteel encarcelado y Poppy, junto a los wolven y los drakens, decidida a luchar por su marido, dispuesta a recuperarlo y a declarar la guerra contra Solis para salvarle a él y a Atlantia, para eliminar todo el sistema corrupto y plagado de mentiras de Ileana y los Ascendidos y construir un mundo mejor. Porque ella puede, porque ella lo vale. Porque no es solo una reina, es una diosa. Además, después de lo que descubrimos al final del tercer tomo, la búsqueda de su verdadero padre es inminente y necesaria para comprender muchas cosas.

Sinceramente, este libro, al igual que sus predecesores, es muy bueno, pero sí que es verdad que es demasiado extenso: ochocientas páginas de las cuales, mínimo, yo hubiera quitado doscientas o trescientas. Desde mi punto de vista hay demasiadas descripciones sobre estrategias militares y de lucha de Poppy y los suyos. También demasiadas descripciones de cada sensación y sentimiento de Poppy o de Hawke en cada instante, y eso llega a resultar tedioso. Es cierto que en algunos momentos son necesarias para conectar con los personajes y con cada situación, pero llegan a desesperar porque da la sensación de que no pasa nada. Y efectivamente así es hasta que no llegamos a la mitad del libro.

No obstante, una vez que coge ritmo y que dejamos atrás tanto pensamiento y descripción, la trama es un no parar de acción, violencia, sangre y sexo, tal y como nos tiene acostumbrados Jennifer L. Armentrout en esta saga. Las sorpresas y los giros nos provocan taquicardia continua, pero me atrevo a decir que las tres mejores cosas que nos ofrece este tomo son: la ambientación, los diálogos y los personajes. Con personajes no me refiero solo a Poppy y a Hawke, sino a Kieran, Vonetta, Isbeth o Malik, ya que todos y cada uno de ellos forman parte de la historia de manera muy activa, aportan calidad y mucha miga a la trama, crean subtramas la mar de interesantes que nos generan curiosidad y ganas de saber más, y algunos, como Kieran, ya no son simples secundarios, sino protagonistas en toda regla. Kieran es un crush en sí mismo casi al nivel de Hawke, es el equilibrio entre nuestra pareja principal, su consejero, el que los mantiene cuerdos. Y si aparte de Kieran tengo que nombrar a otro personaje que me ha robado el corazón en este libro, ese ha sido Reaver. Tenéis que conocerlo para comprender por qué lo digo.

Con respecto a Poppy y Hawke, ambos han crecido y evolucionado mucho desde el primer libro y eso se palpa en cada capítulo. Hawke debe afrontar de nuevo el dolor, el encarcelamiento, como antaño le ocurrió, pero siempre obstinado y sin dejar de pensar en Poppy, cosa que nos hace amarlo más. Del mismo modo, Poppy ya no es esa joven manejada por otros, sino una reina fuerte y decidida que se nutre de su propio sufrimiento y experiencia, de su eather que intenta controlar para conseguir sus objetivos.

Por otro lado, la ambientación sigue siendo fabulosa, cada vez más trabajada y compleja. Es perfecta porque nos da la oportunidad de poder seguir descubriendo nuevas ciudades y lugares en este amplio mapa.

Y por último, ¿qué hay de la famosa polémica de la que tanto se ha hablado? Yo no voy a entrar en ella, cada uno es libre de opinar lo que quiera, pero a mí no me ha parecido mal y se ha llevado a cabo de una forma espléndida y cuidada.

En resumidas cuentas, La guerra de las dos reinas sigue la línea de los anteriores tomos ofreciéndonos acción, romance, morbo y tramas políticas. Y por si fuera poco, el final es más apoteósico que nunca, ya que no cierra un capítulo, sino que abre un nuevo inicio. ¿Lo malo? Tendremos que esperar mucho para el siguiente volumen, así que solo nos queda que la Jenny nos ilumine en febrero con la segunda parte del spin off: Una luz en la llama.

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