La sangre de la virgen

Reseña del cómic “La sangre de la virgen”, de Sammy Harkham

la sangre de la virgen

Los que hayan visto Los Fabelman, la última peli de Spielberg, tal vez vean algo de parecido con este La sangre de la virgen, sobre todo a raíz de la aparición en escena del tío de Sammy, trasunto este (Sammy, no el tío) del director, y de su discurso de “la familia y el arte te parten en dos”. Porque, básicamente de esto va este cómic: de la vida familiar y de las aspiraciones de un hombre en el mundo del arte, primero como guionista y luego como director. Un cómic que le ha costado acabar a su autor, Sammy Harkham, considerado el artífice del mejor cómic del año en su momento (Todo y nada) catorce años.

Estamos en California, en 1971, en donde Seymour, un joven de 27 años con sueños de artista y de desarrollo profesional tiene que compaginar su sufriente vida laboral como montador y escritor de guiones en una empresa que se dedica al cine de terror de serie B, con su desbordante y agobiada versión como marido y reciente padre. Lo cierto es que tiene una mujer algo insoportable, que casi siempre está de mala hostia y desganada, y es comprensible que a veces Seymour no quiera llegar a su casa a la hora que debiera.

El caso es que Seymour ha estado trabajando aparte en un guion propio y esto llega a oídos de su jefe. Sin siquiera leerlo, tan solo porque ha oído rumores de que es bueno (y siempre dentro de los estándares de serie B en los que ambos se mueven) decide comprárselo y le ofrece dirigirla a él mismo. Parece que el momento que tanto estaba esperando Seymour ha llegado al fin. ¿Será capaz de llevar la producción a buen puerto?

A medida que el rodaje avanza, (teniendo que solventar problemas de todo tipo: actores, financiación, equipos de grabación, luz, exteriores,… lo típico de cualquier producción, qué os voy a contar que no sepáis ya) la situación en su casa se vuelve caótica e incluso diría que extraña y como digo, la mujer también tiene lo suyo, porque en un momento, mediada ya la trama, decide largarse así de buenas a primeras la víspera de Navidades a casa de sus padres para tres semanas, y eso pues muy de comunicarse una pareja normal no es, por mucho que ella diga que se lo dijo…

De cualquier manera no se puede contar mucho más porque es una narración tan llena de detalles que hacen tan palpable y real esta historia que cada uno ha de dejarse llevar por ella. En líneas generales ya está todo contado y el tronco, el leitmotiv que guía todo el argumento es lo dicho al principio: la dificultad de la conciliación de profesión y vida familiar. A veces hay que renunciar a la familia y otras al trabajo.

Por otra parte, para alguien ajeno por completo a los intríngulis del mundo del cine (se pegó como una lapa a su amigo Joe Dante), tiene mérito la extensa tarea de documentación que ha llevado a cabo para sacar este La sangre de la virgen de una manera tan precisa y detallada.

¿Es, como afirma Harkham, necesario para tener éxito estar soltero y no tener vida? A juzgar por la historia que se nos cuenta en el tochazo flamantemente editado por la no menos flamante editorial cazatesoros Fulgencio Pimentel, sí.

En definitiva un excelente cómic que confirma a Fulgencio Pimentel como una editorial con un ojo cojonudo a la hora de elegir lo que edita. Un cómic que disecciona los problemas de una sociedad enganchada al trabajo, o de algunas personas en particular, que no saben desconectar de este ni separar sus vidas. Con un dibujo sencillo, que no simple, Sammy Harkham logra transmitir fielmente el mensaje que quería. Le habrá costado catorce años, pero, desde luego, ha merecido la pena.

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