La venganza de Ariadna, de Alba Quintas Garciandia

La venganza de AriadnaSiempre he dicho que me gustan los libros donde puedo encontrarme a mí misma. Esos en los que cuanto más avanza la historia, más me veo yo en ella. Como si pudiera ser la protagonista, como si lo que se está contando en esas páginas me pudiera ocurrir perfectamente a mí. 

Me ha pasado precisamente al leer La venganza de Ariadna, de Alba Quintas Garciandia y que es una de las novedades de la editorial Nocturna. Tengo que decir, como inciso, que me encanta esta editorial porque le está dando visibilidad a un montón de gente joven que tiene mucho que decir. Apuestan por voces no demasiado conocidas pero con gran talento y eso para mí, como escritora y, sobre todo, como lectora, es un gran orgullo.

Pero vamos a lo que vamos, ¿por qué me encontré yo en este libro? Esa es la cuestión. Y para ello necesito contaros de qué va esta historia.

Todo empieza cuando Astrid, una joven escritora que ha decidido abandonarlo todo para vivir consigo misma en un pueblo medio vacío, se encuentra a una chica deambulando por la calle. Esa chica, Martina, ha sufrido mucho, ha sido víctima de una violación. Astrid le abre las puertas de su casa sin pensárselo dos veces —aunque no la conoce de nada—, le da el refugio que ella necesita, sin vacilación, sin reservas. Se convierte, por una vez, en un hogar para alguien. Astrid y Martina empiezan a conocerse, la una queriendo darle el espacio que una víctima necesita, la otra queriendo lanzarse a sus brazos y contarle todo, aunque sabe que no puede. Tan distintas y a la vez tan iguales. Mujeres que han tenido que luchar precisamente por ser mujeres, ambas saben lo que la otra ha sufrido.

En definitiva, es una historia en la que los dos personajes van creciendo poco a poco a medida que avanza la historia, con la bandera feminista colgada de cada una de las páginas. Ese podría ser mi resumen. Alba Quintas ha creado un libro que habla de temas que están al orden del día: feminismo, violaciones, homosexualidad, represión, homofobia, presión social… Hay tanto que analizar dentro de este libro, que esta lista se hace interminable. Y Alba lo hace dándonos una historia donde las mujeres son las protagonistas. Y en este sentido no pasa desapercibido el papel de Olga, una señora que vive en el pueblo y que se ha convertido en el único apoyo de Astrid. Olga se convierte en una especie de gurú, una mujer sabia que le da consejos para lidiar con esa sociedad que no la quiere en ella. Es el personaje que más me ha gustado, sin duda.

Llama la atención la documentación de la autora, ya que Astrid decide abrir una biblioteca solo con títulos de mujeres, para reivindicar que estas hubieran triunfado en la historia de la literatura de no haber sido precisamente eso: mujeres. A través de esa biblioteca, conoceremos muchas autoras que dejaron una huella importante en Alba y nos encontraremos con sus palabras textuales que se convertirán en una especie de hilo para su propia historia. Esto me ha gustado mucho porque me ha ayudado a descubrir a un montón de autoras y sus obras y que pronto pasarán también por mi biblioteca.

No puedo terminar esta reseña sin decir algo que venía constantemente a mi cabeza mientras lo leía: no sé si este libro está hecho para alguien que no esté familiarizado con la lucha feminista ya que creo que, erróneamente, este podría pensar que se trata de ficción. La venganza de Ariadna es de todo menos ficción, tristemente. Y ahora que me pongo a escribir estas palabras aquí me cuesta desarrollar más este pensamiento. Quizás sea porque pensaba que en el fondo muchas personas piensan que las mujeres que dicen haber sido violadas o que han sufrido algún tipo de acoso, por ejemplo, son unas exageradas. Sí… creo que era algo así. Y precisamente por esto venía lo del principio de esta reseña. Yo me he sentido muy identificada con Astrid porque sé (y aquí no voy a decir el “creo” que tan a la ligera uso siempre) que yo también le abriría mis puertas a Martina sin ningún tipo de reserva y sin ninguna duda. Y también sé —de nuevo— que cada día ese pensamiento, tristemente, es menos compartido por la gente. 

En fin, gracias a Alba por hablar de este tema sin tapujos, por darnos a su vez una novela que se devora y que es muy entretenida, y por recordarnos la historia de Ariadna, la verdadera (por suerte yo la conocía porque una amiga mía no paraba de repetírmela una y otra vez), demostrando que la verdad siempre termina saliendo a la luz. Solo hay que saber cómo hacer que llegue. 

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