Las cartas que nos tocan

Reseña del libro “Las cartas que nos tocan”, de Ramon Gallart

Las cartas que nos tocan

Debe de ser cierto que algunas personas tienen su destino unido por un hilo rojo, como dice la leyenda. Almas que, a pesar de todas las circunstancias que encuentren en el camino, se unirán venciendo todo tipo de adversidades, incluidas, como el propio título de la obra indica, Las cartas que nos tocan.

Esta es la historia de amor que une a Hugo y a Cris, personajes principales de la primera novela de Ramon Gallart. Personas que son capaces de entregar su amor sin complejos ni prejuicios, superando todo tipo de barreras ideológicas preconcebidas. Escrita con un lenguaje claro, ameno y ágil, el autor nos invita a sumergirnos en la vida de Hugo con tal profundidad que, como lectores, conseguimos adentrarnos en su interior viviendo con él todas sus angustias, fracasos y éxitos, no exentos, también, de aventuras al más puro estilo policíaco.

Todo esto acompañado por unos personajes secundarios casi o tan maravillosos como el protagonista, en los cuales podemos apreciar cómo el autor trata con gran sensibilidad problemas con los que cualquiera de nosotros podríamos toparnos en nuestro día a día y que Ramon Gallart refleja con valentía en la novela. Problemas como el alcoholismo, la deslealtad, la culpa, el arrepentimiento, el perdón o la aceptación aparecen retratados en las páginas de Las cartas que nos tocan de manera brillante. El autor se desliza también, con suma delicadeza, por el concepto de la amistad, poniendo principalmente en relieve la tolerancia y el respeto a cualquier tipo de amor.

De esta forma, el autor nos presenta a Hugo, un chico en principio sin muchos alicientes, que no sabe bien qué hacer con su vida y que decide, junto a Manolo, su amigo de toda la vida, estudiar al fin una carrera universitaria que a donde le conduce directamente es al sofá de su casa. 

Manolo, sin embargo, encuentra su camino en una empresa donde se verá envuelto en un problema al que acudirán en su ayuda Hugo y otros personajes de la novela. En la misma empresa trabaja Cris, la otra gran protagonista, a quien Hugo conocerá en una fiesta que organiza su amigo. Allí se producirá el flechazo instantáneo, pero pronto descubrirá que Cris, esta preciosa y encantadora chica, es también bastante escurridiza. Hugo comienza a temer que oculta algo, una sospecha que el autor mantendrá a lo largo de la trama y que nos irá desvelando poco a poco, manteniendo hasta el final ese suspense e interés. 

Mientras seguimos con emoción su intrigante historia de amor, Ramon rodea a Hugo de unos personajes secundarios con mucha fuerza en la novela. Uno de ellos es Sonia, una chica a la que conocerá en una clínica en la cual acabará trabajando y donde ingresa para rehabilitarse de su problema con el alcohol. Allí se forjará una gran amistad entre ellos y llegará a convertirse en alguien muy especial, siendo para él un soporte vital, aunque, desgraciadamente, la vida nos sorprenda con finales no deseados a pesar de haber puesto toda nuestra fuerza en cambiar el destino de las personas. 

También conoceremos a Cipriano, todo lealtad, a su madre, su hermana Maite y su amiga Laia, Patricia, la mujer de Manolo, Aurora, la prima de Cris (quien le echa un cable en su desesperada búsqueda), Ramiro, el doctor… Personajes que nutren la trama y al personaje de Hugo y que, como dije anteriormente, reflejan problemáticas tan comunes en nuestra sociedad que nos hacen conectar con ellos de una forma inevitable, con una empatía natural. 

Con intriga, suspense, emoción y ternura, Las cartas que nos tocan es una maravillosa novela que, inevitablemente, llega al corazón del lector para instalarse en él. Una historia que emociona, que invita a la reflexión, a la tolerancia y al amor sin prejuicios.

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