Las guerras de los hombres

Reseña del libro “Las guerras de los hombres”, de Andrés Barrero

Las guerras de los hombres

Uno de mis múltiples defectos es que disimular se me da realmente mal. Soy muy clara en cuanto a mis emociones en casi todos los niveles de mi vida. Tampoco sé mentir bien, así que esto me obliga a ser prácticamente trasparente. Creedme cuando os digo que, en muchas ocasiones, se trata de un gran defecto.

Pero (ay, los peros) supongo que la ventaja de todo esto es que cuando algo me gusta (o no) se me nota a la legua. ¿Y por qué nos estás contando todo este rollo macabeo, querida Victoria? Pues porque vais a notar enseguida en esta reseña cuánto me ha gustado Las guerras de los hombres.

Este es el primer libro que leo de Andrés Barrero y ahora me pregunto por qué he tardado yo tanto en leer algo suyo. No sé, los libros nos llegan cuando tienen que llegar, supongo, y qué auténtica maravilla que este haya llegado a mis manos en este momento.

Dice el autor que “a las guerras les ocurre lo contrario que a las personas, cuanto más de cerca se miran menos sentido tienen”. Es por esto por lo que esta novela es tan humanista, porque a pesar de estar ambientada en la guerra de Ucrania, pone el foco en sus personajes, ofreciéndonos así una radiografía perfecta de los sentimientos y vidas de sus protagonistas.

Todas las guerras se parecen. Todas las guerras, en sus absurdas justificaciones, tienen un denominador común: el dolor que arrastran consigo. Las guerras de los hombres, a pesar de hablar sobre la guerra de Ucrania, podría haber estado ambientada en cualquier otro conflicto y no hubiese cambiado demasiado.

Pero esta guerra le ha tocado vivirla en primera persona a Marina Ossípovna. A ella y a su campo de trigo, su huerto, su mula, su vaca, sus seis cabras, sus gallinas, su cerdo, su perro y, lo mejor, sus abejas. Marina tiene todo esto, pero hace no mucho tuvo un marido. Uno que jamás la entendió ni la trató bien. También una hija, de quien le queda el recuerdo de su nieta Nadiezhda. Y un hijo, Andriy, que en busca de una absurda venganza, combate del lado de los soldados ucranianos.

Ahora que parecía que la balanza sentimental entre lo que Marina tiene y no tiene andaba en paz, la inminente guerra y la partida de su hijo al frente han terminado de desequilibrarla por completo.

Un inesperado encuentro con un médico ruso llamado Lev Alexandrovich pondrá la vida de ambos del revés. Nada volverá a ser lo mismo para ninguno de los dos tras conocerse. Y es que entre ambos comienza a forjarse una amistad que no entiende de banderas, de puntos cardinales ni de mapas. Una amistad que se fragua al calor de las conversaciones sin pausa, al abrigo de los libros y, sobre todo, en el intento de comprender el sinsentido de no sólo esta guerra, sino de todas las guerras.

Andrés Barrero entreteje dos relatos a lo largo de la novela: la historia de Marina y Lev y, por otra parte, las narraciones en primera persona de Andriy en primera línea del conflicto. Dos relatos que se interconectan, que se complementan y que nos muestran dos caras distintas de esta guerra. La de aquellos que combaten y la de quienes tratan de continuar adelante con una vida que nunca podrá ser la misma.

La calidad literaria de esta breve novela es tan grande que me faltan reseñas para poner por palabras todo lo que me ha hecho sentir. No se trata sólo del estilo solemne, minucioso y perfecto de Andrés Barrero a la hora de narrar. Es todo lo que consigue transmitir con sus palabras. A Las guerras de los hombres no le sobra ni le falta nada: todo está aquí. Una novela que consigue emocionarte de principio a fin, que te hace reflexionar y que se queda dentro de ti como sólo saben hacerlo las buenas historias.

Es evidente que Andrés Barrero tiene un don a la hora de narrar historias y de radiografiar la psique humana y este libro es el mejor ejemplo. Las guerras no, pero libros como este sí que nos hacen mejores personas.

Así que lectores, por favor, no os perdáis Las guerras de los hombres, una novedad editorial de Libros y Literatura que es mucho más que un libro: esta novela es un auténtico regalo.

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