Las legendarias aventuras de Chiquito, de Sergio Mora

Las legendarias aventuras de Chiquito

Reciclarse o morir, esto es lo que debieron de pensar dentro de la editorial Temas de Hoy (Grupo Planeta) hace no mucho tiempo cuando decidieron reinventarse y pasar de ser un sello de pura ficción comercial o de, antes, periodismo político a lo que es ahora: algo así como un sello millenial, con libros que buscan copar los gustos de una generación que parece estar más decantada a las pantallas que al papel. Pero digo parece, porque si no no saldrían sellos como este. ¿A que no? Si mi explicación de hacia dónde se encamina esta nueva Temas de Hoy (por cierto, visto escrito todo en minúscula, lo que indica ya un claro mensaje de cambio desde su nombre) no ha sido suficiente para que quede claro (algo lógico, por otra parte) seguro que con el título del que voy a hablar hoy, sí: Las legendarias aventuras de Chiquito, de Sergio Mora. Sí, el Chiquito que todos conocemos. No pienses más.

Siempre he pensado que solo hay dos razones por las que puede no gustarte Chiquito: porque no lo conoces o porque mientes. Está claro que es una figura de la España más cañí, la de Jesús Gil presidiendo al Atlético y Marbella, la de España como país de toros, sol, paella, sangría y fiesta (¿ha cambiado?), la que reunía a familias delante del televisor para ver a un malagueño contar chistes que podían ser de todo: machistas, racistas y homófobos, pero siempre graciosos. O por lo menos en aquel entonces. Por eso es posible que desde los tiempos que vivimos ahora (al final todo es cuestión de perspectiva) se vea a Chiquito como alguien poseedor de una mentalidad algo retrógrada (o como mínimo su arte, sus chistes). Pero es que tras su figura hay más, mucho más. Y eso es lo que intenta plasmar aquí Sergio Mora.

Dejemos algo claro: esta no es una biografía al uso. De hecho hay mucho de ficción y fantasía en ella, pero estoy seguro de que es lo que Chiquito querría. Y no lo conozco. El autor nos sitúa en una cena más o menos reciente en un restaurante japonés de Barcelona junto a su mujer y su agente literaria (supongo que al referirse a Mónica debe de ser Mónica Martín. Pero ni idea. Porque es muy probable que todo, o nada, sea mentira). En la cena, que celebran con motivo de buscar un tema sobre el que Sergio pueda basar su próximo libro, empiezan a hablar con el gerente del local, un japonés llamado Arito Katana. Este japonés les cuenta que fue muy amigo de Chiquito (Gregorio para sus más allegados), que se conocieron en Japón cuando el malagueño fue allí a probar suerte y que su relación duró hasta la muerte del humorista. Digo humorista pero debería decir artista, con mayúsculas. Sergio ya tiene el tema.

En la historia se cuentan datos que pueden ser verídicos (no seré yo quien los coteje), como la infancia de Chiquito en la que dejó la escuela por el flamenco, su paupérrima vida de juventud trabajando sobre escenarios casi por la voluntad, su viaje a Japón junto al equipo de Camarón dejando a su mujer en España, su vuelta y su final y abrumante éxito en televisión pasados los sesenta años. Junto a todos estos datos, otros que ya de por sí parecen un poco más dudosos (solo lo parecen), como la influencia de Chiquito en Michael Jackson o en Steven Spielberg, sus anécdotas con Iggy Pop, Carrie Fisher o Juan Carlos I, la colección que Matutano le dedicó para los snacks Fistros. Siendo sincero, me da igual qué es verdad y qué no si cuando me lo estoy leyendo me lo estoy creyendo. ¿No se trata de eso el leer? Ya aviso de que no he querido buscar nada en Internet para saber si era verdad o no lo que se cuenta en el libro.

Con unas ilustraciones maravillosos que rozan lo mítico de un Sergio Mora del cual no sabía que tenía un Grammy Latino (por el diseño del álbum El poeta Halley de Love of Lesbian), este Las legendarias aventuras de Chiquito es una gran opción tanto para regalar como para regalarse. Un libro de gran formato, a todo color, con una sobrecubierta que esconde una cubierta de cartón de color rojo con motivos dorados preciosa (pocas veces la cubierta te hace dudar de si es mejor esta que la sobrecubierta), que huele genial y que te hace reír y sonreír además de recordar. Recordar disfrutando. Todo desde la perspectiva de un japonés que conoce en Japón a un malagueño con el que acaba siendo palmero y al que acompaña a España para verle y verse triunfar. También se habla de la cara oculta del éxito, o mejor dicho de la cara oculta de la fama (como oí hace poco: «la fama no es más que la calderilla del éxito»), de lo poco necesaria que es la documentación cuando en un relato te domina el corazón, de lo artístico que puede ser todo aunque esté basado en una gran mentira.

Las legendarias aventuras de Chiquito es el reflejo perfecto de lo que sería su vida contada por el propio Chiquito: una gran mentira disfrazada de verdad con el único y tan entrañable fin de hacerte reír. A pesar de todo.

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