Las sombras del parque

Reseña del libro “Las sombras del parque”, de Hugo de Andrés

Las sombras del parque


El pasado mes de marzo tuve el placer de reseñarles una obra llamada «Los crímenes del parque», novela ante la que me declaré sorprendido por sus muchos aciertos, pero especialmente por el magnifico escenario que acogía su trama,el Parque Metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de La Algaida, en Cádiz. En esta Las sombras del parque, su continuación (que no su segunda parte), debo reiterar mi sorpresa porque esa presencia central del parque sobrevuele esta nueva trama, que bien se podría leer de forma independiente, pero se haga presente de una forma completamente diferente. Esta nueva novela explica algunas de las cosas que quedaban planteadas o sugeridas en el primer, pero no se limita el autor a ampliar el foco y mostrarnos cosas que antes nos habían quedado ocultas, sino que en un ejercicio que podría ser heredero del Cuarteto de Alejandría (a su manera, que no son obras en absoluto comparables) nos obliga a revisar nuestra mirada sobre los hechos ya conocidos. O mejor dicho, no sobre los hechos, sino sobre los personajes y sus motivaciones.

Es una trama de esas que hacen difícil apartar la mirada del libro, trepidante y con las suficientes sorpresas como para que uno no se acomode en su propio vértigo, pero para mi, que no soy lector habitual de género negro ni policiaco, sobre todo es toda una reflexión psicológica sobre la reacción de los seres humanos a la presión, sobre la evolución de una mente psicopática, claro, pero también de la de personas de natural ajenas al delito o a las intrigas cuando estas se adueñan de su vida.
También nos hace cambiar nuestra percepción de alguno de los personajes, como por ejemplo de Camacho, el Sabueso, quien en la anterior obra era, por así decirlo, un vinagre y en esta no deja de serlo, pero según le conocemos más es vinagre, sí, pero gran reserva y de Jerez. 

Hay en Las sombras del parque otros escenarios, la trama visita por ejemplo Sevilla o Noruega, y son todos ellos interesantes, pero sobre todo hay una trama seguramente más complicada de sostener que la anterior en tanto que es más compleja, pero por esa misma razón con un plus de interés. La familia protagonista (o tal vez antagonista, no sé, por decirlo de forma más sencilla: los malos) le llevan a uno a plantearse muchas cosas sobre la naturaleza humana, pero es el retrato psicológico de los dos hermanos protagonistas de esta lo que realmente suscita un interés que trasciende al género. Como lo mismo que a uno le lleva por un camino de oscuridad que le posee pero que le cuesta controlar, es precisamente lo que ayuda al otro a controlar sus instintos. 

Y luego está el personaje que era indiscutible protagonista de la obra anterior, aunque es esta ocasión comparte una gran porción de ese protagonismo, que sigue siendo un personaje atractivo cuya capacidad de adaptación, resiliencia que le dirían ahora, también le hacen a uno plantearse muchas cosas, especialmente qué haría en su lugar.

Es una obra coral, todos los personajes son necesarios y todos aportan, no se puede imaginar la novela sin cualquiera de ellos porque nada es gratuito, pero si me permiten que destaque una última cosa, y no me refiero a algo literario como el ritmo, que también, sea lo poco que nos cuesta creernos en este país la más oscura de las tramas si tiene un trasfondo de negocio inmobiliario. Si un tema es inagotable en prensa, las probabilidades de que lo sea también en la ficción son grandes y bien manejadas, como es el caso, el resultado puede ser tan magnético y trepidante como lo es Las sombras del parque.


Andrés Barrero
contacto@andresbarrero.es
@abarreror

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