Mira las luces, amor mío

Reseña del libro “Mira las luces, amor mío”, de Annie Ernaux

mira las luces amor mio




Hay veces, y cada vez me ocurre más a menudo, en las que necesito huir de lecturas convencionales. De relatos con la estructura formal y típica de introducción, nudo y desenlace. Hay veces en las que necesito respirar, oxigenarme, salir de mi  zona de confort de lectura y darme de bruces con algo nuevo, algo que se salga de lo manido y falsamente pretendido como original, que no tenga una faja promocional que prometa el oro y el moro. Hay veces, y cada vez me ocurre más a menudo, que necesito descubrir lecturas, por decirlo de alguna manera, fuera de la invasiva corriente comercial mayoritaria, el mainstream, que dicen algunos imbéciles que deseosos de hablar con anglicismos que ni siquiera saben pronunciar correctamente para mostrar al mundo que tienen un mundo que no tienen.

Quiero frescura, historias que nadie haya contado –aunque tal vez no sean historias propiamente dichas, pero tampoco ensayos– narradores inteligentes que te cuenten cosas que nadie te ha contado y como nadie te las ha contado.

A pesar de recibir boletines de novedades de las editoriales con regularidad, suelo encontrar agradables sorpresas en mis visitas a librerías. Libros que no aparecen en los mails que las fábricas de libros me envían. Auténticos tesoros a los que darles la oportunidad de desplegarse ante mí y que me cuenten sus cuitas.

Así es como llegué a Mira las luces, amor mío. Porque lo curioso de la sinopsis me sedujo, porque si no me gustaba tampoco habría desperdiciado mucho tiempo leyendo las ciento veinte páginas de un pequeño libro y porque ya había leído de la misma autora Una mujer y me tocó la patata.
Tampoco esperéis un libraco impresionante, rompedor de moldes ni la repanocha después de leer las alabanzas que acabo de esparcir en los párrafos precedentes. Que sé que os he podido provocar otro puto anglicismo en forma de hype y luego pasa lo que pasa, la decepción. Que mola y está bien porque es una lectura que se sale de lo convencional, al menos para mí, pero para alguien puede ser su pan de cada día. El que avisa no es traidor, es avisador.

¿Y qué queréis? Yo no leo a menudo el diario de una mujer francesa que registra las visitas que hace al hipermercado del pajarito (no pienso mencionar el nombre) durante todo un año, y desde luego me parece algo novedoso.

Annie Ernaux no va a marearnos con datos ni estadísticas, aunque de vez en cuando aporta curiosidades que nos hacen ver los hipermercados como parte indivisible de nuestra vida (“frecuentados grosso modo cincuenta veces al año por la mayoría de las personas desde hace unos cuarenta años en Francia”, “forman parte del paisaje infantil de toda persona con menos de cincuenta años”).

Aparte de describir lo que ve (la estructura exterior e interior, la colocación de los productos en las estanterías y de las estanterías en los pasillos, el paisanaje,…) extrae lúcidas reflexiones en torno a las clases sociales, las costumbres y la evolución de la sociedad y la tecnología reflejada en los cambios que observa en el interior del híper.

“Si lo pensamos detenidamente, no hay espacio, público o privado, donde deambulen y se junten tantos individuos distintos: por edad, ingresos, cultura, origen geográfico y étnico, apariencia.”


También muestra su rabia al comprobar la permanencia de los roles, por ejemplo, en la sección de juguetes, rigurosamente separadas en “niños”, “niñas” (Spiderman, coches, robots, tanques en la primera; mini-planchas, mi pequeño supermercado, muñecas, en la segunda).

Y expone también las estrategias comerciales (tarjeta de fidelización), el permiso tácito y autocontrolado de los clientes al permitirse comer un par de granos de uva sin pagar (permiso que sería revocado si fueran, por ejemplo, manzanas), la creciente sustitución de cajeras por cajas automáticas en las que tú haces su trabajo y la reflexión derivada de no tener la impresión de robar si lo haces frente a una máquina, la segregación de la población en función de las horas en las que acuden a comprar…

Estos son solo unos ejemplos de las observaciones y reflexiones que podemos encontrar en Mira las luces, amor mío. Un diario que se sale de lo que se entiende por diario, que se lee en un respiro y que nos hará ver de otra forma el híper al que solamos ir a comprar la próxima vez que lo hagamos.

Original, certero, distinto, reflexivo, analítico, social, agudo, a veces humorístico, pero sobre todo muy entretenido, ligero y fácil de leer.

1 comentario en «Mira las luces, amor mío»

  1. Excelente reseña. Leo el libro, voy muy avanzado y estoy totalmente de acuerdo contigo. Mira las luces, amor mío, no es una delumbrante obra maestra ni pretende serlo. Es una aguda observación de la naturaleza humana encerrada en un supermercado. Una muy recomendable lectura. Después de leer cuatro libros de Annie Ernaux, entiendo por qué le dieron el Nobel de Literatura. Una autora original, diferente a cualquier otra.

    Responder

Deja un comentario