NINA y el país de los lazos de celofán

Reseña del libro “NINA y el país de los lazos de celofán”, de Gabriela Lardiés

Es importante saber como un cuento llega a nuestras manos.

Si en nuestra casa ya no hay niños pero andamos tras un libro infantil, algo hay detrás de ese interés.

Sabía de la existencia de este cuento porque tanto la Psicóloga Gabriela Lardiés como la ilustradora Mamen Marcén, a quien todos conocemos como “la chica del flequillo”, son aragonesas, así que compartimos espacio físico. Además, todos los que me leéis sabéis que me interesan los cuentos y de hecho tengo amigas y amigos que viven literalmente del cuento :D, y de alguna que otra ya os he hablado en LibrosyLiteratura.es

En este caso concreto llego al cuento por un comentario de mi hija sobre que este había ganado uno de los premios Books Awards que se otorgan en EEUU, esos premios que probablemente podría interesarle a mi amiga Anabel, ya sabéis, mi “cuentoterapeuta” de cabecera. Lo cierto es que ha pasado el tiempo y con todo este lío pandémico ni os había hablado a vosotros ni a ella de este estupendo cuento.

Aprovechando que este año nuevamente han conseguido otro galardón en esos mismos premios por su nuevo libro Versos para soñar despiertos, pero en esta ocasión en la categoría Best Children’s & Youth Poetry Book, poemario del que seguramente os hablaré más adelante, he pensado que ya no podía esperar más para hablaros de Nina y el país de los lazos de celofán, así que mandé a mi hija a por un ejemplar firmado por ambas autoras.

Las dos autoras y mi querida corresponsal

Las dos autoras y mi querida corresponsal

Como siempre se suele hacer en el caso de los álbumes deciros que el diseño es exquisito y el trabajo de la Ilustradora una maravilla, incluso el tacto del papel del libro es de esos que dan gusto tener entre las manos, y ya saben que hay quien dice que donde acaba la ilustración, si aparecen palabras que aportan, surge el arte por partida doble.

Y si la chica del flequillo hace un trabajo excelente para que visualmente sea atractivo para los menores (y mayores, naturalmente), la historia que nos cuenta Gabriela es absolutamente “necesaria”. Porque necesario es que tal como estamos encauzando la vida de nuestros hijos e hijas basada en el buenismo, en la sobreprotección, en la imagen y percepción de que la vida es maravilla y todo nos va realmente bien, algo así como lo que normalmente se muestra en las Redes Sociales, surjan voces como la de Gabriela para decir que la vida no es perfecta y que tenemos que hablar de ello desde que la chavalería empieza a hacerse preguntas.

Porque la realidad de lo que sentimos suele ser bien distinta aunque nos estén vigilando para que no mostremos esas emociones negativas que en ocasiones nos embargan y que si no las trabajamos y expresamos nunca seremos capaces de superarlas.

¿Quién no tiene miedos como los que tiene NINA?

¿Quién no ha temblado de miedo a la entrada de un examen y sin embargo no lo ha mostrado al ver las muestras de seguridad de todos sus compañeros? Seguro que todos conocemos a esos que dicen “Yo solo me lo he leído un par de veces” y luego sacan una notaza 😀

Yo siempre pensaba en qué les darían de desayunar en sus casa para estar tan tranquilos, incluso en la Universidad los días de examen eran días terribles para mí, jamás he sabido controlar ese estado nervioso… ¡Que les voy a contar de cuando hacía un programa de libros en la radio! Pues eso, que no comía ya dos días antes porque nada me entraba en el estomaguillo.

Así que entiendo a Nina, y ella tiene la suerte de descubrir a la Señora Josefina que le ayuda a revelarse contra este mundo que no nos deja expresar nuestras emociones negativas ¿Cómo superarlas si no podemos ni hablar de ellas?

Gabriela Lardiés es especialista en quitar a la gente el lazo de celofán que la sociedad nos pone en la boca para dar una apariencia de normalidad y felicidad, y el cuento es una maravilla para la chavalería pero excepcionalmente interesante y eficaz para padres y educadores, porque vemos lo que han hecho con nosotros pero también descubrimos que no debemos ser partícipes de esta forma de ahogamiento de la chavalería que nos muestra Nina y el país de los lazos de celofán.

Ya me he liado y os estoy contando lo que en realidad le quería contar a Anabel, seguro que a ella le hablo de Nina, de lo inteligente y curiosa que es, y de que habla como una niña interesada por las cosas que siente y que no le parecen normales pero que ella no sabe controlar. Nina no tiene respuestas para sus preguntas hasta que aparece la Señora Josefina…

Y ya les digo yo que las Señoras Josefinas las deberíamos poder encontrar en los servicios de orientación de los coles e institutos, pero los padres debemos saber que cuando no podemos ayudar y responder a los problemas de nuestros hijos debemos recurrir a quienes sí pueden hacerlo. Habrá que buscar a Josefinas o psícologas como Gabrielas que nos ayuden en esta tarea.

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