Perros de presa, de J.R. Escudero

perros de presaHubo un tiempo en el que era adicta a las noticias. Las veía por la mañana y por la noche y durante el día revisaba los periódicos digitales constantemente. Quería saberlo todo. Quería saber qué estaba pasando en el mundo, tratar de dilucidar lo que los altos cargos tenían preparado para nosotros, los mortales. Pero un día me di cuenta de que por mucho que yo viera las noticias, por mucho que yo hiciera todo lo posible por estar al día y empaparme de todo lo que medios profesionales me contaban, jamás sabría ni la mitad de lo que pasa realmente en el mundo. 

Me di cuenta de que la información llegaba hasta mí filtrada. Y eso es como decir que, directamente, no me llegaba la información. 

De eso me acordaba mientras leía Perros de presa, de J.R. Escudero. De que en este instante están pasando millones de cosas de las que jamás seré consciente y que muchas noticias pasarán ocultas ante mis ojos. Porque hay cosas que es mejor no saber. 

El libro del que vengo a hablaros hoy retrata esto a la perfección. Gracias a su escritor nos vamos a ir, como se indica en la portada, a una de las zonas más calientes del globo. Pero no solamente viajaremos a Irak, a Nigeria o a Mali, sino que también tendremos oportunidad de ver cómo las consecuencias de las acciones que ocurren en esas zonas se ven reflejadas en Madrid. 

Pero vayamos por partes. Todo empieza cuando Anthony Nolan es reclutado por el CNI. Ya empezamos bien. En ese momento me puse cómoda porque sabía que tenía entre manos una historia interesante que me iba a atrapar. La misión de Anthony consiste en conseguir un pacto con el líder de un reducto del Estado Islámico en Niamey. Acaban de secuestrar a unos jóvenes y es necesario que alguien con tablas hable con él y consiga algún tipo de acuerdo. Pero Anthony no solamente se encontrará con ese secuestro, sino que aquel ambiente decadente le llevará a meterse de lleno en un mundo de drogas y conspiraciones que dificultarán su tarea de conseguir ese acuerdo para el CNI. 

Pero la cosa no queda ahí, ya que lo más turbio de todo comienza a desarrollarse cuando Anthony se da cuenta de que en todas las casas se cuecen habas y que, aunque está muy claro quiénes son los buenos y quiénes lo malos, ver que dentro del propio CNI las cosas no son lo que parecen es como si al protagonista le tiraran un jarro de agua fría a la cara. 

En esta lucha de poderes y con este protagonista tan peculiar y carismático que no duda en hacer todo lo posible por llevar su misión a buen puerto, nos encontramos con una historia original y entretenida que te gustará si estás buscando una novela de acción y espionaje que te haga teorizar sobre lo que te rodea. 

En cuanto a la narrativa, esta es ligera y sencilla, lo que hace que los legos en la materia, como yo, puedan seguir el hilo de toda la historia. Esto merece especial mención, porque os diré que yo no acostumbro a leer este tipo de novelas y que no estoy muy puesta en estrategia ni en espionaje. Ya me ha pasado alguna vez que me he encontrado con libros demasiado elaborados y dirigidos a un público fiel, y eso tiene como resultado que el que está acostumbrado a ese tipo de historias se verá como pez en el agua, pero yo acababa perdida en la segunda página. Me ha gustado mucho que J.R. Escudero se tomara su tiempo para poner en situación al lector y que no le importara explicar las cosas para que todo quedara bien claro. Desde aquí, gracias por ese detalle. 

También agradecí los cambios de tiempo y de espacio. Ya lo he mencionado alguna vez, y es que a mí me encantan las novelas contadas a dos o más tiempos o las que ubican sus acciones en dos o más sitios diferentes. Eso me entretiene muchísimo y me hace estar más atenta a la lectura porque siento que no puedo perder detalle de lo que está pasando. Ir de un tiempo a otro hace que la novela me resulte mucho más amena y eso siempre se agradece. Con esto se consigue darle mucho dinamismo a la historia y hacer que el ritmo de la trama sea rápido. Pero esta es un arma de doble filo, ya que si no se ejecuta bien, puede ser que el lector se pierda y no se entere de nada. Ya os aviso de que no es así. Los tiempos se respetan y se aclaran todas las dudas que puedan surgir, incluso recordando al lector dónde se quedó la acción inmediatamente anterior, por lo que aquí no hay nada que temer.

Y, por último, me gustaría destacar la gran documentación que hay detrás de Perros de presa. Me pongo a pensar cómo empezaría yo un proyecto como este y me agobio solo de imaginarlo. Estoy segura al cien por cien que esta novela no se hizo solamente escribiéndola, sino que el proceso que hay detrás que hace que todo sea creíble y conecte hubo de ser muy exigente. 

En definitiva es un libro muy entretenido, como decía antes, que gustará tanto a los aficionados a novelas de espionaje como a los que se topan con este género por primera vez. Y ya aviso que si os pasa como a mí, que dudáis de todo lo que os rodea y que os creéis de lo que os cuentan la mitad, después de ver los entresijos del CNI y de comprobar cómo se las gastan algunos en este mundo… vuestras teorías conspiranóicas pueden verse agravadas. 

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