Retratos de un suspiro: fragmentos de una vida truncada

Reseña del libro “Retratos de un suspiro”, de Alberto Lendínez

Retratos de un suspiro

Qué necesarios son los libros que llegan para zarandearnos y sacudir nuestros sentimientos. Esos libros que te miran cara a cara y te enfrentan a la más dura realidad y lo hacen a través de las emociones, con respeto y sutileza. Esto es lo que ha conseguido Alberto Lendínez con Retratos de un suspiro, un libro que se ha adueñado de mis emociones estos días y que me ha hecho revivir momentos tristes y a la vez, con suma delicadeza, me ha colocado una sonrisa en la cara en más de una ocasión.

Desgraciadamente, hoy en día todos conocemos en nuestro entorno a alguien a quien le hayan diagnosticado cáncer. Con suerte, algunas de estas personas seguirán entre nosotros. Otras, sin embargo, habrán dejado este mundo demasiado pronto, quedándonos siempre un poco más huérfanos. Alberto Lendínez perdió a su mejor amigo Enric a causa de esta enfermedad. He padecido las secuelas que el cáncer deja entre los que nos quedamos aquí, más solos, más tristes, pero no imagino lo que debe ser perder a un amigo con tan solo veinte años.

Retratos de un suspiro es el mejor homenaje que alguien puede hacerle a esa persona amada que ya no está en nuestra vida. Con una sencillez y una humildad exquisita, Alberto Lendínez nos narra todo el proceso que le tocó vivir junto su amigo Enric: un joven repleto de valores, con un carisma innato, una risa contagiosa y una maravillosa personalidad que vivió en primera persona los efectos del cáncer con tan solo diecisiete años.

Sé de la reticencia que muchos lectores que hayan pasado por aquí puedan tener. Yo misma la tenía. He vivido esto y aún sigo sintiéndome huérfana. Sin embargo, en Retratos de un suspiro he encontrado una forma de aliviar el dolor, una manera de sentirme cómplice con el autor y sus recuerdos. Este libro es un himno que nace del dolor sí, pero que celebra la vida y la amistad. ¿No es eso maravilloso?

Así, Alberto Lendínez realiza un retrato de su amigo, su compañero en esa etapa adolescente en la que todos creemos ser inmortales. Entre risas, partidas de videojuegos, cines, paseos y mucha complicidad transcurren sus vidas sin saber que, la noticia más dura que iban a recibir estaba a punto de llegar: “El médico dice que eso de la pierna no es ni una contractura ni una lesión, se asemeja a una criatura de otro mundo que se intenta nutrir de la juventud de mis huesos. Así pues, en breve comenzaré la quimio”.

El grupo de amigos se vuelca con Enric, ese guerrero infalible que siempre ha luchado y que ahora deberá enfrentarse a un reto mayor. Juntos lidiarán esta batalla, juntos verán los estragos de la enfermedad y tratarán de mantener siempre a salvo a su amigo. Una complicad que sigue intacta entre ellos y que no es más que otra forma de amor, “tú has hecho que descubra que el amor no solo puede ser fraternal o romántico: puede ser tan puro y admirable como dos amigos infantes que se pelean imaginando o fingiendo que son personajes extraídos de Dragon Ball”.

Es una auténtica putada, permitidme la expresión, que el cáncer nos separe de aquellos a los que amamos. Es una mierda que un chico tan joven tenga que padecerlo y no logre superarlo. Es inimaginable el dolor de padres, familiares y amigos para mí.

Con Retratos de un suspiro yo también he aprendido a querer a Enric, ¿cómo no? Me he emocionado, he llorado y he sonreído al conocer el amor tan grande que sigue y seguirá despertando entre sus seres queridos. Lo que ha hecho Alberto Lendínez en este libro, como ya os dije antes, es el mejor de los homenajes. Qué forma más bonita de conocer a Enric.

Ahora que el tiempo ha pasado y que el dolor de la ausencia se mitiga un poco, Alberto Lendínez ha tomado el valor necesario para rendir tributo a su amigo mediante palabras y el resultado, lectores, es exquisito.

“Ya no me muerdo el alma al escuchar tu nombre, ya ajeno. Y, no sé si eso es porque te tengo tan adentro, que no encuentro la necesidad de añorarte”.

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