Revolución

Reseña del cómic “Revolución”, de Grouazel y Locard

Acabo de terminar el cómic de Grouazel y Locard: Revolución 1. Libertad, el primer volumen de una trilogía sobre la Revolución Francesa. Ya sabes, ese acontecimiento sin el cual difícilmente podrías entender el mundo actual: ni el dominio del liberalismo en la escena política, ni la valoración de la democracia como forma de gobierno ideal y si me apuras tampoco la existencia de los Derechos Humanos como escudos frente al poder del Estado. 

Libertad narra lo acontecido durante el dramático año de 1789, hasta la toma de la Bastilla y el posterior establecimiento de la ley marcial. Francia está inmersa en una grave crisis económica y política, donde la alta sociedad francesa vive rodeada de todo tipo de lujos, celebrando fiestas en las que no falta la comida ni el alcohol, mientras la inmensa mayoría no tiene apenas qué llevarse a la boca. Los robos a plena luz del día y el pillaje en general hacen muy difícil mantener el orden, así que el rey Luis XVI busca la “solución” subiendo los impuestos a la nobleza. Ésta, por supuesto, se niega y para obligarla el Delfín se ve forzado a convocar los Estados Generales, que eran asambleas excepcionales en las que participaban representantes de los tres estamentos: nobleza, clero y el llamado “Tercer Estado”. Este es el trasfondo en el que se desarrolla Libertad, un cómic histórico muy bien documentado, que huye de la visión romántica e idealizada de la revolución y te ofrece una visión poliédrica de lo ocurrido, donde los buenos no son tan buenos, ni los malos tan malos. 

Libertad tiene un dibujo rayado, como hecho a pluma, que en ocasiones hace que la imagen resulte sucia o borrosa, lo cual es muy coherentes con los convulsos tiempos que narra. Pero solo en ocasiones. El color intencionadamente elegido en cada escena, te facilita una inmersión en el ambiente. Mención especial merece la espectacular splash page a doble que versiona el famoso cuadro de Eugène Delacroix, “La Libertad guiando al pueblo”.

Libertad comienza con la Guardia Nacional desalojando una casa, disparando a matar a los pobres infelices que habían entrado huyendo del hambre. Entre ellos se encuentra Marie, una niña huérfana e indigente, que consigue escapar milagrosamente por los tejados. Por ayudar a Marie, Louise una criada sin nada más que su trabajo, se verá también en la calle. Juntas tratan de buscarse la vida hasta que se unen a las famosas pescaderas de París. Por otro lado, Abel es un enamoradizo niño “de papá”, que va a París a visitar a su hermano diputado porque una mujer “le ha roto el corazón”. Mientras su hermano lucha en los despachos por la redacción de la Constitución, Abel adquiere cada vez una mayor conciencia política, hasta que su vida se cruza con la de la joven Louise y acaba alistándose a la Nueva Guardia Nacional. ¿Por política o por amor? La duda permanece en el aire. El otro gran personaje de esta historia es el periodista reaccionario Jerome Laigret, que lucha por mantener los privilegios de la aristocracia.

No obstante, el verdadero protagonista no es ninguno de estos personajes, sino el hecho histórico de la Revolución.  Entre las páginas de Libertad se encuentran personajes de la época tan famosos como Luis XVI, Necker, Robespierre o Lafayette, pero la historia no se centra en ellos. De hecho, apenas se los ve. Ni siquiera el rey, que incluso no aparece ni dibujado una sola vez y está presente solo como la figura ausente que fue. Libertad te muestra más bien la vida de las personas invisibilizadas por una historia canónica que ha dado el protagonismo sesgado a alguno sin prestar atención a quienes vivieron aquellos momentos tan difíciles. Leyendo el cómic, vivirás tú su historia.

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