Spawn: Infierno en la Tierra

Reseña del libro “Spawn: Infierno en la Tierra”, de VV.AA.

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En la vida he leído un cómic de Spawn ni tampoco he visto la peli del siglo pasado. No conocía nada del personaje, de su mitología, de sus poderes, historia personal, antecedentes, dirección ni grupo sanguíneo. Cero.

Lo que sí que conocía eran las portentosas figuras de la casa de Todd McFarlane, creador del personaje, pero eso es algo que no viene al caso. Sea como sea, este tomo me llamó la atención. Esa relación con el mundo demoníaco, con esa mezcla entre El motorista fantasma y Hellblazer (el uno por el aspecto, –no el de Nicolas Cage, sino por las cadenas sobre todo–, y el otro por la temática) y lo relativo a fuerzas del cielo y del infierno siempre me provocan curiosidad y además, no sé por qué, me hice a la idea de que este tomo era un nuevo comienzo, un empiece desde cero. Tal vez leí la sinopsis demasiado rápido y eché a volar mi imaginación… El caso es que no, no es para nada un reinicio, aunque hay que reconocer que no me he sentido perdido en ningún momento con las explicaciones que se han ido dando en este tomo.

Un tomo este Spawn, infierno en la tierra que tiene tres partes diferenciadas. En la primera se nos presenta a Al Simmons de vuelta en la Tierra. Humano y vivo de nuevo y sin su uniforme, tendrá que llevar a cabo una misión que no es otra que cumplir la última petición que su mujer le pidió antes de morir: salvar a todo el mundo. Ahí es nada la petición. Nada de “incinérame y esparce mis negras cenizas en el rio Miriflower, en la ribera este cuando el Sol se ponga y la Luna muestre su rostro de plata”. No. Salva a todo el puto mundo, cielo cielito mío, para que pueda descansar en paz. Pues a ello se va a poner el señor Spawn. Va a necesitar ayuda y la obtendrá. Por lo visto los que le conocen le daban por muerto, pero tampoco es que se asusten o le reciban con confetis. Ná. Debe de ser lo más normal del mundo que alguien vuelva de entre los muertos. En fin, esta primera parte, la más floja, la más corta y la más incoherente en relación a las otras dos, aparte de servir de presentación va a ser un poco la del héroe (o antihéroe, o lo que sea) luchando contra malvados villanos en pijama que quieren cargarse el mundo. Vamos, hombre, que tan pronto y ya quieren que Spawn falte a su palabra. Eso no lo puede consentir. Así que veremos unos cuantos mamporros, unos cuantos aliados y una especie de nuevo grupo heroico formándose para que el bien triunfe. Y ahí, de repente, un brusco corte (“continuará en Savage Dragon 217”) y pasamos a un arco nuevo.

Aquí ya empieza la mandanga de la buena en todos los aspectos. En este arco vamos a ver a un Spawn más parecido a Punisher. Un Spawn que la emprende a hostias con los camellos y narcos de poca monta responsables de que Cyan esté en un centro de rehabilitación. Escenas muy gores (cabezas volando mientras el ojo sale de su órbita) demostrando lo cabronazo que puede llegar a ser (por algo le ha fichado Satán, que calando a hijoputas es un hacha) un dibujo que mejora muchísimo respecto al anterior arco y una trama que consigue enganchar porque también le da mil vueltas a aquel. Al Simmons sigue experimentando con sus poderes. Aún no está al 100% y sigue pensando que no puede luchar solo contra todo el mal que se yergue a su alrededor. Evalúa posibles candidatos a aliados, pero también evita darles demasiadas explicaciones.

Podríamos decir que la parte dos y la tres son algo más difíciles de diferenciar, aunque la transición es clara. Lo diré sin hacer destripes, empieza con una desaparición y por fin empiezan a tener fuerza los fenómenos sobrenaturales. El dibujo sigue con el gran nivel alcanzado en la parte anterior y la trama avanza también con mucho interés con la aparición de nuevos y misteriosos actores en escena que van a complicar la vida de Simmons y a confundir a Spawn.

¿Qué más puedo decir? En, Spawn. Infierno en la Tierra,  mi primer acercamiento a esta especie de simbionte infernal pesan mucho más los puntos a favor que los puntos en contra. Quitando la primera parte, que no es más que una especie de presentación y explicación sobre la resurrección del protagonista, la historia va de menos a más, te engancha mucho y bien y el dibujo te convence, y por eso es casi seguro que sigan cayendo más viñetas de este engendro salido del infierno.

Larga vida a Spawn.

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