Después de leer el thriller Tres pequeñas mentiras, me entraron muchas ganas de meterme de lleno en las novelas de suspense. Un género al que nunca había prestado mucha atención, pero que de un tiempo a esta parte ha llamado a mi puerta con fuerza y yo he permitido que entre.
Por eso, cuando me topé con Sucedió en Rose Park, de Alex Maval, no me pude resistir y decidí infiltrarme en este barrio residencial donde nada es lo que parece.
En Rose Park vamos a encontrar diferentes personajes y situaciones que harán que nos mordamos las uñas mientras intentamos averiguar todas las verdades que se esconden dentro de cada casa.
Por un lado, tenemos a Marcus Renzi, que tiene que cargar con el peso de su amnésica y depresiva esposa, un suegro que le odia y un empleo que le asfixia. Por otro lado, debido a una serie de robos en la zona, el inspector Paul Creighton hace acto de presencia dispuesto a lidiar con los secretos y coartadas de cada vecino. Y como guinda del pastel, un horrible asesinato irrumpirá de golpe.
¿Qué está pasando en Rose Park? ¿Qué ocultan sus vecinos? Estas y otras preguntas son las que vosotros, lectores, vais a haceros a lo largo de esta trepidante novela que puede presumir de un elenco de personajes muy completo. Todos con sus propias vidas, sus defectos, su pasado, sus ansias de poder, sus mentiras y sus secretos. Todos bien construidos y necesarios para incitar al lector a seguir leyendo.
Y el hecho de tener ganas de seguir avanzando en la historia y no aburrirnos se debe al buen ritmo que tiene la novela. Es constante y no decae, ya que a cada rato hallamos nuevos detalles y saltos de un personaje a otro en los diferentes capítulos para que la trama sea amena e interesante.
Así, Alex Maval nos lleva tanto de la mano de Marcus para que experimentemos su angustia y sus fracasos, como de la mano de Chevalier y vivir su desconfianza y sus miedos, como de la mano de Jacky, de Christian, de Alice, e incluso de Richard. Pero sobre todo de la mano de Creighton para intentar averiguar junto a él todo lo que debe salir a la luz.
Para mí, aunque todos los personajes —con sus luces y sus sombras, sobre todo sombras— me han resultado interesantes, Paul Creighton me ha parecido el más carismático de esta historia. Con él he reflexionado, he investigado y me he sentido una auténtica inspectora ansiosa por resolver todas las incógnitas que surgen.
Además, la forma en la que están narrados los capítulos me ha gustado especialmente por su singularidad, ya que el narrador parece un vecino más que nos cuenta en presente a nosotros, los espectadores con ganas de cotillear, quién es cada personaje, cómo y dónde vive cada uno, lo que les apasiona y lo que les disgusta, así como alguna que otra intimidad.
Y ese mismo narrador nos permite a su vez entrar en la mente de los diferentes personajes, algunos nos caerán mejor y otros peor, para que de ese modo nos resulte más fácil descubrir las cosas según nos vayamos adentrando en estos chalets adosados plagados de sospechas y de sospechosos.
Al fin y al cabo, en esta historia puedes sospechar y ser sospechoso al mismo tiempo. De eso se trata, de tener dos caras, como en la vida real, porque las cosas no son siempre blancas o negras, son grises como lo somos todos los seres humanos.
En definitiva, esta novela es perfecta para calmar la sed detectivesca de todos los que nos morimos por leer un buen thriller. Una historia que nos permite indagar en la vida de los vecinos de un barrio residencial adinerado donde las apariencias importan demasiado y donde el dinero, el vicio y la traición son más poderosos que el amor y la familia.
Una novela que nos empuja a reflexionar sobre nuestra naturaleza. ¿De qué somos capaces? ¿Hasta dónde puede llegar una persona con tal de salvar el pellejo? ¿Hasta dónde es capaz de llegar alguien con tal de guardar las apariencias? Manipulaciones, engaños, falsas promesas, ansiedad, desconfianza, celos, infidelidades y un asesinato. Todo esto y más Sucedió en Rose Park. ¿Os lo vais a perder?