Todo bajo el sol

Reseña del libro “Todo bajo el sol”, de Ana Penyas

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Suele pasarme que los tebeos en formato apaisado (La casa, Universo, Estamos todas bien,…) me dejan con muy buen sabor de boca. No es algo que vaya buscando ni tampoco es algo importante, simplemente es algo que he constatado que me pasa. Uno de esos cómics nombrados, Estamos todas bien, del que me deshice en elogios en su día, es de los que te dejan huella. No solo por la temática tratada sino por el desconcertante y peculiar estilo de su autora, Ana Penyas, que en 2018 (dos años ya y parece que fue hace dos días) ganó muy merecidamente el Premio Nacional del Cómic.

Por eso tenía ganas de descubrir lo siguiente con lo que fuera a sorprendernos la valenciana. ¿Mantendría su sello? ¿De qué nos hablaría? ¿Fue tal vez su ópera prima un golpe de suerte? Es sabido que la segunda obra de un autor suele parirse con más esfuerzo que la primera, que hay más presión, que se han generado expectativas en torno a su figura… ¿Le ha sucedido algo de esto a Penyas? Lo ignoro. Solo puedo afirmar que no ha perdido su toque, que es fiel a su propio lenguaje visual, que lo social sigue siendo aquello de lo que quiere ocuparse, y que sí, copón, que Ana Penyas sigue siendo la Ana Penyas que nos conquistó hace dos años.

Todo bajo el sol es una crítica a los efectos acumulativos que la especulación inmobiliaria y el turismo salvaje han ocasionado desde que en los sesenta se quiso potenciar el turismo como principal industria de España (cosa que ahora pagamos) y se centra sobre todo en la zona de Levante, aunque sin duda es un fenómeno extensible a todo el país.

Cuarenta años, desde 1969 hasta 2019, es el recorrido que haremos siguiendo a sus protagonistas, clase baja, humildes trabajadores, con los que compartiremos sus trabajos (él, Alfonso, inicialmente camarero, ella, Amparo, ayudando en la huerta y la casa de sus padres), los usos y costumbres del país (la secuencia del principio en el que el dueño un futuro hotel quiere “robarle” a otro a Alfonso es muy de señorito de Los santos inocentes), la invasión de turistas extranjeros que saben que pasan sus vacaciones en un país dictatorial pero no les importa porque al fin y al cabo, están de paso.

Con el transcurso del tiempo, mucho esfuerzo y sacrificio vemos que la pareja mejora su calidad de vida, aunque tampoco mucho más, y crean su propia familia. Los días de fiesta aprovechan, como muchas familias, para disfrutar de la playa.

El punto de vista se desplaza más tarde hacia los hijos, ya adolescentes, y a una realidad más cercana en el tiempo a la actualidad. Las salidas con los amigos, los primeros escarceos sexuales, ruta del bacalao, tonteo con drogas, adiós estudios, hola trabajos en la construcción, proliferación de las ETT  y los Todo a cien,…

Sigue pasando el tiempo. La huerta cada vez es menos huerta y cede paso, expropiaciones mediante, a excavadoras y terrenos urbanizables. Las familias se ven obligada a abandonar sus hogares y los que se quedan apenas tienen tierra, alma, que cultivar.

Y, paradójicamente, una de las hijas de la pareja, acabará trabajando para uno de los estudios de arquitectura encargados de gentrificar el barrio en el que creció y en el que viven aún sus padres.

Un retrato como la vida misma. Grosso modo esto cuenta el cómic, pero este es uno de los cómics en los que lo que se cuenta es importante, pero casi tanto lo es la forma en que se nos cuenta.

A lo largo de Todo bajo el sol se van a intercalar, a la manera de la autora, afiches franquistas, fragmentos de películas y documentales, del programa 1, 2, 3… Responda otra vez,… que facilitan la comprensión y enmarcan temporal y socialmente la época y los hechos.

Y todo ello con el grafismo made in Penyas. Dibujo plano, intencionadamente naive pero increíblemente vivo, conviviendo con collages y otras técnicas para desembocar en un resultado deslumbrante en el que el color es total y absoluto protagonista.

Un cómic que se lee con mucho placer y que también, al igual que en Estamos todas bien, retrata otra forma narrar el paso del tiempo. Si en el primero este transcurría centrándose en la figura de la abuela y teníamos el resto, el contexto, como apoyo, esta vez el contexto se convierte en lo principal, y es mediante la familia como entendemos los cambios sociales.

Todo bajo el sol nos confirma que hace dos años no sonó la flauta por casualidad y que el saber hacer de Ana Penyas es el de una gran autora que va a tener mucho recorrido.

Y estoy deseando recorrerlo.

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