Un linaje oscuro

Reseña del libro “Un linaje oscuro: Las crónicas de Ravenswood 1”, de Victoria Vílchez

Un linaje oscuro

Luz y oscuridad. Magia blanca y magia negra. El Bien y el Mal. Mentiría si os confesara que no me tiro de cabeza cuando un libro contiene estos ingredientes. Y es que a pesar de ser aspectos muy trillados en la literatura y en el cine, ¿qué queréis que os diga? ¡Yo siempre me siento atraída por ellos! En mi opinión, el ser humano, por mucho que se empeñe en pertenecer a un bando o a otro, posee luz y oscuridad a partes iguales en su interior. Vale, hay gente muy buena y gente muy mala por el mundo, estoy de acuerdo. Pero pienso que eso es así en función del aspecto que hemos permitido, consciente o inconscientemente, que se desarrolle y alcance su esplendor. Y es que hay varios factores que van a jugar un papel fundamental en el hecho de que la bondad termine ganando a la maldad que hay en nosotros o viceversa.

En fin, he querido comenzar esta reseña con esta reflexión porque el libro que hoy os traigo habla de todo ello. Y en él vamos a conocer a Danielle Good, una bruja buena —aunque con una antepasada condenada en Salem— educada en la academia Abbot, una escuela de magia blanca. Pero Danielle está harta de estar encerrada, quiere ver más allá de los muros de Abbot, quiere sentirse libre y se siente atraída por Ravenswood, una escuela oscura, a pesar de autoconvencerse de que está mal, de que no debe acercarse a sus puertas. Sin embargo, un día un intento de huida se le va de las manos y acaba en Ravenswood. ¿Qué le pasará a Danielle allí dentro? ¿Todo será tan malo como siempre le han hecho creer? Tal vez la curiosidad por las artes oscuras le haga sucumbir… o tal vez no. El equilibrio entre el Bien y el Mal pende de un hilo y quizás Danielle sea la que lo deba hilvanar.

Con semejante argumento pensaréis que la autora es internacional, ¿verdad? Pues no, ella es Victoria Vílchez, tinerfeña y residente en Madrid. Con esto quiero decir que no hace falta que busquemos autores extranjeros para encontrar un buen new adult con fantasía y romance contemporáneo. Un linaje oscuro, primer volumen de la trilogía Las crónicas de Ravenswood, es el ejemplo. Y me encanta que Titania haya apostado por Victoria y por esta historia, ya que desde el minuto uno supe que Danielle y este mundo de brujas me iba a atrapar. Tanto que puedo decir que esta novela se ha convertido en una de mis mejores lecturas del año poniéndose al nivel de libros tales como Asesino de brujas: la bruja blanca o El lenguaje de la magia.

Sí que es cierto que este primer volumen es bastante introductorio, pero no por eso lo he disfrutado menos. Es introductorio porque nos presenta a los personajes que nos van a acompañar a lo largo de los tres volúmenes y nos adentra en este mundo de magia tan diferente y similar al nuestro al mismo tiempo. De hecho, una de las cosas que más me ha gustado es la acción que presenta desde el inicio. La autora no se anda por las ramas y nos da un chute de adrenalina desde el primer capítulo. No hay presentaciones iniciales ni largas y pesadas descripciones, sino que los diálogos y la intriga llenan las páginas y sin darnos cuenta ya nos hemos metido de lleno en la piel de Danielle y en el interior de la oscura y aterradora Ravenswood.

Los personajes que van apareciendo son misteriosos y repletos de secretos, en concreto Alexander me ha robado el corazón. Él y el enemies to lovers con Danielle son lo mejor de la novela junto con todas las explicaciones sobre la brujería, los linajes, la magia y los juicios de Salem. Todo en capítulos muy cortos con una narrativa fresca y llena de matices.

En resumidas cuentas, Un linaje oscuro tiene todo lo bueno para enganchar a los lectores de fantasía y romance. Hay magia, un pasado histórico tenebroso y descendientes de las brujas de Salem. Tiene misterio, secretos y traiciones y la trama es un gran puzle lleno de piezas que van encajando según nos acercamos al final, solo para dejarnos más incógnitas que espero se resuelvan en el próximo libro. Pero ante todo, Victoria Vílchez nos permite explorar la necesidad del equilibrio entre luz y oscuridad, la fina línea que los separa y aquello que nos hace decantarnos por un lado u otro. Así que, solo cabe que te preguntes, lector, ¿de qué lado estás tú?

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