Una cierta idea de mundo, de Alessandro Baricco

Una cierta idea de mundoHace ya un tiempo dejé por aquí mi carta de amor a Alessandro Baricco. Si hiciera una lista de los libros que más me han fascinado en mi vida, sin duda entraría alguno de los suyos. Escribe tan bien que me atrapa, hable de lo que hable. Pero ¿quién atrapa a Alessandro Baricco? ¿Cuáles son sus libros preferidos? Precisamente eso es lo que nos cuenta en Una cierta de mundo.

Todo comenzó hace diez años, cuando Alessandro Baricco cambió de ciudad y dejó allí todos sus libros, algo de lo que yo sería incapaz, la verdad. En su casa nueva solo tiene los que ha comprado desde entonces. Su método para colocarlos en los estantes es la mar de curioso: siguen el orden en el que los ha abierto. Así, es capaz de revivir momentos de su vida solo con ver cuál leyó primero y cuál después. Las dimensiones de su actual biblioteca y esta forma de guardarlos le ha facilitado la tarea de elegir los cincuenta mejores libros que ha leído en la última década, y en Una cierta idea de mundo le dedica un artículo a cada uno de ellos.

En esta selección tan personal hay obras de todo tipo: novelas, ensayos, tebeos, libros recién publicados y hasta algunos fuera de catálogo, con bastante presencia de títulos italianos, como no podía ser de otra manera. El resultado es tan variopinto como que empieza con Open, de Andre Agassi y justo después habla de Las raíces del romanticismo, un ensayo de Isaiah Berlin.

Reconozco que lo primero que hice fue mirar el índice para ver en cuántas lecturas coincidíamos mi adorado Baricco y yo. El recuento fue rápido, solo tres: La princesa prometida, de William Goldman, la trilogía de Adamsberg, de Fred Vargas y Desayuno en Tiffany’s, de Truman Capote. Aun así, me alegró saber que ambos hemos sido víctimas del encanto de Goldman, nos divierte el personaje del detective Adamsberg y pensamos que Capote era un maestro. Supongo que como miles de personas, pero no me quitéis la ilusión de sentir que tengo algo en común con un escritor que admiro tanto.

Las recomendaciones de Alessando Baricco en Una cierta idea del mundo también me renovaron las ganas de leer algunos libros que tengo en la lista de pendientes desde hace mucho, como es el caso de Anatomía de un instante, de Javier Cercas, La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata o 2666, de Roberto Bolaño, además de picarme la curiosidad por decenas de libros de los que nunca había oído hablar. Incluso uno sobre estrategias de fútbol. Que Baricco diga que le hubiera encantado escribirlo a él es motivo suficiente para querer descubrirlo.

En esos cincuenta artículos, Alessandro Baricco no solo recomienda sus lecturas favoritas de los últimos diez años, sino que reflexiona sobre la literatura (ver cómo alaba a otros escritores es una maravilla). Y, por extensión, nos habla de la vida. Porque, tal y como el mismo explica en el prólogo, para saber lo que alguien piensa del mundo, simplemente hay que dejarlo hablar de lo que conoce y ama de verdad. Creo que tiene muchísima razón. En este libro, él nos regala su idea del mundo. Os animo a conocerla y a mostrar la vuestra al resto de los lectores recomendándoles vuestras lecturas preferidas. ¿Acaso hay una forma más bonita de darse a conocer que a través del amor por los libros?

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