Una decisión inevitable

Reseña del libro “Una decisión inevitable”, de María Montesinos

Cuando terminé en agosto Una pasión escrita, el segundo volumen de la trilogía de María Montesinos, ya sabía que las ansias por leer el desenlace estarían presentes hasta que tuviera el último tomo entre manos, leído. Y así ha sido. Me hizo tantísima ilusión recibir Una decisión inevitable, de Ediciones B, y volver a reunirme con Victoria, el periodismo y Diego, que ocuparon algunos de los días de mi mes de vacaciones veraniegas.

Con un esquema parecido al de los dos libros anteriores, Montesinos ofrece una historia de ficción envuelta en un tiempo histórico real y convulso, en este caso, el problema de las minas de Huelva a finales del siglo XIX. 

En aquel tiempo, en la población minera de Riotinto, quién controlaba la zona y el trabajo era la compañía inglesa Río Tinto, afincada en la colonia británica Bella Vista. Esta compañía, que tenía contratados la mayoría de los trabajadores españoles de la zona, sacaba el oro de las minas a través de máquinas que producían un humo superior a lo reglamentario para la salud de la población.

Este debate, así como las pésimas condiciones de los trabajadores en las minas, pasará de las salas del congreso de Madrid hasta las calles de terreno andaluz, donde sus habitantes hacen todo lo posible por mejorar las condiciones ofrecidas y encontrar una solución que les permita vivir dignamente.

En medio de esta situación, Victoria llega de Inglaterra, donde ha enterrado a su marido y a algo más, su juventud, a Riotinto, para acompañar a su suegra Clarissa y convencer a Philipp, su cuñado, de su vuelta a Inglaterra antes de volver ella a Madrid. Pero nada sale según lo previsto.

Al arribar a Riotinto, Victoria, atenta siempre a los problemas de las mujeres, empieza a frecuentar y a trabar amistad con las oriundas de allí, que luchan por unas mejores condiciones de vida.

Con su afán incansable de justicia, empieza a escribir sobre su situación y la de los mineros del pueblo, en sus artículos periodísticos. Y, como no podía ser de otra manera, en medio del conflicto entre amos y trabajadores, emerge Diego, su antiguo y nunca olvidado amor de juventud, periodista tenaz y de ideales inamovibles.

Y así, Victoria regresa a la primera plana de los periódicos mientras toma la decisión inevitable de escoger su futuro.

Me gustan, estas historias, que combinan la ficción con la realidad histórica y la situación de las mujeres, las barreras que fueron derribando para hacerse un hueco, y lo que sufrieron muchas de ellas solamente por ser mujeres pobres. Es esto, lo que hay que agradecer a María Montesinos y a su trilogía, la recuperación de figuras de mujeres en la España de antes del siglo XX, aquellas consideradas pioneras y que abrieron el camino hasta entonces embarrado y oscuro.

Si en Un destino propio conocemos la figura de Micaela y su afán como maestra para con las niñas con menos recursos de una aldea de finales del siglo XIX, en los dos siguientes tomos damos la mano a Victoria, esa chica perspicaz, un tanto alocada pero muy segura de sí misma y de lo que quiere para su vida, que nos abre las puertas al primer periodismo ejercido por mujeres, muchas veces bajo pseudónimo, y a una relación amorosa inteligente y entre iguales.

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