Cruz de olvido

Cruz de olvido, de Carlos Cortés

Cruz de olvidoLa literatura latinoamericana ha tenido y tiene muchos representantes que llevan al español y a las culturas de sus países a todo el mundo. Entender una forma de vivir, de pensar y de comportarse en sociedad dependiendo de la historia, las tradiciones, el lenguaje y el trato diario es parte de cualquiera novela. Y para entender un poco mejor a Costa Rica, un grupo de libros fueron mi elección para adentrarme más allá de lo que veía en sus calles. Quizás, el que más me gustó fue Cruz de olvido de Carlos Cortés.

Es Martín Amador quien, al mismo tiempo, nos encaja en la historia pero nos desencaja de la imagen ficticia que existe en el imaginario colectivo acerca de Costa Rica.  Siete jóvenes aparecen asesinados en la Cruz de Alajuelita, entre ellos el hijo de Amador. Él reside en Nicaragua, donde se quedó desde la revolución sandinista. Por ello, se trata de una novela política en tanto todos los disparadores e intrigas nacen desde el poder político y que van y vienen en el tiempo.

Al personaje principal se suman amigos de la infancia con una relevancia posterior en la vida política de Costa Rica.  Un crimen detona la supuesta tranquilidad de un país que se jacta de su calma, de su democracia, de su transparencia ante los ojos del mundo y de la envidia de todos los vecinos de la región. Sin embargo, Costa Rica no puede escapar a su historia ni a sus políticos. Ni a fiscales, ni a medios de comunicación. No puede aislarse de todo aquello que unidos y enfrentados, deja en permanente ebullición a los países latinoamericanos.

Cortés escribió una novela política desde la temática y explora las consecuencias del poder que se alimenta con corrupción, adicción, todo tipo de excesos y crímenes nefastos. En el medio, un asesinato por resolver de un personaje que tiene miedo a reencontrarse con su propio país y con su generación que peleaba por ideales que él defendió a capa y espada en la revolución sandinista.

El peso de una novela con una temática como esta hace que no se trate de una lectura sencilla pero la intriga de tantos personajes importantes conectados entre sí se convierten en el magnetismo necesario para continuar con la lectura. Es notoria la influencia del periodismo en la narración, como una serie de noticias que van atando cabos en un caso policial.

De los autores costarricenses que leí, Carlos Cortés me pareció el más atractivo desde la temática política tan real y chocante como desde su forma de contarla, de descubrirla y de decirnos: así funcionan las cosas en realidad en Costa Rica. Y en el resto de Latinoamérica.

Nuestra literatura ofreció, ofrece y ofrecerá autores que deberían tener un mayor reconocimiento del que reciben. Son ellos quienes retratan una gran parte de lo que somos: nuestra historia, nuestra cultura, nuestra política, nuestra sociedad y la aceptación de todo eso en conjunto.

Rosario Arán

Tw: @rosearan

 

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