De Cine y Literatura 51

De Cine y Literatura 51: Matar a un ruiseñor

Matar a un ruiseñorMatar_a_un_ruisenorTítulo: Matar a un ruiseñor

Autor: Harper Lee

Editorial: Zeta Bolsillo

Páginas: 416

ISBN: 9788496778283

Película: Matar a un ruiseñor (original: To Kill a Mockingbird)

Año: 1962

País: EE.UU

Reparto: Gregory Peck, Mary Badham, Brock Peters, Phillip Alford, John Megna (et. al)

Duración: 119 min

Hoy, desde el blog, volvemos a echar la vista atrás para hablar de adaptaciones cinematográficas, cuando el cine vivía su edad de Oro, y cuando de verdad merecía la pena ver una buena historia en la pantalla. Muchas veces, en mi casa, se hace un ciclo de cine clásico, donde algunas de las historias más conocidas de la industria del cine, son visionadas para el disfrute del que suscribe, porque suponen un contrapunto necesario ante la avalancha de cine en tres dimensiones que nos bombardea ahora. Tengo alma de clásico, qué le voy a hacer. Así que, pensando de qué podría en esta sección, se me ocurrió que no habíamos recordado Matar a un ruiseñor y a eso voy ahora mismo.

 

La novela de Harper Lee, para nosotros, se debe leer pensando en el contexto sobre el que se habla. Depresión de 1929, luchas raciales, el odio que subyacía en el género humano, en definitiva, probablemente conceptos que hemos visto en muchas otras novelas, pero que se convirtió en visita obligada, una vez que se adaptó al cine. ¿Quieren saber cuál creo que es la razón de que este libro se convirtiera en lo que es hoy? No dudo en ningún momento de sus capacidades literarias, de hecho, es uno de esos libros que se recuerdan hoy en día, pero sin lugar a dudas fue por el gran Gregory Peck, un actor como pocos, y uno entre muchos, que destacaron en esta película y que supuso un gran triunfo en su carrera como actor.

Pero hablando de la película, y centrándome en sus partes positivas, tendría que decir que el guión es extraordinario (no en vano, soy de la opinión que en la época del cine en blanco y negro era cuando los guiones merecían realmente la pena), tendría que hablar de la dirección, que parece de otro mundo, de la ambientación y la fotografía, que casan a la perfección con lo que se nos quiere contar, y tendría que hablar, como lo hago casi siempre, de una banda sonora que te lleva de la mano por las secuencias como si fuera la que te está enseñando lo que está a punto de llegar.

Siempre me gusta visitar los clásicos y ver por qué el cine es llamado el séptimo arte. Películas como Matar a un ruiseñor hablan de la condición humana, de lo que se esconde dentro de nosotros, pero lo hace con una maestría tal que sólo es posible rendirse a la evidencia de lo que los clásicos pueden ofrecernos, a pesar de todo el tiempo que ha pasado desde entonces. Así que, si se me permite, desde aquí, reivindico que haya más reposiciones de cine clásico, que todo el mundo pueda acercarse a ellos sin miedo, y descubrirán el mundo que se habían estado perdiendo.

Trailer de la película:

Banda sonora de la película:

 

1 comentario en «De Cine y Literatura 51»

  1. La verdad es que a quienes nos gusta el cine nos es necesario volver a los clásicos una y otra vez. Más aún ahora, donde creo que la calidad cinematográfica está… bajita. Absoutamente de acuerdo contigo: Gregory Peck en está película está enorme.

    Saludos!

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