Femen. En el principio era el cuerpo

Femen. En el principio era el cuerpo, de Anna Hutsol, Inna Shevchenko, Oksana  Shachko y Alexsandra Shevchenko

en-el-principio-era-el-cuerpoEn el principio era el cuerpo y la sensación que la mujer tenía de su cuerpo, la alegría de su ligereza y libertad. Entonces llegó la injusticia y era tan afilada que el cuerpo la sentía. La injusticia priva al cuerpo de su movilidad, cancela todo movimiento y lo aprisiona. Es necesario que revuelvas tu cuerpo contra la injusticia, que movilices cada una de tus células en la guerra contra el patriarcado y la humillación, y que digas al mundo:

¡Nuestro Dios es mujer!

¡Nuestra misión es protestar!

¡Nuestras armas son nuestros pechos desnudos!

Así nace Femen y comienza el sextremismo.

Y así, con el manifiesto fundacional de Femen, comienza este libro editado y prologado por Galia Ackerman, aunque la historia que cuenta comienza mucho antes, con la historia personal de Anna, Inna, Oksana y Sasha contadas en primera persona. En el principio era el cuerpo es el relato del nacimiento del compromiso de las Femen, del desarrollo de su filosofía y del modus operandi que las ha hecho tan célebres, pero es sobre todo la historia de una pasión, la de situarse frente a la injusticia y gritarle a la cara sus verdades. Lo que ellas consideran que lo son y que en la mayor parte de los casos son inobjetables. Y se puede estar más o menor de acuerdo con ellas, con su lucha, con los fundamentos ideológicos que la sustentan y con sus métodos, sobre todo con sus métodos, pero leyendo este libro resulta prácticamente imposible no simpatizar con ellas, con su capacidad de hacer suyo el sufrimiento de sus semejantes y no quedarse con los brazos cruzados ante él.

Es, como queda dicho, un relato apasionado y por tanto extraordinariamente fácil de leer. Hay en ciertos pasajes una retórica bélica que es más comprensible que agradable, pero en general es un relato de extraordinario interés que se lee con una fluidez notable.

Explican muchas cosas, entre ellas la forma de protesta que las identifica, el pecho desnudo, la corona de flores y el cuerpo como soporte a las palabras, y es una explicación convincente, intelectualmente sólida y no simplemente una forma efectiva de llamar la atención. La simple idea de enfrentar el cuerpo desnudo a la injusticia mueve a la empatía, pero ellas no se ven como representantes modernas de la resistencia no violenta, sino como agentes activas de una guerra desigual pero cruda y en curso. No es algo sobre lo que sea este el lugar apropiado para reflexionar y además es sobre lo que cuenta el libro y no sobre mi opinión sobre ello sobre lo que habría que debatir. A mí me causaba cierta prevención que, independientemente de lo justo de sus objetivos, su protesta puede traspasar con cierta facilidad lo que para mí es una línea roja: la libre expresión de una idea no debe usarse para evitar la libre expresión de otra, independientemente de lo poderosos o débiles que sean quienes defienden la una o la otra. Pero leído este libro esa prevención deja de tener sentido. Las cosas que defiende Femen y sus motivaciones tanto personales como ideológicas están clara y brillantemente expuestas en En el principio era el cuerpo y la simpatía que uno sienta hacia ellas y hacia su causa dependerá de cada lector, lo que está claro es que este libro le hará comprenderlas.

Finalmente hay una consideración más, un atractivo que se suma al que voluntariamente sus autoras encerraron en sus páginas. En el principio era el cuerpo es un magnífico retrato tanto de la sociedad ucraniana actual como de la rusa y de las relaciones entre ellas, lo cual es algo tan de actualidad que le añade a este libro un valor que me atrevería a calificar de extraordinario, porque ayuda a comprender gran parte de lo que ocurre en aquella parte del mundo en estos días en que el resto del planeta tiene puestos sus ojos en ella.

Andrés Barrero
andres@librosyliteratura.es
@abarreror

 

2 comentarios en «Femen. En el principio era el cuerpo»

  1. He leído entusiasmada tu reseña y ya estoy deseando leer este libro, sobre todo porque tengo la impresión de que ellas, como otras comunidades o grupos d emujeres que han ofrecido pelea o resistencia han empleado unos patrones de actuación que una vez explicados han adquirido todo el sentido, me interesa pues, saber y comprender el sentido de esos pechos descubiertos y esas coronas de flores, su simbología etc… En fin, que me has pillado en un momento muy receptivo a este tema 😉 (Como casi siempre jejejej)

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  2. La verdad es que el sentido se lo encontraron después de empezar a hacerlo, pero sigue pareciéndome tremendamente efectivo y consistente. Creo que te gustará, además de lo que uno espera se encuentra a unas personas de gran sensibilidad frente a la injusticia y que son en cierto modo entrañables.
    un abrazo y gracias,

    Andrés

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