La ventana mágica, de Anabel García Capapey

La ventana MágicaDice la contraportada de este libro, que desde que nacemos nuestra vida es una sucesión de cambios… Pues de eso va este cuento. Iba a decirles este cuento infantil, (que sin duda lo es), pero este tipo de cuentos son también para gente con el gusto y la sensibilidad de comprender y comprenderse.

Yo sé que no es fácil explicarlo, pero estos cuentos, este tipo de álbumes ilustrados llamados infantiles, son en realidad un mar de momentos especiales en los que puede y debe navegar un adulto, en la compañía de un tierno infante o en la soledad de sus pensamientos y sus propios miedos.

La ventana mágica está escrito por Anabel García Capapey, la mejor cuntoterapeuta que conozco, es muchas más cosas, pero vamos a dejarlo en eso para que a lo que aquí nos importa. Bueno tampoco puedo dejar de decir, porque sí que importa, que es una persona especial, seguro que como dría Machado, de haberla conocido, “una mujer buena”.

Nunca, nunca dejen pasar por alto una presentación o una charla dada por esta autora, una humanista de esas que da ejemplaridad al propio término.

La vida está llena de cambios, y todos sabemos que los cambios son retos emocionantes pero que pueden llegar a producir ciertos miedos.

Esto es lo que conozco, y esto es con lo que vivo y soy feliz… Pero hay que aprender a romper esas barreras del miedo sin despreciar lo que todos entendemos por lógica prudencia.

Es imposible conocer el futuro, es incluso impredecible, pero hay que avanzar en la vida, nadie se puede quedar estancado, quedarse quieto es no crecer, es no sentir, es, en definitiva no vivir.

Portada Anabel

Los compañeros de siempre, los profesores de siempre, la familia, todos estarán ahí si los queremos y los cuidamos, pero el mundo es muy grande y hay mucho por conocer, cosas y sobre todo personas que nos acompañen por esos nuevos caminos; personas a las que querremos y que nos enseñarán más y más, y más adelante otras muchas a las que podremos enseñar… Ese es el círculo de la vida.

Conservar lo que se tiene y trabajar cada día por descubrir cosas diferentes con los ojos de la cara, con los ojos del alma y con los ojos del corazón, ¡que no se vayan a pensar que son los mismos!

No les ocultaré que Anabel y yo hemos abierto juntas muchas ventanas mágicas, casi siempre han sido aciertos, han sido avances, pero no duden ni un momento que cada una de nosotras hemos tenido que abrir nuestras propias ventanas, yo he sido siempre más cobardica, más insegura, y ahí estaba ella para darme el empujón que me hacía falta.

Anabel 3

En otras ocasiones he abierto mis propias ventanas y he dejado que entrase un nuevo futuro, estar hoy aquí con todos ustedes, ya desde hace unos años, fue también una forma de abrir una ventana mágica; desde este lugar les hablo de mis lecturas, pero también de mis sentimientos, de mi vida, y de las ventanas mágicas que poco a poco voy abriendo.

Ustedes, todos los que están detrás de esta ventana, también mágica, que es LibrosyLiteratura.es, son naturalmente los destinatarios de esos futuros que exploro a través de mis lecturas, de todas; de muchas les hablo porque ellas, como esta, me hablan a mí, y uno piensa que debe compartir ciertas experiencias, las buenas porque nos ayudan a ser felices, las otras porque nos ayudan a crecer. Nunca creo haberles hablado mal de un libro, o no hablo, o al menos no creo que sea quien para despreciarlo, esa sí es la única ventana que nunca atravesare.

Anabel 2

La ventana mágica, es un cuento que había que escribir y dibujar, por cierto con muchísimo gusto y acierto por parte de Rocío La Pequeña, porque hay que hablar de los miedos con nuestros hijos, con nuestros amigos, con nuestra familia, pero muchas veces no sabemos de qué manera enfocar o afrontar el asunto y está claro que toda esta diversidad de ventanas que nos dibuja en las primeras y últimas páginas nos pueden dar una idea de cuántas y diferentes miradas puede tener un mismo miedo.

8 comentarios en «La ventana mágica, de Anabel García Capapey»

    • Yo también pienso como tú, Yolanda, que son obras de arte y la mayoría de las veces en un doble sentido, por las imágenes y la presentación y a su vez por lo que dicen esas pocas frases que los ilustran. y es que es dificil saber qué ilustra a qué.

      Gracias por dejar tu comentario, amiga!!

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  1. Gracias Susana por esta preciosa reseña que tan bien habla de mi cuento y de mi persona. Es cierto que juntas nos hemos asomado muchísimas veces a la ventana de la vida y siempre hemos disfrutado de nuestra compañía y apoyo. Para mí, como dicen los niños de este cuento, el miedo no es insuperable si se puede contar con amigos y yo siempre he sabido que sin importar ni el tiempo ni la distancia que nos separe, siempre puedo contar contigo.

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  2. Gracias a ti, amiga!!!
    Lo que le pido a la vida es seguir teniendo ventanas que atravesar, eso será crecer, será vivir, y seguro que juntas volvemos a cruzar ventanas que nos seguirán uniendo y uniéndonos a otros 😉

    Un cuento maravillosos que debía estar aquí, en nuestra casa y entre los mejores libros del mundo.

    Besicos miles!!

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  3. Hola Susana,
    No queda otra que vivir fkexibilizándose al ritmo de los cambios. No sé dónde he oído hace poco que tendríamos que educar a los hijos a vivir con valentía en medio de las tempestades, educarlos en no ser infelices en una tormenta, porque esa va a ser su vida, como la de todos. Y ya decía Punset, que la felicidad, es la ausencia de miedo. Luego ya está a lo que tú te refieres y que yo estoy contigo en la misma proporción que en la de no tener miedo a los cambios, el sentido común y la prudencia, que tampoco hay porqué tener que ir buscando directamente a los tornados.
    Me cae bien tu amiga especial, con esa etiqueta tan original de “cuentoterapeuta”, mucho más bonita que cualquier psicólogo, jajaja.

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    • La terapia a través de los cuentos, de las historias, de los libros ¡Cómo no admirar a alquien que es capaz de curar así el alma! Y la quiero porque siempre que se lo pedía me cantaba Alfonsina y el mar, aun sin ganas, y ni se le notaba jajajaja La otra alma bendita que me acompañó en eso de dejar los humos 😉

      Un besico, amiga !!!

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