Canciones de amor a quemarropa

Canciones de amor a quemarropa de Nickolas Butler

 Canciones de amor a quemarropaReconozcámoslo, la literatura es una droga, y de las fuertes. Muchos estamos enganchados, pero es tal su potencia, que la mayoría de la gente no la puede consumir en su estado más puro, y necesita “cortarla” o “diluirla”, adquiriéndola en subproductos a los que se les ha quitado una gran parte literaria y se le han añadido lugares comunes, tópicos, tramas más que trilladas y fórmulas de éxito probadas una y otra vez, dando como resultado novelas que se venden fácilmente, pero que carecen de la energía y la fuerza de la literatura auténtica.… Leer la reseña completa del libro "Canciones de amor a quemarropa" “Canciones de amor a quemarropa”

Primeras páginas: Todo es silencio

 

todo es silencio

 

 El silencio amigo

  

I 

 

La boca no es para hablar. Es para callar.

Era un dicho de Mariscal que su padre repetía como una letanía y que Víctor Rumbo, Brinco, recordó cuando el otro muchacho, aterrado, vio lo que había en el raro envoltorio que él había sacado del cesto de pescador y preguntó lo que no tenía que preguntar.

—¿Y eso qué es? ¿Qué vas a hacer?

—Tienen boca y no hablan —respondió lacónico.

La marea estaba baja o pensando en subir, en una calma atónita y destellante que allí resultaba extraña. Estaban los dos, Brinco y Fins, en las rocas próximas al rompiente, al pie del faro del cabo de Cons, y no muy lejos de las cruces de piedra que recuerdan a náufragos y pescadores muertos.Leer la reseña completa del libro "Primeras páginas: Todo es silencio" “Primeras páginas: Todo es silencio”

Primeras páginas: Ru

ru

 

A la gente de mi país

 

En francés, ru significa «arroyuelo» y, en sentido figurado, «flujo» (de lágrimas, de sangre, de dinero) (Le Robert historique). En vietnamita, ru significa «canción de cuna», «arrullar».

 

 

Llegué al mundo durante la ofensiva del Tet, en los primeros días del nuevo año del Mono, cuando las largas retahílas de petardos colgados ante las casas estallaban en polifonía con el sonido de las metralletas.

Vi la luz en Saigón, donde los restos de los petardos reventados en mil migajas coloreaban el suelo de rojo como pétalos de cerezo, o como la sangre de los dos millones de soldados desplegados, diseminados por las ciudades y las aldeas de un Vietnam desgarrado en dos.Leer la reseña completa del libro "Primeras páginas: Ru" “Primeras páginas: Ru”