El libro invisible, de Santiago García-Clairac

El libro invisibleLa verdad es que tiene que ser un rollo cuando eres pequeño y  cada dos por tres te estás mudando y cambiando de colegio y amigos. A pesar de haber vivido unas cuantas mudanzas, tuve la suerte de que mi familia se instalara en Cáceres definitivamente cuando yo tenía tres años, así que toda mi vida escolar la he vivido aquí. Mis hermanos, mayores que yo todos, no tuvieron la misma suerte y en más de una ocasión, debido al trabajo de mi padre, tuvieron que cambiar de ciudad y, por ello, dejar atrás sus coles y sus amigos.

Esto mismo es lo que le ocurre al protagonista de El libro invisible. El padre de César, es un escritor que cada año decide cambiar de ciudad en busca de la inspiración. Una postura un poco egoísta si tenemos en cuenta que cada vez que cambia de ciudad, sus hijos y su mujer tienen que dejar atrás sus vidas. César está harto de esta situación y esa frustración se manifiesta en una especie de desdén hacia su padre y hacia los libros infantiles que éste escribe. Es incapaz de leer ninguno debido al rencor. Pero todo cambiará en su nuevo destino.

El primer día de colegio, César experimenta las mismas sensaciones tan conocidas: él es el nuevo, como siempre, y todos los compañeros le miran como a un bicho raro. Todos menos Lucía, una chica muy particular que desde el primer día se sienta junto a César en clase. La verborrea de Lucía y todas las preguntas que le lanza sin parar incomodan a César, quien ve en ella a la nueva pesadilla de este curso. Aun así, a pesar de la reticencia de César, Lucía insiste en contarle su vida (quiere ser escritora) y en averiguar más sobre la suya. Cuando descubre que el padre de César es escritor, ésta le pide poder leer el libro que su padre se encuentra escribiendo en ese momento: El libro invisible.

Así, gracias a la insistencia de Lucía, ambos empiezan a compartir un secreto: leerán a escondidas el libro que el padre de César está escribiendo y poco a poco, comienza a fraguarse una insólita amistad. Lucía no sólo será su nueva amiga, sino que será su confidente y le ayudará incluso a librarse de los matones del colegio que la tienen tomada con César.

El libro invisible viene acompañado de las ilustraciones de mi paisano y vecino Fermín Solís, genial escritor e ilustrador de libros infantiles y de novelas gráficas como Buñuel en el laberinto de las tortugas, que ha sido incluso adaptada al cine.

Todos hemos crecido con los libros de El barco de vapor, son una apuesta segura. El libro invisible también lo es. ¿Que qué ocurre con César y Lucia y el libro que ambos leen a escondidas? Pues tendréis que leerlo vosotros mismos. Yo solo os puedo decir que merece la pena vivir esta aventura con ellos. ¿Os animáis?

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