El método Catfulness, de Paolo Valentino

El método CatfulnessYa está aquí la loca de los gatos, diréis. Y no seré yo quien os quite la razón. Aquí estoy otra vez para hablaros de gatetes. Fijaos si me gustan los gatos, que hasta me atrevo a leer libros basados en mindfulness y demás cosas raras que no me van demasiado con tal de leer sobre felinos. ¿Sabéis qué es el mindfulness? Pues algo así como una filosofía de vida basada en la meditación para mejorar la calidad de vida y otros conceptos abstractos que mi mente, tan poco espiritual en estos casos, no logra entender. Pero vamos, lo idea básica creo que la he captado.

El método Catfulness se inspira en esta filosofía de vida pero en este caso con gatos como maestros. Que a mí, personalmente me inspira más confianza un gato que cualquiera de esos gurúes illuminati. No, si al final me la estoy buscando…

El caso es que de mayor no me importaría nada ser gato. Pasarme horas durmiendo y comiendo cuando me apeteciera, dominando a los humanos mientras planeo conquistar el mundo. No me digáis que no es un buen plan. Y si encima eres un gato casero, que tiene siempre comida a su alcance, camas calentitas, caricias y juguetes yo firmo ya por convertirme en felina. Mientras tanto se me pasa observando a mis dos compañeros de piso peludos.

El método Catfulness nos propone un programa en siete semanas para alcanzar esa filosofía mindfulness a través de la sabiduría gatuna. Cada día de la semana recibimos una enseñanza y, al finalizar la semana, el libro nos propone un ejercicio para llevar a cabo lo aprendido.

Y es que hay muchas cualidades que podemos aprender de nuestros compañeros. La paciencia es una de ellas. Cuando lo preguntaron a un maestro sufí quién le había ensañado a meditar, su respuesta fue “un gato agazapado frente a la madriguera de un ratón”. Además de la paciencia, los gatetes tienen otras cualidades que deberíamos imitar como son la curiosidad, la importancia del descanso, el valor de la rutina, la tranquilidad, ser agradecido, dependiente o aprender a desahogarse o a decir que no. La verdad es que los gatos son maestros en estos asuntos y a nosotros todavía nos queda mucho que aprender.

El método Catfulness viene acompañado de las ilustraciones de Mariana Coppo, que son muy acertadas y aportan  una dosis de ternura al texto.

La idea es original. Como os decía, puestos a seguir aluna filosofía me quedo con la felina. No nos vendría nada mal aprender de ellos y aplicar sus geniales cualidades en nuestro día a día. Seguro que en muchos aspectos nos  iría mucho mejor.

2 comentarios en «El método Catfulness, de Paolo Valentino»

  1. Ja, ja, ja, yo también soy muy gatuna, pero no sé si me animaré a leer este libro. Eso sí, estoy de acuerdo contigo; como gato no se viviría nada mal, ahí lo dejo.

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