Entrevista a Laura Cárdenas

Entrevista a Laura Cárdenas

Cuando-el-diccionario-empieza-por-la-ZEntrevistamos hoy a Laura Cárdenas, autora de Cuando el abecedario empieza por la z, la magnífica novela que logró ser una de las mejor valoradas por los usuarios de amazon el pasado año, lo que probablemente sea la menor de sus virtudes. Una novela tan fresca, tan libre, que era imposible resistir la tentación de entrevistar a su autora. Comencemos por una la pequeña batería de preguntas común a todos los autores que nos visitan que tratan básicamente de su forma de escribir:

1. ¿De día o noche?

Cuando llega la inspiración. Soy poco metódica, la verdad.

No se debe forzar la situación a menos que tengas muy claro lo que quieres contar. Si te sientas a escribir por escribir, lo más probable es que acabes desechando gran parte de lo que hayas escrito.

2. ¿Un cigarrillo al lado?

Por suerte no fumo.

Podría decirte, una copa de Ribera del Duero al lado para hacer el momento idílico, pero lo más idílico que he tenido al lado ha sido un cappuccino en un bar donde me llegó la inspiración mientras esperaba que mi coche pasara la revisión.

3. ¿El papel y la pluma han pasado a mejor vida?

Lo más cómodo es escribir con un ordenador, pero yo soy fiel defensora del papel y la pluma.  Siempre llevo un cuaderno en el bolso y una Sheaffer que me regalaron unos amigos por mi cumpleaños hace algunos años.

Me gusta mucho la caligrafía que te otorga una pluma aunque sea más lenta la escritura.

4. ¿La inspiración llega por sorpresa, o sorprendentemente, siempre te pilla trabajando?

La inspiración llega indiferentemente de donde te encuentres. Da igual si estás trabajando, en la ducha o caminando por la calle. Esa es la magia de las historias…

5. ¿Quién es tu mayor crítico?

Posiblemente lo sea yo misma y si esto no vale como respuesta usaré la tópica: Mi familia.

6. ¿Qué personaje te gustaría que leyese tu libro?

Nunca me lo he planteado.

Realmente me da igual quién lo lea siempre que lo disfrute y le haga pasar un buen rato. No hay lector malo.

7. ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora?

No soy de leer más de un libro a la vez. Lo considero como «una infidelidad literaria». Después de un libro denso intento meter algo de literatura liviana.

Ahora mismo estoy con «La  chica que se quería quemar a lo Bonzo porque él no tapaba el champú» de Raquel Martos y Laura Llopis, el cual creo que me va a durar un asalto.

8. ¿Qué libro guardas como el más valioso?

¿Uno Solo? Qué difícil…

Kafka en la Orilla de Haruki Murakami está ahora mismo en la cresta de mi ola literaria.

9. ¿Qué usas para marcar las páginas?

Todo lo poco metódica que soy para escribir, lo soy para leer. Tengo todo un ritual de lectura que llevo a cabo con cada libro de mi biblioteca. Todos llevan dentro su propio marcapáginas. Suelo comprarlos en viajes, en museos, en ciudades de paso, por internet…

Hay veces que reservo un marcapáginas bonito para libros que sé que me van a gustar seguro, aunque a veces haya habido algún que otro chasco.

10. ¿El mejor lugar para leer?

Mi rincón de lectura en mi habitación.

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Pasamos a unas preguntas más personales, más cercanas aunque probablemente no lleguen a serlo tanto como el propio Cuando el abecedario empieza por la z.

1.- En primer lugar quiero felicitarte por tu novela, tiene esa frescura y esa calidez de una primera obra en la que se nota que se ha invertido mucho cariño pero a la vez está muy bien acabada. Aunque esto de escribir es un proceso sin fin y la tentación de reescribir es difícil de manejar, ¿consideras que has transmitido todo lo que querías transmitir con la historia?

Gracias. Considero que sí. Al menos tengo ese regusto a bueno de haber llevado a ojos de los demás la historia que yo quería y como yo quería que llegase.

2.- Decía en la reseña que la decisión de hacer a la protagonista un personaje de gran complejidad psicológica era todo un acierto porque si hubieses narrado la misma historia desde el punto de vista de la A en lugar de desde el de la Z habría cambiado radicalmente. Las contradicciones suelen ser un gran motor narrativo y Zoe es todo un pozo de contradicciones, aunque tengan su lógica interna. ¿Es una decisión consciente o simplemente te apetecía narrar tu abecedario desde Zoe?

Era una decisión totalmente consciente. Me gusta escribir sobre lo que conozco y por mucho que crea conocer a los hombres no sé cómo sienten o padecen. Puedo comprenderlo, pero no saberlo. Por ello siempre las protagonistas de mis historias son figuras femeninas con todo lo que conlleva.

3.- Una de las cosas que me gustan del abecedario es que es una historia muy pegada a la realidad, muy de gente corriente. Hay muchos autores, hoy día parece que son hasta mayoría, que para contar una historia necesitan encontrar sucesos extraordinarios, personajes extravagantes o coartadas reales o historicistas que le den soporte, ¿tu compromiso con las personas reales es consecuencia de esta historia que cuentas o es la temática en la que te sientes cómoda como narradora? ¿Cómo lectora sientes esta misma predilección?

Como te decía en la respuesta anterior, me gusta contar historias que puedan llevarse a la realidad, por eso escribo sobre lo que conozco para que cualquier lector se lo pueda llevar a su terreno. La protagonista de mi historia, Zoe, es fotógrafo y a su vez  es una de mis grandes pasiones. Álex es ingeniero y yo gran parte de mi vida profesional la he pasado trabajando en ingeniería, mis hermanos trabajan también en el sector e incluso nuestro padre también trabajaba en industria…

Nuestro entorno diario da para muchísimas historias con las que sentirse identificados y no por ello debe de haber una enorme tragedia de por medio o un hecho histórico recurrente.

Como lectora soy una facilona. Me gana una buena historia de amor, de humor, una trama densa bien contada… Me gusta leer y leo hasta las etiquetas del gel.

4.- Dices que eres consciente de que la escritura es un proceso en el que te queda mucho que aprender, sin embargo existe el riesgo de perder la frescura y la fluidez narrativa que tan presentes están en tu novela. ¿Esas virtudes son tan espontáneas como parecen o en realidad son fruto de mucho trabajo? ¿Disfrutas corrigiendo tus textos?

Desde que me recuerdo escribiendo lo he hecho con historias cotidianas. Imagino que esto viaja con tus propias inquietudes. El que es amante de la ciencia ficción escribe sobre ello, o sobre historia, o sobre cualquier otro género.

Me siento cómoda con lo cotidiano y lo disfruto llevándomelo a mí terreno.

5.- Conduces un programa musical en la radio que, hasta dónde he podido comprobar, es muy ecléctico, no eres en absoluto esclava de géneros, tendencias o modas. ¿Te ocurre lo mismo en tus gustos literarios? Si tuvieras que elegir una banda sonora del abecedario, ¿qué canciones incluiría?

Me encanta esta pregunta, gracias.

Mis gustos literarios son tan abiertos como mis gustos musicales.

Cuando empecé mi aventura con «El Camarote» tenía muy claro que no quería que sonara la oferta musical que suena a la vuelta del dial, por eso huyo de la tendencia.

Tampoco es en sí un programa cien por cien musical dado que se habla de todo. Todo tiene cabida en la travesía ¡Hasta los libros!

Respecto a las canciones del abecedario sonaban muchísimas en mi cabeza. Por ejemplo, en la primera cita en el apartamento de Zoe en la que sonaba jazz con bossanova en mi cabeza sonaba Je Veux de Zaz.

En uno de los emails, que casualmente da título a un capitulo, sonaba Rara de Georgina y así, un enorme etcétera, tanto es, que ya te adelanto que mi próxima historia llevará consigo una lista de canciones en Spotify.

6.- Tu decisión de autoeditar Cuando el abecedario empieza por la z aun teniendo ofertas firmes de editoriales es muy interesante y me consta que fue muy meditada, ¿piensas continuar por ese camino o para tus futuras obras quieres probar también a otra opción?

No me importaría continuar con la autoedición. Ni en mis mayores sueños pensé que el abecedario fuera a funcionar tan  bien.

Las editoriales ayudan mucho en cuanto a promoción, publicidad y que la edición sea más correcta… Pero sus políticas de precios abusivos y que hacen dejar de un lado la ilusión para convertirse en el negocio de un producto me hacen pensar las cosas dos veces.

7.- La tuya es una novela, entre otras cosas, de amistades tan fuertes como sinceras. ¿Te gusta mantener una relación con tus lectores similar a la que mantienen Marta y Zoe, en la que todo lo que se debe decir se dice independientemente del apoyo incondicional que se profesan?

Si, sin dudar.

Se deben de decir las cosas con el respeto suficiente para ayudar y no hacer daño. La verdad a veces es muy dolorosa. Hay que saber manejar la situación y comportarse con los demás como nos gustaría que se comportasen con nosotros.

8.- Hablando de lectores, sé que te gusta especialmente conocer las opiniones de aquellos que leen tu obra, pero ¿piensas en eso cuando escribes?, ¿has cambiado algo no porque no te gustase sino porque pensaras que podía no gustarle a tus lectores?

Cuando te planteas publicar y es algo que yo no hice en ningún momento con el abecedario pero que sí que me planteo con la segunda, intentas potenciar tus puntos fuertes y eso, sin duda, nace de las opiniones de los lectores.

No sé si otros escritores harán esto pero yo le pido a mi círculo cercano opiniones de lo que voy escribiendo y así conocer de primera mano pros y contras de gente que me va a decir siempre la verdad.

No es que vaya modificando la historia, porque dejaría de ser mía, pero sí que voy sabiendo el impacto que causa.

9.- Y siguiendo con los lectores. Yo creo que el lector tiene que tener mucho trabajo en las obras, como lector no me gusta que me den todo hecho y por la misma razón creo que debe haber muchas partes de la historia abiertas para que se solucionen o no en la imaginación de los lectores. Y el resultado de ese proceso suele ser sorprendente, a menudo diferente de lo que uno mismo imagina al escribirlos. La pregunta es complicada, aunque no lo parezca: en tu opinión, ¿las historias son de los escritores o de los lectores?

Las historias son de ambos y comparto totalmente tu opinión.

En el abecedario yo intenté dejar patente esas respuestas abiertas, por ejemplo, cuando la protagonista expresa su interés en recuperar la relación con sus hermanos que no se sabe en ningún momento si se lleva o no a cabo. La vida es así… al final, siempre hay algo que se queda sin contestar.

10.- Zoe libra muchas batallas, la mayor parte contra sí misma, sin embargo tiene una muy difícil que es su pretensión o su necesidad de no ser juzgada por su pasado, que sus anteriores relaciones no influyan en su presente y su futuro. ¿Dirías que esa necesidad personal de Zoe es extensiva a una carrera literaria?, ¿se puede mantener la misma libertad creativa en la segunda obra y sucesivas que en la primera o la relación que se establece con los lectores te condiciona de algún modo?

La vida lleva consigo una inevitable evolución, indiferentemente de que sea a mejor o a peor. Tu estado anímico también influye y queramos o no, también las opiniones.

Con Zoe tengo la diferencia de que a mí no me importa que se me juzgue por algo que he hecho con toda la buena intención y más, y siendo egoísta, con el momento tan bonito que estoy viviendo gracias a ella y a el abecedario.

Sería una falta de respeto a los que os habéis leído la historia y la habéis disfrutado si yo quisiera alejarme de ella en un futuro.

Aunque hubiera sido negativo el resultado se debe de usar para aprender y evolucionar, ya con eso sacas algo bueno.

La relación con los lectores es apasionante. Es un regalo maravilloso y a la vez un privilegio de unos cuantos.

11.- Hablando de la segunda novela, ¿dirías que es más fácil o más difícil escribirla que la primera?

No me lo planteo como un algo «fácil o difícil»  Posiblemente, porque no tengo que cumplir los tiempos que te exige una editorial. Tengo muy claro que hay que escribir mejor y que evolucionar, esa es la meta.

Lograr que el lector te relacione como quien ha escrito el abecedario y que a su vez no relacione a los personajes de tus siguientes historias.

12.- Hablas del apartamento de Z. con mucho mimo, como si lo hubieses decorado con tus propias manos, que en cierto modo es así. ¿Qué importancia le das a los escenarios en una narración? ¿Crees que en cierto modo pueden condicionar la historia que cuentas?

Sin duda.

Es un privilegio que tenemos las personas «videntes». La primera carta de presentación que tenemos respecto hacia alguien o algo es totalmente visual.

Dice mucho de las personas su entorno, su forma de caminar… Es eso lo que hace a la persona, persona como tal. Su forma de comportarse, los lugares que frecuenta, por dónde se mueve, sus casas…

Los escenarios, al menos para mí, son tan importantes como los personajes. Aunque soy consciente de que no soy Tolkien en cuanto a nivel detalle.

13.- Para terminar, ¿cómo crees que influye tu tierra en tu obra? ¿Crees que si hubieses escrito Cuando el abecedario empieza por la z en otro lugar, en uno sin mar, por ejemplo, sería igual?

No me veo viviendo lejos del mar, pero como animales de costumbres que somos, te adaptas al entorno.

Al final las pasiones siempre están por encima de los lugares.

Acabas leyendo un libro en un viaje relámpago a Madrid, viviendo tres meses de veraneo en Punta Umbría o desplazado por trabajo a Torrepacheco.

Escribir es igual. Si amas lo que haces, lo haces en cualquier lugar indiferentemente de lo que veas a tu alrededor.

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Una pregunta más fuera de programa, además es una pregunta rara porque te voy a preguntar sobre mis propias obsesiones, cuando imagino que ya tendrás bastante con las tuyas. Vi en una entrevista que te gustaba cocinar, incluso se habló de tu plato estrella, milhojas de patata confitada y jamón creo. Yo siempre he pensado que la cocina y la literatura son disciplinas con muchas similitudes, ¿cocinas como escribes?, ¿crees que existe una relación entre ambas cosas? También me llama la atención que Z. no heredase esa habilidad tuya, ¿hay alguna razón para ello o simplemente te apeteció que fuera así?

Me encanta cocinar e innovar. Me relaja.

No lo hago todo lo que quisiera pero cuando me pongo siempre intento hacer algo nuevo, cosa que conlleva el problema de que como no anoto las recetas hay veces que quiero volver a hacerlas y no recuerdo la mitad de los ingredientes.

Lo de hacer a Zoe cocinillas lo pensé, pero es mentalmente desordenada y no recuerda ni un alimento de los que tiene en la nevera, sería paradójico que fuera una excelente cocinera. Aunque la cena que le prepara a Álex la hace aprobar en esa asignatura.

Nunca me había planteado una relación entre la cocina y la escritura, aunque me parece cuanto menos interesante.

Con mi amiga María Villalón (Cantante y autora del libro «El insólito viaje de una gota de lluvia») siempre surge la broma de parafrasear a George Bernard Shaw y su «No hay amor más sincero que el amor a la comida»

Sin duda alguna una de las frases célebres más ciertas de la historia.

En fin, las obras literarias deben ser juzgadas por sí mismas independientemente de quién o cómo las haya escrito, motivo por el cual no acostumbro a solicitar entrevistas a los autores, para no desviar la atención de lo fundamental, que es la obra. Sin embargo era obligado para mí presentarles a Laura Cárdenas, no porque la entrevista aporte nada fundamental a Cuando el abecedario empieza por la z, sino porque hablar con ella es siempre un inmenso placer y me parecía egoísta no compartirlo con todos sus potenciales lectores. Gracias Laura, esperamos impacientes más noticias tuyas.

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