La bruja escarlata, de James Robinson

Bruja EscarlataConfieso que lo único que sabía de la Bruja Escarlata era lo que había visto de ella en la peli Vengadores: La era de Ultron, en donde Elizabeth Olsen (hermana de las gemelas Olsen, las de Padres forzosos), interpretaba su papel.

Tampoco sabía, lógicamente, que era hija del mismísimo Magneto ni que Stan Lee la creó porque su hija se lo pidió cuando a los 14 años esta padecía problemas de depresión y automutilación.

Pero, sobre todo, debo confesar que no tenía la más mínima intención de leer este comic hasta enterarme por el titular del periódico local de que mi ciudad era uno de los escenarios en los que transcurriría la acción. Y pensé también que poner a una bruja ahí donde hace poco más de 400 años tuvo lugar el proceso inquisitorial contra la brujería más grave y que más ha trascendido (el auto de fe de Logroño contra las brujas de Zugarramurdi), no dejaba de ser un guiño y un acierto. Fue ahí cuando mi interés creció y cuando busqué más información. Y mira por dónde, ¡todo el mundo hablaba maravillas de este La Bruja Escarlata: La senda de las brujas! Así que habría que comprobar si estaba justificado.

Para empezar, las portadas de David Aja son arte en estado puro. Esto sí que lo sabía, pues ya había visto varias de ellas figurar en los rankings de “mejores portadas de 2016” y no me extraña ya que, con solo tres colores (rojo, blanco y negro) consigue auténticas florituras minimalistas.

El dibujo corre a cargo de cinco artistas, (Del Rey, Dillon, Rudy, Visions y Pulido). Cada uno se encarga de un “tomito” y cada uno tiene su estilo propio, bien reconocible, variado y excelente, que, si bien en conjunto forman un todo incoherente en lo tocante al grafismo, episodio a episodio funcionan y uno se acostumbra con rapidez al cambio de autores. Personalmente destaco sobre todo el del español Pulido y el color de su capítulo.

Vamos con el fondo. Lo primero a destacar es que esto no es un Doctor Extraño en femenino ni un cómic de superhéroes al uso. No vamos a tener un previo en el que se nos cuente el origen del personaje, ni su pasado remoto o reciente ni sus parentescos. No. Vamos a entrar directamente en la acción con una Wanda Maximoff que quiere dejar atrás su pasado como Vengadora, –aunque todo aquel que la conoce la conoce precisamente por la pertenencia a dicho grupo– y su campo de acción va a ser el folclore, la mitología y la magia.

Wanda “percibe” que algo va mal y no es magia, sino brujería. Puede levitar, teletransportarse… “a menudo llaman a mis hechizos magia caótica… pero en realidad están muy alejados del caos: su poder e intensidad están relacionados con la energía de la tierra y  la femineidad”…”se denomina brujería”.

Para intentar arreglar esa cosa que va mal, que no sabe qué es pero lo siente, viajará por todo el mundo (Irlanda, Grecia, España,…) allá donde note que debe estar, acompañada por el fantasma de Ágatha, su mentora, a la que ella misma mató (y no se nos explica cómo ni por qué, aunque parece ser que fue un accidente).

Hay quien ha comparado La Bruja Escarlata: La senda de las brujas con Hellblazer, pero yo no diría tanto. (John Constantine es y será, en mi opinión, el mago/hechicero más mejor de los cómics, sí, por encima del Doctor Extraño). Es más algo tipo Expediente-X. Wanda irá “resolviendo los misterios” de la semana como si se tratara del “monstruo de la semana” y no será hasta el final cuando descubra que todo está relacionado con…

En este tomo de la Colección 100% Marvel tenemos una buena historia brujeril-detectivesca, porque en el fondo, lo que Wanda quiere es descubrir qué o quién está tras ese desorden, ese, desequilibrio en la fuerza, y para eso irá tirando del hilo que solo ella ve y del que nosotros tenemos que fiarnos. Aunque a la vez también es una historia de redención. La hechicera carga con una culpa de la que no puede deshacerse pero quiere avanzar, dejar atrás el pasado, y hacer el bien.

No voy a entrar a hablar de lo que se entiende por bruja pues, en el prólogo ya se ocupan de ello (la partera medieval, mendiga, libertina, curandera, esposa desobediente,… todas aquellas mujeres que en la Edad Media se salían de la norma e incitaban a otras a salirse también) ni de que si Wanda es feminista y representa a las mujeres… No me voy a meter en esos jardines. Este es un cómic para pasar un buen rato sin tener que preocuparnos de mayores análisis.

Para acabar quiero añadir que creo que podría decirse que este cómic es lo que en el cine viene a ser un sleeper. Algo que parece poca cosa pero que gracias al boca a boca y sin una campaña de promoción brutal consigue gran éxito de taquilla e incluso algún Oscar. Un tapado a la espera de que todos lo descubramos. Y eso es lo que me gustaría conseguir: que lo descubráis.

He disfrutado muchísimo de su lectura, tanto a nivel gráfico como argumental. No importa que no se conozca el personaje. Este puede ser un buen tomo inicial para empezar a conocerlo.

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