La sacudida, de Fernando Goitia

 

La sacudidaHay novelas que te muestran tu propia realidad y hay novelas que te hacen viajar. Algunas logran las dos cosas. Este es el caso de La sacudida, la novela debut del periodista Fernando Goitia con la que viajamos a Centroamérica y al mismo tiempo nos quedamos muy cerca de casa.

La sacudida tiene uno de los mejores arranques que he leído este año. Comienza en Nicaragua ante ese titán que fue el huracán Mitch. Inundaciones, terremotos, riadas de lodo que se llevan por delante pueblos enteros, vientos a doscientos kilómetros por hora, un volcán que sepulta en lava a más de dos mil personas. Y entre toda esa devastación, la más absoluta que podamos imaginar, una mano y un rostro descarnado asoman entre el barro. Un periodista español se acerca al hombre enterrado y empieza a hacerle fotografías pensando que está muerto. Pero está vivo. Así arranca la historia de Miguel y Julio, dos hombres muy diferentes y al mismo tiempo casi dobles. Dos hombres oscuros, que lo han perdido todo, y a los que seguiremos a lo largo de trescientas cincuenta páginas buscando respuestas.

Como podéis imaginar, La sacudida es un thriller, pero al mismo tiempo es una novela que trata temas muy humanos en medio de la destrucción y la huida. Hubiera sido fácil irse por una ficción más peliculera, con páginas y páginas de acción y ríos de sangre pero, si buscáis algo así, La sacudida no es vuestro libro. Esta novela cuenta la historia de dos hombres de carne y hueso que huyen de su pasado. Y, por supuesto, el pasado, como buen enemigo, se empeña en darles alcance y ponerles contra las cuerdas. En esta novela hay dolor, hay sangre y persecuciones, sí. Pero también hay humor, amistad, erotismo y segundas oportunidades.

El argumento de un thriller es siempre es difícil de contar porque temes dar algún detalle clave que pueda considerarse spoiler. Intentaré no hacerlo, os juro que no adelanto más que las primeras páginas de la novela. La sacudida empieza con Miguel, un periodista vasco que vive en Nicaragua y está intentando cubrir para diversos medios la desolación del huracán Mitch. Enseguida sabemos que Miguel Goikoetxea no es su auténtico nombre y que vive en una paranoia constante. La novela nos revelará qué sucedió en España para que Miguel, sea cual sea su verdadero nombre, deba esconderse de este modo. Por su parte, Julio es un exguerrillero reciclado en asesino a sueldo que está en camino de hacer su último encargo antes de irse a vivir, con su mujer y sus hijas, a Estados Unidos. Pero antes de salir en búsqueda de la víctima, le cae (literalmente) un volcán encima. Las consecuencias del huracán Mitch unirán los destinos de estos dos hombres. Como habéis adivinado, Miguel es el periodista que devuelve a la vida a Julio, el sicario que tiene órdenes de matarle. Ya os lo he dicho, uno de los mejores arranques del año.

Es importante decir que la novela está contada en primera persona por sus dos protagonistas y va intercalando capítulos con la voz de uno y otro. Esto hace que no tengas claro en ningún momento quién es la víctima y quién el verdugo, que no puedas escoger bando y añade tensión a la relación entre el salvador y el superviviente. Otra de las cosas que más me ha gustado de La sacudida han sido las descripciones de los espacios, de las costumbres, el habla nica y la gastronomía centroamericana. Como decía al empezar, esta novela te hace viajar. Fernando Goitia, echando mano a sus propios recuerdos, lleva al lector a Nicaragua y Honduras de los años noventa y, aunque nunca hayas pisado esas tierras, sientes que ya has estado allí.

Aunque no olvidemos que la novela se sitúa en una de las peores catástrofes naturales de los últimos treinta años. La sacudida también es un road trip en el que encontramos a secundarios de lujo (quedaos con el nombre de Latania) y testimonios de la desolación y miseria producidas por el Mitch tan realistas que parecen voces grabadas in situ y trasladadas por el narrador a las páginas de su ficción. Todo esto bien macerado con el estilo del autor: personal, preciso y camaleónico a la hora de plasmar el acento y léxico de sus dos protagonistas.

Solo me queda reiterar la recomendación de esta historia y felicitar a Fernando Goitia, periodista y escritor que se estrena con esta novela, y del que espero poder leer más en los siguientes años.

Laura Gomara

 

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