Mi ángel tiene alas negras

Mi ángel tiene alas negras, de Elliot Chaze

Dicen que lo peor que puede pasarle a una persona es perder la esperanza. Frase hecha, claro está, de esas que adornan coloridas tarjetas superación personal. De todas maneras, en algún punto es una frase válida ya que la esperanza, junto con el tesón y la voluntad, es lo que permitió que algunos personajes literarios vivieran experiencias increíbles y así formaran grandes historias.

Es probable que muchos lectores de este libro no compartan mi opinión, pero creo que Tim Sunblade, uno de los protagonistas de Mi ángel tiene alas negras, era un hombre con esperanza. Sin eso, la historia probablemente no hubiese continuado luego de los dos primeros capítulos y hubiese quedado todo en una mera descripción del asunto.

La historia comienza cuando Tim sale de la cárcel, sin nada que perder y a nadie a quien buscar en esta nueva etapa de libertad. El conflicto surge cuando, en vez de encaminar su vida, se decide por armar y ejecutar un proyecto criminal –el asalto a un camión de caudales- para saciar su vida de malas experiencias y comenzar de nuevo. Triste opción para alguien con las posibilidades de trascender a partir de acciones un poco más nobles.

A pesar de estas malas intenciones, la historia no se centra en juzgar a Sunblade sino en mostrarlo exhibiendo sus máximas miserias de manera que para el lector sea imposible analizar los sucesos desde una mirada limpia, sino entendiendo el contexto, el pasado y la historia personal de este hombre, que nunca ha sido considerado por nadie y, menos aún, tentado a llevar una vida sin problemas y sin delitos. De alguna forma, el escritor plantea una mirada reflexiva sobre esta realidad y empapa al lector de la esperanza y ansiedad del sujete por dar el gran golpe de su vida, haciéndose de dinero instantáneamente. Es como si tanta miseria interior no le permitiese ver a Tim el error que está cometiendo y tenga que ser el mismo destino el que le haga pagar sus equivocaciones luego.

Volviendo a la historia, la trama se enriquece aún más con un personaje clave. Victoria es una mujer que conoce el protagonista en las primeras páginas y que parecía ser sólo un divertimento para una noche. Sin embargo, la personalidad misteriosa y a la vez cómplice de Victoria hace que una visita se convierta en una convivencia de estos dos personajes, y así se embarquen en el mismo proyecto con la idea de compartir el botín luego. La soledad los une y la compañía los enamora, al punto que ambos descubren sentimientos nunca antes vividos y sienten que su cruzada criminal es en realidad una reivindicación de lo mucho que pueden lograr unidos.

Sin dudas, una obra muy interesante que trabaja la psicología de los personajes e invita a reflexionar sobre las acciones desde otro paradigma. Repito que uno de los conceptos que sobrevuelan este libro es la esperanza, porque ambos personajes, en su fracasada  y trunca vida, creen que este nuevo proyecto puede salvarlos y asi escribir un nuevo capítulo en su historia, como reivindicándolos de la vida que habían elegido. Para el escritor, un aplauso por su construcción narrativa. Para el lector, una oportunidad de investigar entrelíneas.

Georgina Marrapodi

@georgimarrapodi

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