Poema a tres voces de Minase

Poema a tres voces de Minase. Renga, de Sôgi, Shôkaku y Sôchô

poema_a_tres_voces_de_minaseSi les digo que nos encontramos ante la obra cumbre del renga tal vez no les esté diciendo demasiado, al menos si, como yo, no se encuentran entre el reducido club de los iniciados en la poesía tradicional nipona. El renga es una modalidad poética japonesa, colaborativa. Los poetas escriben su poema en una única sesión, mano a mano a mano. Pero con muchas normas, que son japoneses y poetas y no gustan de los retos sencillos. Gracias al extraordinario postfacio de Ariel Stillerman aprende uno unas cuantas de ellas, la más asequible consiste en que cada estrofa debe relacionarse con la anterior, pero al tiempo que se aleja de la penúltima. Hay muchas temáticas y metáforas características que a un lector no especializado se le escapan, pero eso sólo es muestra de la frustración que se puede llegar a sentir al ser consciente de no sacar todo el jugo posible a un texto que merece la pena. Porque más allá de consideraciones estilísticas, temáticas o filosóficas ante lo que estamos es ante un texto de una elegancia y una sutileza extraordinarias, un homenaje a la belleza. ¿O acaso que un lector del siglo XXI se emocione con un poema escrito en una suerte de jam session poética llevada a cabo a 22 días del primer mes lunar del segundo año de la era Chôykô, esto es, en 1488 no es suficiente prueba de lo extraordinario del mismo?

Sôgi

Tan distante: ¿quién ha de ser
dueño de un corazón así?

Shôkaku

Desde hace mucho tiempo
hay tan sólo decepción
en el camino del amor

Sôchô

Cuando olvidar parece imposible
incluso el mundo se vuelve detestable

El Poema a tres voces de Minase es la obra cumbre de este tipo de poesía y fue escrito por tres poetas (Sôgi, Shôkaku y Sôchô) que a su vez son los máximos exponentes del mismo. Considerados independientemente parecen, a ojos legos, una colección de haikus, que probablemente sea lo más conocido por estos pagos de la poesía oriental, sin embargo tienen cierto hilo conductor, cierta armonía que, perdónenme si suena tópico, contagia al lector de su hermosa tranquilidad, de su belleza apacible.

La soledad se aprende
del sonido del viento en los pinos

Por decirlo de forma sencilla, este Poema a tres voces de Minase es exactamente lo que un lector occidental poco versado espera encontrar en un poema oriental. Probablemente esta opinión no le haga justicia a un texto que es mucho más que esa idea de nuestro imaginario colectivo que tan bien representa, pero diría que es la puerta de entrada que precisa. Atrévanse a atravesarla, si desean profundizar tienen la oportunidad de hacerlo (ya dije que el posfacio es magnífico) pero si simplemente desean disfrutar de una experiencia enriquecedora podrán hacerlo sin más esfuerzo que el de dejarse llevar por sus evocadoras melodías.

Mi deseo de verte
como el rocío una y otra vez
muere y vuelve a nacer

Es además una edición muy cuidada, bilingüe y hermosa, como merece un libro que, como dice en la solapa, no sólo se manifiesta como una ofrenda, sino como el último esfuerzo por reconstruir aquel momento, aquella época en donde la belleza, la sutileza y un código moral basado en la dignidad, la rectitud y la justicia gobernaban el mundo. Noble causa, especialmente cuando forma y fondo confluyen en un mismo esfuerzo y elevan el resultado allí donde los autores deseaban llegar. Puede que no lograran construir un mundo mejor para los hombres, pero lo escribieron para los lectores.

No queda sino la poesía:
descubrir emociones
aun en palabras descoloridas

Poco más que decir, atrévanse, es un libro hermoso y reconfortante. En todo caso, honremos a Sôgi, a Shôkaku y a Sôchô despidiendo la presente reseña con sus propias palabras, con su último deseo: que para todos el camino se extienda justo.

Andrés Barrero
@abarreror
contacto@andresbarrero.es

 

Deja un comentario