Un largo camino

Un largo camino, de Ishmael Beah

Un largo camino

 

Un testimonio en primera persona. Sin embargo, cuando la portada dice que se trata de las memorias de un chico soldado, uno ya sabe que no se trata de otra vida común. Que alguien procedente de Sierra Leona, en África, viva para contarlo y llegue a difundirse en un libro, es algo que sorprende. Más allá de lo que muestran las películas, más allá de los libros de periodistas o intrépidos que hablan de las situaciones en países conflictivos, Un largo camino de Ishmael Beah es un relato crudo desde las vivencias de un ex niño soldado.

En el interior de este país africano, Ishmael Beah vive con su familia y pasa el tiempo con sus amigos. Es fanático del hip hop y de hecho tiene un grupo que lo baila, al ritmo de los cassettes. Es la década del 90 en Sierra Leona e Ishmael habla de una vida normal, entre el colegio y en las travesuras para la gente de su edad.

Pero un día estalla la guerra. Enfrentamientos entre gobiernos y rebeldes que han caracterizado a este continente y que han dejado de llamar la atención a Occidente. Ishmael huye, corre, se escapa. Está con sus amigos y sabe que las cosas están mal en su tierra, pero huye, corre, se escapa. Deambulan y descubren las consecuencias de la situación, con una desconfianza de los hombres. Aún ellos siendo niños.

 

Después de tanto, pasa lo que ya se sabe que sucede por la portada: es reclutado como niño soldado. El autor no escatima en detalles en cuanto a la preparación, en sus sentimientos, en las razones. Todo está ahí, cruelmente escrito para el lector que lejos está de poder imaginarse una situación así y de sólo pensarlo, aterra.

No se puede decir que se trata de un libro fácil de leer, porque está lleno de violencia, de dolor y angustia.  Pero tiene mucha esperanza, mucha inocencia y mucha reflexión. Este ex niño soldado se las ingenia para hacer un libro honesto, testimonial y lo más palpable posible. No abusa de su noción de víctima, sólo parece motivado por esa necesidad de descargar aquello que vivió, que vio y que hizo. E intenta entenderlo porque ya no corre, no huye, no se escapa.

Desde la felicidad de su niñez, a la pérdida de esta etapa para ser niño soldado, a una terrible y dura recuperación y ese condimento de reprimenda hacía Occidente por subestimarlos con anécdotas como su paso por la ONU y ningún diplomático capaz de darles unas camperas en pleno invierno neoyorquino a unos adolescentes que recién conocen el frío. Es esto lo que nos cuenta el ex niño soldado, una etiqueta que tristemente se repitió y en el caso de Ishmael, tener la suerte de contarlo, de alertarlo y hacer llegarlo a personas tan remotas como yo, que hago un estúpido intento de comprender al mundo.

Será una historia real, una vida dura, algo más que sucede. Pero con un relato como el de este libro, es imposible olvidarse de la situación. Quizás ese fue uno de los objetivos. Quizás su lectura alerte. Eso sí, emociona la voz de alguien como Ishmael sin maldad pese a haber pasado por lo que pasó. Una historia de vida que debe ser leída.

 

Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)

 

2 comentarios en «Un largo camino»

  1. Re linda tu reseña, porque lograste contar el libro y que además lo viva. Creo que estos libros tienen un plus, porque más allá de la historia, logran que tomemos consciencia. Ojalá nunca más se tengas que contar historias así, que los chicos no sufran tanto en este mundo injusto.

    Saludos!

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