¡Abajo el colejio!

¡Abajo el colejio!, de Geoffrey Willans y Ronald Searle

Este libro es una gloriosa, tremebunda e irreverente gamberrada. Y me gustaría decir algo solemne como que es una denuncia del sistema educativo inglés, pero no, aunque algo de eso hay. Este libro es una gamberrada y su objetivo primordial es la risa, objetivo que, dicho sea de paso, logra con solvencia desde la primera página hasta la última y en cuyo cumplimiento compiten en eficacia los textos de Geoffrey Willans y las ilustraciones de Ronald Searle. Y es muy inglés, y cuando los ingleses se ponen gamberros en esto del humor, ya se sabe, valga como muestra el título completo:

¡ABAJO EL COLEJIO!
Un manual de instrucciones para la vida escolar destinado a alumnos y padres
Contenidos:
INFORMACIÓN PRIBILEGIADA SOBRE COLEJIOS, EMPOLLONES, CHIBATOS, CANALLAS, DIREZTORES, CRIQUET, GUARROS, HABUSONES, PADRES, PROFESORES, ARTISTAS DEL HENGAÑO, MALAS LLERBAS EN JENERAL, BROMITAS DE DORMITORIO Y DESASTRES DIVERSOS… EN REALIDAD… EL TINGLADO AL COMPLETO

Superada la prueba de agudeza visual ya habrá caído en la cuenta el avispado lector de una de las principales características de abajo el colejio: su gramática deliberadamente atroz y su ortografía no menos inverosímil que forman parte de la caracterización esencial del protagonista, Nigel Mollesworth, quien a través de su personal y agreste mirada nos adentra en la realidad de su colegio, el San Custodio. Llegado este momento, lo podrán comprobar ustedes con los pequeños extractos del texto que se incluirán en la reseña, es imprescindible decir unas palabras de elogio o cuanto menos de solidaridad a Jon Bilbao, el traductor de esta obra intraducible quien, como todo el que hace posible lo imposible, merece un reconocimiento. Conozco a personas, alguna de ellas compañera de este empeño que es Libros y Literatura, a quien se le fracturarían espontáneamente los dedos al teclear alguna de las cosas que Geoffrey Willans escribió, y tan pertinentemente, dicho sea de paso, en abajo el colegio. De hecho temo que al leerlas pueda sufrir un esguince en los músculos oculares, pero es que era necesario. Vean:

La poesía es una cosa que rima y que gusta a los barbilindos. Los aficionados a la poesía ven unas florecillas en el campo y se ponen a hacer ¡ah! y ¡oh! y dicen que es lo mas marabilloso que han visto en su vida y luego se desmallan.

 O bien:

 Eso de arriba es a lo que se dedican los profesores de matematicas y hesplica porqué son tan hestirados hestrictos y terroríficos.[…] Siempre que descubría algo nuevo sobre un triámgulo Pitágoras, que no tenía vergüenza, salía en volas de las bañera y corría por las calles de atenas gritando eureka eureka. Es un milagro que no lo encerraran a Pitagoras.

La mirada de Nigel Mollesworth es la de un niño, sus frecuentes salvajadas lo son tanto como en el fondo son inocentes y por eso estamos ante un libro de humor “blanco” por así decirlo, por muy gamberras que puedan parecer frases como la religión es supertope por que en la biblia siempre están haciendo las cosas sangrientas que nos gustan tanto. Aunque abajo el colejio suponga un esfuerzo consciente por caricaturizar algunos de los valores de la escuela británica de la época, especialmente esa solemnidad impostada que tanto juego ha dado en la literatura y el cine, lo cierto es que el protagonista es tan esperpentico que resulta entrañable.

Luego nos esposan a los pupitres y si alguno se muere de aburrimiento en clase de frances lo sacan a escondidas y esconden el cadáver. A la enfermera la hatan al respaldo de su silla para que se siente bien derecha y al jardinero lo despiertan a puntapiés de la siesta que se estaba hechando en el güerto de las cebollas.

Andrés Barrero
andres@librosyliteratura.es

 

Título: ¡Abajo el colejio!
Autor: Geoffrey Willans
Ilustraciones: Ronald Searle
Título original: Down with skool!
Traducción: Jon Bilbao
Editorial: Impedimenta
Páginas: 112
Fecha edición: febrero 2013
ISBN: 978-84-15578-35-2

 

2 comentarios en «¡Abajo el colejio!»

  1. Jajaja Me ha parecido de lo más divertido!!!
    Espero no “desmallarme” esta primavera al salir al campo 😛

    Estupenda reseña para lo que también parece un buen y divertido libro

    Un abrazo!

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