Aurelio, de Antonio Rubio

AurelioHace muy poquito el concursante más duradero en el programa de la tele Pasapalabra consiguió completar todo el rosco llevándose una importante suma de dinero que había acumulado. Muchos de los programas de televisión que tienen como meta jugar con las palabras en español, resultan muy educativos y entretenidos para mantener a toda la familia aprendiendo a la par que divirtiéndose. Antes, en décadas pasadas, ya era la presentadora del Un, dos, tres, Mayra Gómez Kemp, quien conseguía hacer que tanto concursantes como espectadores nos volviéramos locos buscando palabras a la orden de «Un, dos, tres…responda otra vez». Bien, pues juguemos a un juego. Di, en medio minuto, palabras que contengan las cinco vocales. ¿Se te ocurren muchas? Así, a bote pronto, podrían ser: tertuliano, euforia, aguileño, desahucio…¡vaya!, creo que se me agotan las ideas. Eso es porque todas esas palabras las ha robado Aurelio, el murciélago malvado.

«Tiene el murciélago Aurelio
una manía ejemplar,
roba las cinco vocales
por donde quiera que va;
la calle, el bosque, las nubes
o cualquier otro lugar […]»

He aquí un divertido libro infantil dirigido a primeros lectores en el que se fomenta el uso de las vocales en las palabras. Comenzando con palabras cortas, aquellas que contienen una sola vocal, va aumentando de forma sonora con sus rimas el número de vocales que puedes ir uniendo para formar palabras aún más grandes. Desde la A hasta la U, el autor, Antonio Rubio, construye palabras en pequeñas poesías para que los más pequeños se familiaricen con el uso de las vocales. Un juego muy creativo en el que los pre-lectores aprenderán a leer palabras sencillas e irán aumentando su vocabulario progresivamente. Créeme, yo mismo leyendo el libro he aprendido alguna que otra palabreja que se me atragantaba con tres oes.

Las ilustraciones de Federico Fernández, siguiendo la pauta del juego de formar palabras, crea analogías, es decir, semejanzas entre sus divertidos dibujos de objetos cotidianos con las letras que lo forman, fomentando así la atención de los niños sobre los dibujos para que encuentren las vocales y las relacionen con el objeto ilustrado. Dibujos, además, sencillos, sin grandes pretensiones y muy coloristas sobre un fondo neutro acentuando de este modo su objetivo principal: que el peque se lo pase pipa encontrando la vocal insertada de modo muy original en la ilustración. Por su parte, el formato del libro es de cartón duro para que el susodicho lector, siempre dispuesto a arrollar con todo, algo propio de su edad, por supuesto, ande manipulándolo a su gusto sin llegar a romperlo, ya sea en casa o si se lo lleva al parque a enseñárselo a sus amiguitos.

Yo tengo un sobrino de tres años. Una fiera parda, como todos. En principio, sus aficiones con los libros es abarrotarlos de pegatinas, coger las pinturas y dibujar manchurrones mezclando una paleta de colores lo más creativa posible. Ya conoce algunos números, algunos colores, al menos sabe relacionarlos, pero las vocales creo que todavía no son lo suyo. Aurelio, de la editorial Kalandraka que se encarga de editar muy bonitos y educativos libros infantiles, me gustó mucho como libro para ir conociendo las vocales. Tanto por sus dibujos como por sus rimas, creo que es una buena opción para que el pequeño tigre que tiene mi hermana por hijo relaje las zarpas cada vez que ve un libro abierto y se detenga a formar palabras. Debe ser muy divertido escucharle pronunciar sin equivocarse M-U-R-C-I-É-L-A-G-O.

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