Green Arrow: triple amenaza

Green Arrow: triple amenaza, de Varios Autores

green arrow: triple amenazaNunca fui admirador de Green Arrow. Siempre me he inclinado más por Batman y Superman, supongo que porque las referencias más cercanas eran las suyas y no las de otros superhéroes. Pero resulta que hace un año, aproximadamente, apareció una serie de televisión llamada Arrow que iba a cambiarlo todo de arriba abajo. Vale, de acuerdo, la serie está más pensada para un público joven que pueda empatizar con el personaje, pero viendo los últimos capítulos uno pensaría que no, que más bien un público adulto puede disfrutar de ella con la misma emoción. Así que, uno va enlazando serie, superhéroe, personajes de cómic, cómic, y se da de bruces con una edición de las aventuras del arquero verde y tiene que leerlas. ¿Qué otra cosa podía hacer? Pues caer, de cabeza, cuesta abajo, sin mirar demasiado si me iba a dar una leche de espanto, pero sabiendo que al menos, más allá de la televisión, iba a ver más andanzas de Oliver Quinn, que puede que no lo sepáis, pero es el arquero verde, o Green Arrow vaya, y que es un niño mimado sí, que es un niño rico sí, pero que no se salva de tener que lidiar con los malos, porque esto es un cómic de superhéroes, aunque no tenga superpoderes y sí mucha tecnología, que eso le humaniza, aunque puede que lo que más lo haga sea su pasión por las rubias (tres en este número, para más señas) y su profunda manía en caer en líos una y otra vez. Al fin y al cabo, Oliver Quinn no sería Oliver Quinn.

 

Pero como he dicho antes, me he sentido atraído por el personaje a raíz del éxito de la serie. Qué sé yo, cada semana me paro delante de la pantalla para ver un nuevo capítulo porque sí, porque me divierte, porque es una serie en la que no hace falta pensar demasiado y además es interesante ver cómo se va enredando todo. Por eso, cuando ECC trajo a nuestras manos Green Arrow: Triple amenaza caí en sus redes, como si fuera una mosca en la tela de una araña y estuvieran a punto de comerme de arriba abajo (y eso que soy larguirucho). Y me he dejado engullir, señoras y señores, porque un poco cansado del oscurantismo de Batman o del patriotismo de Superman, necesitaba a un héroe gamberro como éste para poder divertirme a gusto con una historia que, si se me permite la licencia, representa al perfecto antihéroe por ser todo aquello que no se espera de una persona que, se presupone, lucha contra los villanos y todas esas zarandajas que vienen aparejadas a la vida de miembro del bien y no del mal. ¿Qué les voy a contar ya que no sepan, verdad?. El caso es que uno va pasando las páginas, va enredándose en el dibujo, va leyendo los diálogos y se da cuenta de la tremenda diversión que ha tenido que suponer escribir esta serie. Y es una lástima que haya tenido que esperarse tanto tiempo para tenerla entre las manos. Para que luego digan que las series no sirven para nada. A veces son el complemento perfecto para algunas lecturas.

Uno podría pensar que yo estoy siendo demasiado vehemente o demasiado apasionado con mi crítica. Y probablemente estaría en su derecho de pensarlo, pero eso significaría que no ha leído Green Arrow: Triple amenaza porque en el fondo esto es como un viaje lisérgico hacia un mundo inexplorado. Es acción, pero no una acción suave y lenta, sino una acción rápida, vertiginosa, que nos hace mirar a las páginas y no saber muy bien con qué punto quedarnos, porque la velocidad juega a nuestro favor, implantando en los que lo leemos esa sensación de adrenalina que todo héroe en los cómics lleva en los talones. Divierte, por tanto, poder pegarse la gran borrachera con este tipo de lecturas de vez en cuando que hacen despejarse a la mente, la hacen encontrar ese respiro diario que necesita y que se convierte, casi casi casi, en el deseo más poderoso que requiere un lector cuando la realidad le pega duro, casi como los puñetazos, patadas voladoras y flechas, que no se nos olviden las flechas que de eso va precisamente esto, y lo que se necesita es un parar un momento, respirar tranquilamente, y después verse inmerso en una película de acción de las que gustan, de esas que llenan la pantalla con mucho fuego, mucho humo, pero también con mucha pose gamberra, que en el fondo también gusta demasiado aunque no seamos lo suficientemente valientes para confirmarlo.

Green Arrow no es Arrow. Porque en el fondo la serie sólo pasa por encima de algunos puntos clave en la biografía del héroe. Así que ahora, a vosotros, os toca descubrir qué se esconde tras la capucha y el arco. Lo que encontréis, no os defraudará.

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