La canción pop, de Raúl Portero

La canción popLlevaba días con este libro entre mi pila de pendientes, siendo muy consciente de que estaba ahí, pero sabiendo que tenía que esperar el momento adecuado para leerlo. Hay libros que te eligen a ti, eso es indudable. También hay épocas y momentos en tu vida que te llevan de una forma u otra a una lectura determinada. Y está bien eso de dejarse llevar.

La canción pop me ha venido a buscar esta mañana, casi como una melodía que sonara desde la estantería de mi dormitorio y que me incitara a bailar al ritmo de sus páginas. Hoy, que estoy de vacaciones, me he levantado temprano y he desayunado sola en el salón. Y cuando me he levantado a prepararme otro café y he pasado por el cuarto, he oído la canción y he sabido que ese era el momento, que el libro me estaba llamando. Así que yo, dócilmente, lo he cogido y lo he llevado conmigo a la paz del sofá, de las primeras luces del día y de la casa en calma. Y me he puesto a leer. Y he leído tanto que cuando me he querido dar cuenta la canción había dejado de sonar y yo cerraba la última página de libro. Así de fácil, ¿veis? Tan fácil como dejarse llevar por una canción, por un libro que te está llamando.

Justo cuando he acabado de leerlo me ha venido una intensa sensación de tristeza que extrañamente se ha ido disipando durante el día dando lugar a una mezcla de nostalgia y gratitud. Increíble la de sentimientos que un libro puede provocar en nosotros.

Pero mejor os cuento, ¿no? La canción pop habla de un grupo de amigos treintañeros que, tras el suicidio de uno de ellos, vuelven a juntarse tras pasar varios años sin saber demasiados los unos de los otros. Algunos viven fuera, como es el caso de Simón, el protagonista; y otros aún siguen viviendo en la Barcelona que los vio crecer, como es el caso de María o de Úrsula.

El reencuentro de todos ellos, en un momento tan delicado de sus vidas, le sirve como excusa a Raúl Portero para trazar las conexiones entre sus vidas pasadas y el presente. Y es entonces cuando esta generación, nacida en los ochenta, comienzan a diseccionar sin darse cuenta su pasado, con sus miedos y esperanzas que aún tienen la misma cabida en este presente que ha vuelto a unirles.

Ilusiones, amor, drogas, música, sexo y frustración, los mismos temas de ayer que hoy vuelven a atrapar al grupo, que vuelven a aparecer en sus vidas para recordarles que nada ha cambiado o que quizá todo haya cambiado.

Lo cierto es que al pertenecer yo también a aquella generación de nacidos en los ochenta, creo que ahora entiendo mejor esa sensación de tristeza que en un principio me ha dejado el libro. Es imposible no sentirse identificado con este grupo, con sus preocupaciones y deseos.

Raúl Portero ha escrito un libro directo, hiriente y muy pegadizo. Un libro que acaba resonando en nuestras cabezas durante mucho tiempo, como una buena melodía. Creo que os gustará, lectores.

 

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