La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera

La insoportable levedad del ser“Pero luego se acordó de que ayer, poco después de aparecer él en la puerta de la casa, sonaron en una iglesia de Praga las seis de la tarde. La primera vez que se vieron, ella terminaba de trabajar a las seis. Lo había visto sentado en el banco amarillo y había oído sonar las campanas de la torre.

No, no fue la superstición, fue su sentido de la belleza lo que la liberó de la angustia y la llenó de ganas de vivir. Los pájaros de la casualidad volvían a posarse en su hombro. Tenía lágrimas en los ojos y estaba inmensamente feliz de oírle respirar a su lado”.

No soy muy dada a empezar las reseñas con citas. Pero hay veces que, después de leer un libro, este me parece tan asombroso y tan deslumbrante que me resulta muy difícil empezar a hablar de él. Por eso he querido comenzar con una cita. Para no romper la magia que se ha creado a mi alrededor y que se quedará conmigo un tiempo, aunque ya haya cerrado las tapas de esta obra maestra para siempre.

La insoportable levedad del ser es una historia de amor. Pero no os imaginéis una novela empalagosa y llena de clichés. No, es una crónica real. Sin idealizar, mostrada al natural y sin adornos. Los protagonistas son Tomás y Teresa, dos checos coetáneos de la década de los sesenta y que verán cómo las tropas rusas van avanzando filas por lo que antes era su hogar. Tomás tiene dentro de su cabeza casi tantos conflictos como los que existen en la Europa oriental de aquella época. Y todos los problemas se reducen en uno: las mujeres. Ama a Teresa con toda su alma, pero es incapaz de no estar con otras mujeres. Entre ellas, se encuentra Sabina, una joven artista que ve el mundo desde una perspectiva muy particular y que descubrirá, con el paso de las hojas, qué significa la insoportable levedad del ser.

Si por algo me ha encantado esta obra, ha sido por sus constantes alusiones a la filosofía. Rápidamente identificaremos la idea del eterno retorno propuesta por Nietzsche, por ejemplo. Milan Kundera, escritor de origen checo, aborda los problemas existenciales a los que los humanos plantamos cara día a día, deleitándonos con frases tan exquisitas como la que apuntaba al principio.

Hacía tiempo que tenía este libro entre mis pendientes; formaba parte de esa lista interminable de obras que quiero leer pero para las que nunca encuentro el tiempo necesario. Porque este libro hay que leerlo con calma, saboreándolo, exprimiendo cada frase que Kundera nos regala y, sobre todo, teniendo un lápiz a mano para subrayar todas esas citas que deberían formar parte de nuestra vida.

Un amigo mío me recomendó su lectura muy efusivamente. Cuando le dije que me disponía a leerlo, me dijo: “es la historia de amor más bella que he leído nunca”. Yo no sé si la calificaría de bella. No es una narrativa feliz; hay dolor, hay llanto y hay lágrimas literales que rodaron por mis mejillas al llegar al final de la historia. No sé si eso es bello. Lo que sí es, es emocionante y desgarrador. Gracias a Kundera he descubierto que hay muchos tipos de amor. Que se puede querer de muchas formas y que tal vez todas sean válidas. No sé, quizá una guerra de por medio hace que uno se replantee las cosas.

Lo que sí tengo claro es que este libro ha ascendido hasta encontrarse entre mis cinco favoritos. Y es curioso que, cuanto más me gusta un libro, más me cueste hablar sobre él. ¿Os identificáis con esa sensación de que os gusta algo pero no sabéis por qué? Eso me pasa a mí con La insoportable levedad del ser. Por eso, voy a terminar esta reseña tal y como la he empezado: citando una de las frases que he subrayado:

“Aquel que quiere permanentemente “llegar más alto” tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo. ¿Qué es el vértigo? ¿El miedo a la caída? Pero ¿por qué también tenemos vértigo en un mirador provisto de una valla segura? El vértigo es algo diferente del miedo a la caída. El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantado”.

2 comentarios en «La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera»

  1. Muy buena reseña. Breve y certera. Un profesor de la facultad nos obligó a sus alumnos a leernos unos cuantos libros; a pesar de que la idea me parecía fatal, pude descubrir esta pequeña joya que a día de hoy se encuentra entre mis libros favoritos.

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    • Muchas gracias, Daniel, por tu comentario. No soy muy partidaria de leer “libros obligados”, pero a veces es la única manera de descubrir pequeñas joyas que, de otra manera, no nos hubiéramos atrevido a leer. La insoportable levedad del ser, es una de esas joyitas que permanecerá eternamente en la mente de quien se adentre en su mundo.

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