La mujer del reloj, de Álvaro Arbina

la-mujer-del-relojGeneralmente, cuando te dispones a leer la primera novela de algún autor esperas un obra, más o menos, comedida. La novela histórica es un terreno pantanoso, exigente y agotador para el escritor, por lo que al enterarme de que Álvaro Arbina, autor de La mujer del Reloj, tenía tan solo 24 años cuando lo escribió, me llamó poderosamente la atención.

Un día por la tarde, un mensajero me trajo casi las setecientas páginas que contienen esta novela enmarcada en la guerra de independencia. De entrada, me sorprendió el número de páginas. Era una obra muy larga para un debut. Al abrir el libro y ver el tamaño de fuente me di cuenta de que estaba ante un libro de más de mil páginas. Y tras leer los dos primeros capítulos, me di cuenta de que lo que tenía que hacer era tomármelo con calma y disfrutar.

En La mujer del reloj vamos a acompañar a Julián Aldecoa Geisler en una aventura que tiene lugar durante la Guerra de la Independencia. Durante estos años de guerra (1808-1813), con la excusa de la invasión de Portugal, las tropas francesas fueron asentándose poco a poco en territorio español disfrazando sus verdaderos propósitos de invadir toda la península. Los enfrentamientos entre los dos bandos eran bastante frecuentes, y la realidad social bastante inestable, por lo que no era raro en la época que cualquier conflicto acabase de la peor manera posible. Sin embargo, es el padre de Julián quien aparecerá apuñalado en uno de los caminos que llevan a Vitoria y aunque en un principio se cree que lo ocurrido es obra de algún asaltante de caminos, pronto Julián descubrirá que no es así. Este descubrimiento le llevará a emprender un viaje en el que cruzará la península con la intención de averiguar la verdad sobre la identidad y la muerte de su padre.

La dimensión de la novela es enorme. Setecientas páginas (o más de mil) de novela histórica, con tintes de thriller y novela de misterio, dan para introducir los elementos con los que el autor nos tiene con los ojos pegados a la novela. Una sociedad secreta fundada por el abuelo del protagonista, “campos de concentración” y un sinfín de hechos históricos como la abdicación de Carlos IV, la Trama de Bayona, la coronación de Fernando VII o la creación de la primera Constitución española, son las estaciones por las que vamos pasando durante el viaje que nos brinda el autor de la mano de un sinfín de personajes.

La documentación que ha realizado Álvaro Arbina es sencillamente magistral. El autor es capaz de contar con todo lujo de detalle cómo era el día a día del ciudadano de a pie durante aquella guerra. Hasta aquí, todo bien. Es lo que busca cualquier autor de novela histórica, y es inevitable que lo primero que se nos venga a la cabeza sean Los episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, pero este autor es capaz de hacer una cosa extremadamente difícil: contar ese mismo tramo histórico tal y como se ve desde la otra parte de la península. La diferencia fundamental es que en lugar de empezar la historia por Trafalgar, lo hace por Vitoria. En ese sentido, La mujer del reloj es una suerte de descentralización de la Guerra de Independencia en la que el foco narrativo fundamental no está apuntando a Madrid. Es este matiz el que le da a la lectura del libro una frescura que le faltan a otras creaciones de novela histórica, y evita el hastío que produce leer sobre algo que ya conoces. Y todo eso en un debut. Olé, Alvaro Arbina.

En definitiva, no estamos ante un libro que haya que leer sin descanso, sino todo lo contrario. Un libro para leer despacio, disfrutar de la trama y aprender historia. Un libro del que nos va a sorprender su final, y que nos va a dejar un buen sabor de boca junto con mucha nostalgia por haberlo acabado. Un libro que es el sobresaliente debut de Álvaro Arbina, un autor que se nota que se ha vaciado en esta novela fantásticamente construida y del que estoy seguro que oiremos muchas palabras buenas y que leeremos mejores páginas.

Gorka Rojo (@gorka_rojo)

5 comentarios en «La mujer del reloj, de Álvaro Arbina»

  1. No está mal el libro. A mí, de todas formas, me carga mucho una cosa con estos temas de la Guerra de Independencia. Los tópicos que se están repitiendo desde los tiempos de Pérez Galdós. Las guerrillas, el salvajismo “innato” de las mismas. El libro de Arbina lo supera en cierto modo, pero me parece que se queda corto. Yo recientemente he leído dos libros que no he visto reflejados en “La mujer del reloj” Y es una verdadera pena que sea así. Uno es un ensayo histórico titulado “El Waterloo de los Pirineos” y otro es una novela, “El memorial de Waterloo”, que va más o menos sobre lo mismo, contando los Cien Días y la batalla de Waterloo desde el punto de vista de los españoles (Álava sale, pero no es el protagonista, por cierto, que ya está un poco visto. Es un oficial de a pie, un húsar el que cuenta todo el asunto). Es material de circulación más bien minoritaria, di con ellos por carambola en http://www.hiberniansoldierbooks.com. Una plataforma de promoción de libros así.
    YEs una pena que el material más promocionado como puede ser “La mujer del reloj” esté algo atrasado co respecto a ese tipo de datos que te abren una perspectiva realmente inédita sobre lo qué realmente pasó por aquí no sólo entre 1807 y 1813 sino entre 1807 y 1815.
    Un saludo.

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    • Pues a mí, Fundi, esa reseña que citas me parece la de un erudito pedante que necesita demostrar que sabe más que nadie; porque sacarle unos pocos errores a una novela (que necesariamente es literaria, y debe tomarse ciertas licencias en favor de la narración), tampoco desluce la obra. Y decir que quienes hablan bien de una obra es porque han sido pagados, no solo demuestra su arrogancia, al creer que su criterio es el único válido y que si los demás tenemos otro es porque nos han sobornado, sino que demuestra una estrechez de miras que le quita cualquier credibilidad y valor a su opinión.

      Un saludo

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  2. Como dice Iván, me parece que el artículo aludido es más un “comentario de texto” que una reseña. No olvidemos que “La mujer del Reloj” es una novela y no un libro de texto. Teniendo esto claro, el trabajo del autor es muy bueno, más aún tratándose de un debut literario.
    Gracias por el comentario.

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