La segunda venida de Cristo (volumen II)

La segunda venida de Cristo, volumen II, de Paramahansa Yogananda

Un libro de no ficción titulado La segunda venida de Cristo no puede ser un libro corriente. En efecto, esta obra es una gran obra, tanto en envergadura -más de 700 páginas cada uno de los dos volúmenes de que consta hasta el momento, y queda una tercera parte- como en significado y en trascendencia para el creyente de hoy.

Utilizo la palabra “creyente” aquí en su sentido más amplio, pues quiero designar con él a todo aquel que cree en lo trascendente, en una inteligencia superior a la del ser humano, en un plan cósmico, en el sentido de todo, a pesar de que tal sentido casi nunca nos sea desvelado, y nunca de forma explícita y tajante.

La segunda venida de Cristo es una obra que debería figurar en la biblioteca personal de todos los creyentes, de todos los buscadores. No es una obra para todo el mundo, y, en mi opinión personal, no deberían acercarse a ella quienes de entrada sepan que no van a aceptar siquiera la posibilidad de que su mensaje sea verdadero, porque, ante todo, es una obra seria y escrita desde el amor al ser humano y desde una vocación sincera y, por qué no decirlo, iluminada, de compartir una verdad gozosa con el resto de la humanidad. Y es que el autor de La segunda venida de Cristo es Paramahansa Yogananda, una de las figuras capitales del yoga. No estamos, pues, ante una obra escrita con el afán de hacer caja ni para erigirse en celebridad o ídolo de nadie. Y esa honradez absoluta merece todo el respeto que se le pueda dar a cualquier interlocutor.

Por otro lado, esta obra viene avalada por dos premios: el del mejor libro religioso en español y el del mejor libro espiritual o de Nueva Era en español, otorgados en la 14ª edición del International Latino Book Awards, en el Instituto Cervantes de Nueva York, en 2012.

La segunda venida de Cristo no es tampoco una obra fácil. Su lectura requiere de toda nuestra atención y concentración. En ella, Paramahansa Yogananda -cuya personalidad a la par extremadamente compasiva y empática, por un lado, y fuerte y convencida, por el otro, se manifiesta desde los primeros párrafos- se propone simplemente compartir con el mundo su mensaje, que no es otro que el siguiente: la segunda venida de Cristo no se producirá en su forma física y humana, como sucedió hace 2.000 años, sino metafóricamente en el interior de cada espíritu que Lo busque y que siga Su mensaje, porque Cristo (es decir, la conciencia crística, nuestra naturaleza divina como hijos de Dios) vive en cada uno de nosotros; o incluso podemos afirmar que cada uno de nosotros es un Cristo en potencia.

Ese mensaje de unidad, de ser todas las criaturas y seres vivos uno con y en Dios, no es nuevo ni fue Paramahansa Yogananda el primero en decirlo. Sin embargo, sí es -que yo sepa- el autor que más exhaustivamente -y, por tanto, más devotamente- lo ha explicado, y es el primero -por lo que yo conozco- que relacionó las enseñanzas orientales del yoga con las enseñanzas judeocristianas impartidas por el Nazareno.

Paramahansa Yogananda va repasando las enseñanzas de Jesucristo tal y como nos han llegado en el Nuevo Testamento, sin olvidar casi ninguna de sus parábolas o episodios más famosos entre creyentes y no creyentes; y las explica todas bajo la luz, innovadora y puede que chocante para nosotros, de las filosofías orientales. No es nada fácil desenvolverse y avanzar en su lectura, como sucede con todo aquello que es enseñanza de algo nuevo para nosotros. La terminología que emplea es muy abstracta y, al mismo tiempo, innovadora, si bien el autor se esfuerza en desmenuzarlo todo y hacerlo más accesible, utilizando símiles y metáforas. Sin embargo, es tan atractivo -para el lector que parte desde una mínima afinidad, totalmente necesaria, a mi juicio, para esta lectura- ver cómo desentraña este y el otro episodio archiconocido de la vida de Jesucristo y de sus apóstoles, de la Virgen María y de otros personajes bíblicos y nos lo explica todo bajo su lógica insólita pero subyugadora, que uno tiene que seguir leyendo. Y al creyente, digamos, convencional le esperan más sorpresas, como por ejemplo la teoría de las pasadas encarnaciones de Jesús de Nazaret, entre otras cosas.

Es extremadamente difícil, a mi juicio, asimilar letra por letra todo lo que Paramahansa Yogananda nos cuenta en La segunda venida de Cristo. Pero, como reza el consejo habitual para quienes se acercan al yoga, tampoco es necesario comprender plenamente cada frase ni cada lección; basta con impregnarse del espíritu general de la obra, de notar cómo poco a poco el mensaje, como una lluvia fina de verano, va calando en nosotros, y reconocer así que estamos ante una obra extraordinaria.

5 comentarios en «La segunda venida de Cristo (volumen II)»

  1. Pues, mi querida Leire,a mí me has convencido. Muchas felicidades por tu reseña, tan oportuna para un día como hoy. Yo creo que a estas obras hay que acercarse con la mente abierta, pero sobre todo con el corazón y el alma también abiertas.

    Un abrazo!!!

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  2. ¡Exactamente, Susana! Hay libros (y hechos, personas, sistemas, etc.) que requieren de quien los lee estar abiertos de corazón.

    Muchas gracias por tu amable comentario. Espero que hayas tenido o estés teniendo unas buenas vacaciones.

    ¡Abrazos! 🙂

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  3. Exelente Leire me alegro que la verdad de el gran yoqui supremo nos sea revelado de manera original como se dio y no de la manera manipulada por las religiones… Estoy muy agradecido de poder leer este
    libro

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    • Tú lo has dicho, amigo Hamlet, de forma muy bella: Jesucristo es el gran yogui supremo, y ni hoy día con toda nuestra tecnología y nuestra intelectualidad hemos sabido comprender Su mensaje. Jamás ha habido ni habrá nadie como Él. Y, en efecto, es un placer leer este libro.

      ¡Gracias por tu comentario!

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  4. He leído este y todos los libros de Paramahansa muchas veces y siempre son nuevos, profundos, inspiradores, tan llenos de sabiduría que te arrastra a la suprema tarea de la realización del Ser. Dios es el que es, no tu ni yo, o lo que es lo mismo somos Uno y lo mismos en Dios.

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