Legado en los huesos

Legado en los huesos, de Dolores Redondo

Legado en los huesosEl miedo, en su definición más básica, consiste en una “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. Eso es, en esencia, lo que nos provoca en nuestro cuerpo el miedo, ese sentimiento que recorre el espinazo y nos llega a cada uno de nuestros órganos. Pero, si añadiéramos un poco más a esa definición, quizá, y no soy yo el experto en la materia, deberíamos establecer una foto en dicho significado, y en ella aparecería Dolores Redondo como una de esas maestras que logran que te palpite el corazón y que sientas, en tus propias carnes, esa especie de escalofrío que paraliza. Ser tratada en los círculos más generales como una de las reinas del crimen en nuestro país tiene que dar vértigo. A mí, al menos, me lo daría. Pero no hay nada imposible en este mundo así que, como si fuera una gran guerrera de las de antaño, la autora nos introduce de nuevo en el Baztán más oscuro, mágico y desolador que ha contribuido, desde que publicara su primera novela, a que el mundo de las novelas policíacas lleguen a un nuevo nivel en el que no sólo el miedo hace acto de presencia, sino que además el odio sea un sentimiento que fermente en nuestros cuerpos y que lo sintamos de primera mano.

Amaia Salazar se enfrenta a la maternidad por primera vez. A todo ello se le suma el suicidio de asesino de Johana, que ha escrito un mensaje sólo para ella. Tarttalo. El monstruo de un solo ojo que devoraba a hombres, mujeres y niños sin distinción. Será entonces cuando se destape una serie de asesinatos que, como nexo de unión, tienen un solo nombre: el de nuestra detective favorita. Amaia Salazar.

Una frase que me viene a la mente a la hora de describir Legado en los huesos está clara: estamos ante una historia redonda. Si bien su primera novela ya sorprendió a propios y extraños, esta segunda parte de su Trilogía del Baztán la sitúa en una situación privilegiada para ser reconocida en el panorama literario como una de las mejores escritoras que ha parido este, nuestro país. Y quizá penséis que exagero, incluso que puedo adolecer de poca objetividad por ser una escritora que vive en las inmediaciones del que suscribe estas palabras, pero no, antes de que nadie pueda pensarlo: no conozco de nada a Dolores Redondo. Aclarados estos puntos, debo hablar de las noches en vela, de las uñas que menguan y debo hablar, por encima de todo, de los rápidos latidos que ha provocado esta nueva historia que, como si fuera un fetiche de los que yo suelo utilizar, aparece en un sitio privilegiado en mi estantería.

Que la protagonista de esta historia, Amaia Salazar, había dejado un hueco en mis lecturas, es una obviedad como una catedral. Lo que ya no es una obviedad es saber por qué Legado en los huesos es una historia mucho mejor orquestada que El guardián invisible. La primera de ellas es su profundidad en la psicología de los personajes: mientras que en la primera se nos daban ciertas pinceladas de ello, en esta segunda entrega asistimos a un derroche de psique enferma en la que nos introducimos como si fuéramos investigadores de criminales, poniendo al lector en una posición extraña, y digo extraña porque por una parte entendemos las motivaciones de algunos personajes principales, pero por otra intentamos darles ese halo negativo que toda conducta impropia lleva aparejada. La segunda, una investigación mucho más redonda, sin ninguna fisura, con todos los elementos propios de cualquier novela negra, y además, sin provocar una baja en la tensión, los elementos de mitología que hicieron famosa la primera entrega de esta trilogía. La tercera, como si fuera un triángulo equilátero perfecto, la encontramos en las motivaciones de uno de los personajes, la madre de nuestra protagonista, que a pesar de convertirse en la némesis perfecta de nuestra protagonista, nos mantiene sentados en cualquiera de los asientos en los que nos aposentemos a leer y que no dejará indiferente a nadie. Y sí, soy consciente de que hablo generalizando, sin dar demasiados datos concretos, pero no hay nada que odie más que una reseña que me quita la emoción de la lectura, dando datos que empañen y nos adelanten lo que vamos a encontrar en el libro.

Ser un escritor de éxito tiene que pesar de alguna forma. Sí, hay que reconocer que los lectores, a pesar de tener claro que la creación de una novela lleva su tiempo, somos seres egoístas. Queremos nuestra dosis de los personajes favoritos a toda costa. Y sí, eso me sucedió al acabar El guardián invisible. Necesitaba esta nueva entrega, la necesitaba con una sensación de desasosiego que pocas veces han sido inoculadas en mi cuerpo. ¿Cuál fue la razón? No la sé, sólo sé que Dolores Redondo lo consiguió con las escasas primeras cien páginas y que, en esta ocasión, lo ha conseguido con las primeras cincuenta. ¿Y cómo crees que será la tercera parte?, podréis preguntarme. No lo sé, pero la espero, la espero como sólo pueden hacerlo las personas impacientes, la espero porque mientras mis uñas van creciendo después de estos dos días de lectura ávida y sin cortes, con el sueño cambiado porque aunque las agujas del reloj pasaran por mis ojos, era más importante seguir pasando la página que cerrar mis ojos para que llegara Morfeo. Eso no lo consigue cualquiera.

¿Soy egoísta por querer que Dolores Redondo nos traiga ya la tercera parte? Puede ser. Pero de lo que estoy seguro es que, cuando aparezca esta tercera parte, esté donde esté, sea la fecha que sea, yo estaré pendiente y mis ojos volverán a sufrir con Amaia Salazar, con el valle del Baztán, con una madre que quiere comerse a su pequeña, con la discordancia y el principio, con el miedo que recorre mi espalda y que me hace darme la vuelta para ver si hay alguien ahí, esperando, acechando, para convertirse en el Tarttalo de esta historia que devora a todos, sin distinción, introduciendo en sus fauces nuestras ansias, nuestras esperanzas, para ver como, tiempo después, nuestra nueva heroína le descerraja un tiro en toda la cabeza. Ser una escritora de éxito tiene que pesar, pero oídme bien, si yo fuera como Dolores Redondo me pesaría, pero a la vez me daría un gusto enorme.

4 comentarios en «Legado en los huesos»

  1. Después de leer el primer capítulo de partos, cunas, patucos, rosita o azul, aparecidos, empuja empuja y bebés berreando mejor beberse un buen ron y pasar directamente a Harry Potter. Si eso es novela negra no sé que será entonces El tiempo entre costuras. ¿Gore?

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    • Gracias por pasarte Polifemo. Y sí, puede parecer que con el primer capítulo hablemos de otra cosa, pero ese capítulo no es lo significativo. Es novela negra pura y dura, más adelante, si sigues con sus páginas, verás que no me he equivocado en categorizarla como tal.

      Saludos!

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  2. Yo la verdad, es que la primera vez k escuche algo del guardián invisible, fue en una entrevista de la radio( La tribu). Estaba Dolores Redondo hablando sobre su libro, recuerdo k después de aquella entrevista pensé. ” Este es un libro k tengo k echarle un ojo”. Primero me descargue por internet( si lo reconozco de forma pirata), no sabia nada de este autora, ni como escribía, ni nada..pasado las primera 50 páginas, paré de leer, y pensé dentro de mi, este libro va a la lista de los que me quiero comprar. Suelo leerlo un libro cada semana o cada dos, de todo tipo de temáticas, pero nunca encontraba el momento de comprarlo. Finalmente lo compré este setiembre pasado, y lo disfruté muchísimo.. típico libro k te pone nerviosos ver k se están acabando las páginas y quieres más y más. Cuando lo acabé y me puse a buscar cuando salía la segunda parte y vi que era en noviembre, la ansiedad se me calmó. Este viernes me compré la segunda parte, y me lo acabé durante el fin de semana. La sensación fue la misma, no querer nunca salir de esta historia, pasar páginas sin que se acabe el libro, pero hay cosas en la vida que no pueden ser..Estoy muy satisfecho con esta segunda parte,la sensación sigue igual k en la primera parte, y con el matiz kno decepciona( por lo de segundas partes nunca fueron buenas..). Creo k Dolores Redondo te da lo k esperas obtener en cada una de las páginas del libro, respeta a los lectores, no se pasa de lista ni nos trata por tontos con giros muy rebuscados de los k acabas pensando:” a este autor se le ha ido la cabeza?” Para mi unos de los mejores momentos de “el legado en los huesos”, el callejón con montes y amaia. Y como siempre lo peor, el perfecto marido James, para mi es el personaje k no es creíble. Ojalá en la tercera entrega sea un poco mas “humano=malvado”? 😀

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    • Ante todo, gracias por pasarte Toni! Es un placer!

      La verdad es que a mí me parece que esta segunda parte está mucho mejor construida, con detalles que nos hacen conocer un poco más a los personajes y meternos en su cerebro así que un hurra bien grande por la autora. Y sobre James, pues si te soy sincero a mí es un personaje que me gusta, supone un equilibrio perfecto para la atormentada Salazar. Pienso que guarda algún secreto por ahí que se desvelará en la tercera parte, pero por lo demás, viene bien un personaje que sea una balsa de aceite entre tanta mierda como en la que está metida la protagonistas. 🙂

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