Ex libris

Ex Libris, de Sandra Andrés

Ex libris

Un libro que se titula “Ex libris” me interesa. Esta expresión siempre me ha parecido que tiene una magia especial. Ya saben, es una locución latina que quiere decir “de entre los libros de…”, algo así como “perteneciente a la biblioteca de”, en fin, más o menos como una marca de propiedad.

Tengo una amiga que se hizo un sello personal, y en alguna ocasión cuando me ha prestado un libro lo he visto estampado al final, y de repente me he muerto de la envidia. Yo no tengo muy desarrollado el sentido de propiedad pero con los libros hay cosas que cambian o se transforman en mí.

Antes no me importaba tanto dejar los libros, ahora sí, y ello por dos motivos; el primero es más delicado, y es que suelen estar llenos de anotaciones marginales y partes subrayadas que son muy personales, pero el segundo motivo, siendo más sencillo, es más peligroso, y es que muchos son los que se encariñan de ellos y luego tengo que ir casa por casa rescatando a mis queridos amigos.

Si yo tengo un ejemplar de un libro trabajado, con notas al margen, un libro con el que he hablado, con el que he discutido, un libro con el que he evolucionado, con el que he crecido y con el que he filosofado, ese libro es mío, ya no es el libro de aquel que lo escribió, ese libro ha pasado a ser “Ex libris”  de Susana.

 

Yo tengo muchos libros, sí, no tantos como quisiera, ya que durante muchos años la biblioteca ha sido mi lugar de referencia. A las librerías acudía por el gusto de pasear entre libros nuevos, ver las portadas y seleccionar mis futuras lecturas.

Tengo muchos libros, pero puedo asegurarles que tengo muchos más amigos, y no me refiero al Facebook, no, me refiero a la vida real. A mí los libros me han dado vida y me han abierto caminos que siempre me llevan hasta otras personas, pero no en todos los casos ocurre lo mismo… o sí

Lara es la protagonista de este libro juvenil, una chica que tiene una gran adicción a la lectura, una adicción que precisamente le aleja del resto de sus compañeros y ¡Ojo, también de sus padres!

Nota para padres: Señores padres, ni se les ocurra pensar que si tienen un hijo lector es un hijo raro, trátenle con naturalidad, no hace falta llevarle a un psicólogo, su hijo lo único que tiene es deseos de hacer crecer su imaginación e inteligencia.

Seguimos:

A mí, en realidad, Lara no me ha parecido que fuese un ser asocial, aunque sé que muchos jóvenes lectores son vistos como frikis o tipos raritos por su entorno, pero lo cierto es que yo estoy rodeada de jóvenes lectores que viven sin grandes problemas.

Ciertamente nuestra protagonista es una grandísima lectora y eso, a ella, sí le trae problemas. Yo sé que hay pocas personas que con 17 años hayan leído lo que esta mujer ya lleva metido en vena con su edad. Así que si eres un ser más o menos adulto como yo, y decides leer esta novela que encontrarás en la mesilla de algún o alguna jovenzana, sentirás que algunas lecturas te las dejaste por el camino, pero si en la vida hay ocasiones en que no se puede dar marcha atrás, precisamente en este mundo mágico de la lectura siempre podemos ir en la dirección que deseemos.

A nuestra amiga Lara le parece interesante que su familia tenga que trasladarse a vivir a París, gente nueva, vida nueva, posiblemente amigos nuevos, y desde luego poder disfrutar de una de las ciudades más literarias que conoce, porque a través de los libros ha paseado por sus calles en muchos y diferentes momentos de la historia; una hermosa ciudad en la que todo, todo, es posible.

En París descubre una extraña librería, la librería Blanchard, que a ella le llama la atención por un cartel con la imagen de un libro abierto con las letras «Ex Libris» y dos interrogantes. Lara, como la mayor parte de los lectores, es una mujer curiosa y esa curiosidad le llevará a entrar en la librería y conocer al extraño librero que la regenta. Y a partir de ese momento se inicia una extraordinaria aventura en la que nuestra amiga será la protagonista, de la misma manera que cualquiera de nosotros hemos soñado en alguna ocasión en ser protagonista de los libros que teníamos entre las manos, de alguna manera es llevar hasta el final el auténtico sentido de meterse de lleno en la historia y hacerla nuestra.

Sandra Andrés, esta conocida y joven escritora, ha conseguido con “Ex Libris” llegar y emocionar a su público, y ello por muchos y muy variados motivos: Un libro que no pierde el ritmo durante toda la narración pero en ningún momento será en detrimento de una calidad que se mantiene a lo largo de todo el relato. Sandra trata al joven lector con el respeto debido, con un lenguaje muy cuidado y a la altura de las mayores exigencias tanto de sus fieles lectores como de maestros o educadores que pudieran seleccionar sus lecturas.

La editorial Everest, por otra parte, no ha escatimado ni en el formato ni en la calidad de la edición. Un buen derroche de imaginación de autora y editorial.

8 comentarios en «Ex libris»

  1. En cuanto supe que se llamaba como mi blog sabía que tenía que leerlo, y la verdad es que mi decisión fue acertada. Me gustó mucho la forma en la que transcurría todo, la época y la ciudad. La historia es bastante interesante además de que me transportó un poco a mi infancia porque aunque no tienen nada que ver, me recordó un poco a “La historia interminable”.

    En cuanto a la edición, preciosa, nada más que decir.

    ¡Un saludo!

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    • ¡Qué nombre tan bonito y acertado para un blog de libros! Me he pasado a conocerlo y me gusta mucho tu “casa” ¡Felicidades!

      Me alegra ver que coincidimos en muchas cosas sobre el contenido del libro, y también sobre la bonita edición que han realizado.

      Muchas gracias por tu comentario

      Un abrazo !

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  2. Dices que es juvenil, pero tiene una pinta estupenda para adultos también, es verdad. En París, en una librería con su correspondiente librero, y ese libro abierto en el que aparece la expresión “ex libris”. Nos hablas de aventura, y la verdad es que sí apetece curiosear. Se nota que te ha gustado. Una buena propuesta.
    Un abrazo 😀

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  3. ahhh yo tenía etiquetas de mis exlibris..pero se me han acabado (que no me duran mucho jajaja)
    estoy como tú: anotando ahí en los márgenes, subrayando y esos libros no puedo prestarlos porque van con partes mías que quizas no quiero que otros conozcan…los que están limpiecitos de anotaciones si 😉 y esos si no vuelven no me da tanta pena.
    Me lo anoto.
    Y que bien lo que dices de que como papás no debemos pensar que es raro el hijo que prefiere leer y se aparta un poco…más bien debemos interesarnos en lo que lee para así tener de qué platicar con él 😉
    un beso,
    Ale.

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    • Bien, Ale, veo que nos entendemos en qué libros podemos dejar y cuales han pasado a esa otra dimensión en que ya no pueden estar e manos de otro que no seas tu mismo.

      Compartir lecturas con mi hija es algo que me fascina, así he hecho grandes descubrimientos, ¿recuerdas “La vida en la puerta de la nevera?, es afue una lectura obligatoria en el cole para mi hija y leerlo yo fue toda una experiencia. Hace tan solo unas horitas he recordado esa lectura.

      Un besico, amiga!

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