Los muertos vivientes 1

Los muertos vivientes 1, de Robert Kirkman y Tony Moore

Los muertos vivientesHay un secreto que no os he contado nunca. Está a la altura de la ley de la relatividad, ahí es nada. A mí, me gustan los zombies. Sí, como lo leéis, a mí me encantan los zombies, sus historias, sus películas, sus libros, sus cómics. Me lo paso pirata leyendo cualquier cosa que cae en mis manos sobre estos seres que han vuelto a la vida. Y si tengo que hablar de zombies, tengo que hablar de “Los muertos vivientes” porque sí, porque es la serie por excelencia, porque es un cómic sobre zombies, pero no sólo sobre ellos. Porque estoy enganchado, a más no poder, a sus páginas. Porque he devorado este primer volumen, porque es una historia de zombies de los de la vieja escuela, no como los de ahora, que parece que se han tomado un cóctel de anfetaminas y corren más que un atleta en plena maratón. Los zombies no corren, los zombies no son listos, los zombies van a por ti para comerte, pero es relativamente fácil zafarte de ellos (siempre que no vayan en grupo). Pero antes que eso, esta es una historia de la humanidad, en toda su extensión, y de la supervivencia de un grupo de personas que dejaron un mundo y se encontraron otro muy distinto: destruido, violento y en el que, por mucho que les joda, tienen que matar para no ser aniquilados.

Bienvenidos al fin del mundo tal y como lo conocemos. Bienvenidos a la caída de la raza humana y al levantamiento de otra raza, la de los zombies que pueblan el planeta.

 

Robert Kirkman ha devuelto la gloria a un género que ya nos enseñara el director de cine George A. Romero en sus películas. Tiempo después de esas películas, el fenómeno zombie cayó en el olvido para volver a levantarse, como sólo lo haría un muerto viviente, para pegarnos a las páginas de los cómics y pedir con ansias más y más de un género que creíamos olvidado. En realidad, si alguien tuviera que pedirme una opinión firme al respecto, una opinión como la que vierto aquí en esta reseña, diría que en “Los muertos vivientes” los personajes principales no son los zombies, sino los humanos, y que aquellos no son otra cosa que la excusa perfecta para que el ser humano se enfrente a él mismo, y se mire en un espejo imaginario, poniéndole en evidencia sus carencias, y situándole bajo las cuerdas de una supervivencia que nadie sabrá si será posible. Pero si habláramos de este primer volumen que tengo entre manos, hablaríamos de una introducción casi diría que de 10 de unos personajes que, en los próximos volúmenes, nos acompañaran como si fueran familiares a los que buscamos desesperadamente en un viaje que es un puñetero caos. Esto es una batalla, pero no contra zombies (aunque los haya), sino una batalla interna del propio ser humano por sobrevivir a él mismo.

Pero  Robert Kirkman sabe perfectamente cuál es la dosis que debe darnos a los lectores para que necesitemos esperar al siguiente volumen. Las historias clásicas de muertos vivientes bebían de muchas fuentes y de contextos históricos que hacían, precisamente por eso, mucho más aterradoras las historias que nos contaban. En este caso, en un mundo en quiebra, en un mundo en una continua caída, se hace mucho más patente que lo que nos cuenta “Los muertos vivientes” puede tratarse de una metáfora perfecta de lo que la sociedad del caos y el terror que vivimos hoy en día nos ofrece: ni más ni menos que la supervivencia de las personas en un mundo que pretende comerles y convertirles en aquellos zombies, muertos vivientes, o como queramos llamarlos, que buscan la sangre y la carne humana con todo su ser. Pero si para algunos de vosotros os parece exagerado esta disertación que acabo de hacer, os diré simplemente que es también puro divertimento, que es de esas lecturas que devuelven el terror al puesto del que nunca debería haber caído, y que nos trae a los amantes de las historias de zombies, la vuelta a una forma clásica de contar estas historias, mucho más allá de los efectos especiales y de las nuevas formas de contar que priman precisamente eso a la intimidad que es, paradójicamente, lo que más miedo da en todo este entramado de terror y violencia.

Los muertos vivientes” es una serie que permanecerá en nuestra retina y que ha subido a la categoría de culto gracias, en parte, a su adaptación. Pero no se engañen, el cómic es mucho mejor, es cien veces mejor, y todo aquel que quiera más, que venga, que abra este volumen, y si después se queda con ganas, siga leyendo.

2 comentarios en «Los muertos vivientes 1»

  1. Ya había oído antes que el cómic le da mil vueltas a la serie. La serie tiene demasiados altibajos desde mi punto de vista. Más de una vez me pondría del lado de los muertos vivientes. Pero he de reconocer que, escenas de zombies aparte, me gana cuando, como dices que ocurre en el cómic, se pone en juego la humanidad de los personajes y se evidencian todas sus carencias y defectos.

    Así que le voy a dar a una oportunidad al cómic. Cualquiera le dice que no después de leer tu reseña, genial por cierto 😉

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    • La serie yo no pude ver más allá de la primera temporada. Y viendo lo que he visto en el cómic, desde luego que NO tiene nada que ver con él. Así que dale una oportunidad Marta, o varias, porque yo, desde ya digo que esta colección es de obligada reseña!

      Saludos! (y gracias por tus palabras)

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