La última noche de Víctor Ros

La última noche de Víctor Ros, de Jerónimo Tristante

La última noche de Víctor RosPor cuarta vez en poco más de tres años, vuelvo a cruzarme con el detective Víctor Ros. Este joven personaje, creación del escritor murciano Jerónimo Tristante, forma parte de un lugar privilegiado dentro de mi biblioteca. En mayo reseñaba en el blog el tercer libro de la saga, “El enigma de la calle Calabria”, y hoy os traigo el último de la misma, con un título más que sugerente, “La última noche de Víctor Ros”.

Es probable que los muchos seguidores con los que cuenta la saga se hayan llevado un buen susto al ver el título de la última de sus aventuras. ¿Será la última noche el final de Víctor Ros? ¿Será alguien capaz de tener más astucia que el personaje de Jerónimo Tristante? No seré yo el que os desvele el resultado final, pero si seré el que os anime a leer tanto esta como las otras tres aventuras anteriores, que rememoran el gusto por las viejas novelas folletinescas y de detectives, tan de moda a finales del Siglo XIX, etapa en la que también ejerce su trabajo Víctor Ros.

En esta cuarta entrega la ciudad elegida es Oviedo, a donde Víctor viajará para resolver el asesinato de Ramón Férez. Si por algo destacan las novelas de Jerónimo Tristante, además de por su personaje principal, es por la reconstrucción e importancia que le da el escritor a las ciudades donde discurre a trama. Tras Madrid, Córdoba y Barcelona, llegamos la capital asturiana, una ciudad señorial con un casco histórico lleno de encanto.

Allí, como no se cansan de repetir en los libros del autor, tuvo lugar uno de los acontecimientos más importantes en la carrera de Víctor Ros, cuando en su etapa de policía consiguió infiltrarse y desactivar una célula radical, consiguiendo el ascenso a subinspector. Este hecho mantiene en tensión a Víctor, que sabe que su visita a la ciudad removerá partes de su pasado que pensaba olvidadas.

Tras varias aventuras, el detective Víctor Ros abandona la policía y actualmente trabaja en un bufete propio, a sabiendas que su éxito y su astucia le proporciona casos suficientes para trabajar sin ataduras. Además, ahora cuenta con la ayuda de Eduardo, su hijo adoptado, que parece tener una mente tan privilegiada para el misterio como la de su padre. En “La última noche de Víctor Ros” nos encontramos con un detective mucho más confiado, incluso altivo y arrogante. Lejos queda aquel Víctor Ros que luchaba por los más desfavorecidos cuando le conocimos resolviendo el “Misterio de la casa Aranda”.

Pese a ello, es imposible no caer rendido a sus encantos. Ver (o leer, en este caso) en acción a Víctor Ros deja con la boca abierta a cualquiera, y en esta cuarta entrega, la aparición nuevamente de Beatriz Miranda hará a Víctor emplearse a fondo, pues el caso es más enrevesado de lo que se puede llegar a creer.

La parte más destacable de la novela, aparte de la resolución del caso, está en conocer un poco más sobre los acontecimientos previos a la primera novela de la saga, cuyos muchos interrogantes, lanzados en todos sus libros, son paulatinamente desvelados en “La última noche de Víctor Ros”, donde el pasado y el presente del detective se encuentran, formando un cóctel explosivo.

Aunque a la novela le falta la frescura que tenían los primeros libros de la saga, la lectura de “La última noche de Víctor Ros” sigue siendo un placer para los sentidos. Eso sí, no seré yo quien os diga si la profecía del título es cierta o no. Tendréis que descubrirlo vosotros mismos. Y si todavía no conocéis a Víctor Ros, seguro que en pocos meses oiréis hablar mucho de él, pues ya está en marcha la idea de rodar una miniserie para TV con sus aventuras. Sin duda una gran noticia para todos los que “le conocemos”.

@malagonc cesar@librosyliteratura.es

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