Los niños del otro lado: primer ciclo

Los niños del otro lado: primer ciclo, de Nykko y Bannister

Los niños del otro ladoEl género de aventuras tuvo su máximo exponente en el cine con una película para niños que, aún hoy en día, marcó el camino de muchos adultos. Se trataba de Los Goonies que nos hizo despertar del letargo que las películas de Disney nos había metido entre el cerebro y nuestro pequeño cuerpo. Puede que no tenga nada que ver, pero recuerdo que hace unos años, mientras leía algunos libros de mi biblioteca particular, pensaba en esa película como la antecesora perfecta de muchas de las historias que tiempo después empecé a leer. Libros de aventuras, libros de niños que juntos se enfrentaban a peligros inimaginables. Y hete aquí que, después de muchos libros leídos, me encuentro con un cómic, con una novela gráfica, que nos hace respirar el aroma de aquella aventura cinematográfica, mezclando magia y aventuras, y en la que me dispongo a introducirme como si recuperara aquellos años dorados en los que el puro divertimento era un objeto valioso y no teníamos que rebuscar demasiado para encontrarnos con buenas historias. No me equivoco al decir, que “Los niños del otro lado” es una excelente obra, un perfecto espacio para dejar que la imaginación vuele y nos encontremos, a través de un portal abierto, con un mundo que desconocíamos… o quizá no tanto.

¿Qué es lo que encuentran estos niños al otro lado? Tendréis que descubrirlo más adelante…

 

Cuando se empieza a leer “Los niños del otro lado” nos damos cuenta que algo va a suceder, de que algo está esperando a los protagonistas en una casa abandonada, aguardando a que ellos lo encuentren y caigan para hacernos vivir la aventura en la que nos vamos a embarcar. Y quizá por eso yo he disfrutado tanto de este cómic, de esta novela gráfica, porque cuando yo era niño recuerdo una tarde en la que, aburrido junto a mis amigos, visité una casa en ruinas y me encontré buscando el secreto que debía hallarse en su interior. Por supuesto no encontramos más que polvo acumulado, y algún que otro rasguño con maderas sueltas, pero nosotros vivimos una de las mejores aventuras que recuerdo. Y este relato de niños que encuentran un mundo mágico, más allá de nuestra realidad, me ha hecho unir las dos edades, la infancia y la mayoría de edad, y querer saber más de una historia que, en los siguientes tomos que siguen a este primero, descubrirán algunos huecos que se han quedado vacíos en esta primera entrega. Y que un lector se quede ávido de historias se quede con ganas de más, de mucho más, de querer entender quién es ese hombre oscuro que les persigue a través de todo el reino, qué tiene en común con una de las niñas, y quiénes son esos otros niños que, a lomos de dragones, salvan a nuestros protagonistas de situaciones desesperadas, eso es algo que pocas veces me ha sucedido en sagas o series. Así que démosle todos un punto a Dibbuks por traernos a nuestras manos algo semejante.

Si pensáramos en todas aquellas historias que se cruzan en nuestro camino y que después olvidamos, puede que nos diéramos cuenta de el tiempo que ha pasado volando rápido y ante el que ni siquiera hemos sido consciente de no estar disfrutando tanto como nos gustaría. Pero esto no sucede con la historia de dos autores, Nykko y Bannister, que nos sumergen de lleno en un viaje a otro mundo y que nos recuerda a aquellas viejas historias para niños y jóvenes que vivían en busca de aventuras para encontrar un tesoro escondido, para encontrar la verdad del pasado de uno de sus protagonistas, o para encontrar algún objeto mágico que les ayudara en su lucha contra el Mal. Y así es como, después de unas cuantas páginas donde el peligro acecha por los cuatro costados, “Los niños del otro lado” termina con una imagen, con un dibujo que nos mantiene en vilo hasta el segundo tomo, en el que me dispongo a sumergirme cuando esta reseña esté terminada, porque no puedo esperar a mañana, qué va. No puedo dejar de pensar en quién será aquél que les persigue, en por qué ese mundo tiene dragones y las sombras acechan para impedir el viaje de vuelta a los protagonistas del otro lado.

¿Quién es el que dijo que el género de aventuras había muerto? No lo sé, pero a aquel que vuelva a decirlo, yo le diré que ¡larga vida a historias como esta, a historias que nos lo hace pasar bien, a historias que nos hacen disfrutar, a historias que nos hacen… reencontrarnos con el niño que llevamos dentro!

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