Os preguntaréis que qué hago leyendo esta clase de libros. Lo mismo me he preguntado yo, tranquilos. No sé qué mecanismo se activa en mi cerebro para decidirme por esta clase de lecturas. Después de pensarlo un rato y fumarme algún que otro cigarro (lo cual casa regular con la colección de la editorial Herder en la que está publicado este libro: Gimbernat Salud) creo que he llegado a una conclusión. Leo esta clase de libros porque Woody Allen aún no me ha descubierto. No me digáis que con mi hipocondría, mis crisis existenciales y mi ansiedad a esta tierna edad mía no podría ser la protagonista de cualquiera de sus películas. En fin, mientras espero a pegar el pelotazo en el mundo del cine, os seguiré hablando de este libro.
Si hay algún otro hipocondríaco en la sala entenderá perfectamente esas sensaciones. Sí, el título del libro es rotundo. Y si no, estoy completamente segura de que alguna vez habéis sentido miedo ante la muerte, la ajena o la vuestra. Venga ya, ¿es que no os corre sangre por las venas? Es una sensación totalmente normal, no os preocupéis. Sin muerte no hay vida y a nosotros, oh humanos, creyéndonos tan inmortales, nos sigue acojonando la idea de que algún día dejaremos de existir. Nada nuevo, a nuestros antepasados más prehistóricos ya les ocurría lo mismo, no os vayáis a creer. Freud decía, como podemos leer en el libro, que “en el inconsciente, cada uno de nosotros está convencido de su inmortalidad”.
En realidad tememos a la muerte por desconocimiento. Es lógico. Lo que no se conoce asusta. Tememos a la muerte porque no sabemos cómo explicar nuestra existencia. Además, ¿cómo no vamos a temer algo que asociamos con la tristeza y el dolor?
En Miedo y ansiedad ante la muerte, Joaquín Tomás-Sábado, realiza una aproximación conceptual sobre la muerte, nos habla de los factores relacionados y los instrumentos de evaluación ante el miedo y la ansiedad. El autor es una inminencia en estos asuntos. Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, doctor en Psicología y diplomado en Enfermería, ejerce como profesor en la Escuela de Enfermería Gimbernat. Autor también de numerosos artículos, últimamente su labor investigadora se ha centrado en la actitud y los cuidados al final de la vida. El libro que nos ocupa está principalmente dirigido al personal sanitario y a todos aquellos que han de tratar con enfermos, sobre todo en cuidados paliativos. (Sí, otro punto para mí en el casting de Woody Allen, que sin tener yo ninguna relación con la rama sanitaria me aventuro a leer este libro).
Aunque principalmente el libro esté dirigido a personas que trabajan con enfermos, y personas que han de lidiar con la muerte todos los días de forma natural, el libro también puede leerlo cualquiera. Sobre todo porque trata la ansiedad y el miedo desde diversos enfoques y teorías y la verdad es que se puede aprender mucho. Como que “la ansiedad ante la muerte (según Klein) es la base fundamental de toda ansiedad humana, afirmando que los trastornos paranoides surgen como producto del miedo a la desintegración y a la destrucción.” Que no, que nuestra mente humana no acepta la no-existencia.
Aprendemos también gracias al libro que existen una serie de variables relacionadas con el miedo y la ansiedad ante la muerte que condicionan los resultados. Entre ellas: la edad, el género (interesante descubrir que las mujeres suelen presentar grados de ansiedad más elevados que los hombres), la religiosidad, el estado de salud, la ocupación y la educación sobre la muerte.
A partir de estas variables se han desarrollado numerosos instrumentos de evaluación, entre los cuales, los más conocidos son el DAS (Escala de Ansiedad ante la Muerte) y el DAI (Inventario de Ansiedad ante la Muerte). En el libro podemos encontrar muestras de estos sistemas. Yo por si acaso no los hago, no vaya a confirmar que estoy peor de lo que pensaba.
En definitiva, Miedo y ansiedad ante la muerte no es un libro de autoayuda (género del que huyo como de la peste). Es un libro escrito, como ya he dicho, para gente que trabaja a diario con la muerte. Pero también es un libro para curiosos, un libro con el que aprender.
Y ahora, si me disculpan, he de atender una llamada. Creo que es Woody Allen, ya os contaré.
Gracias, Victoria. Me han encantado tus comentarios.
Joaquín
¡Muchísimas gracias a ti, Joaquín!
Ha sido una lectura realmente interesante.
Un saludo y gracias.