Nina: diario de una adolescente

Nina: diario de una adolescente, de Agustina Guerrero

ninaLa adolescencia. Esa gran edad en el que tienes las ideas muy claras, te gusta siempre lo mismo, tú sabes quien eres, haces caso a todo el mundo, y te enamoras de una persona y ya está, no hay más sentimiento que valga. ¿Os suena? A mí tampoco, pero ¿para qué se quiere tener las ideas claras cuando te estás abriendo al mundo?, ¿para qué te va a gustar siempre lo mismo cuando hay un montón de posibilidades ahí fuera?, ¿para qué vas a saber quién eres cuando todavía te queda mucho por vivir?, y ¿para qué enamorarse sólo de una persona cuando, seamos claros, ni tú mismo sabes lo que sientes?. Que todos hemos vivido la adolescencia de una manera diferente, está más que claro. Que a todos nos han pasado por la cabeza las mismas dudas, es algo que, para bien o para mal, es irrefutable. Y lo que es más claro todavía es que, después de mirar “Nina” con ojos de adulto que echa un poco de menos aquella época, mis vecinos me han mirado con cara rara al salir de la calle. ¿Que por qué? Porque las carcajadas, darte cuenta que aquello que aparece tú ya lo has vivido, y ver que las tonterías que te hace hacer la edad son universales, no tiene precio. Y es que el sentido del humor es gratis, amigos, y eso no hay nadie que pueda discutírmelo.

Nina es una adolescente que no sabe lo que quiere. Pero, ¿para qué? A través de imágenes conoceremos su mundo, lo que le gusta, lo que no le gusta, el chico del que está enamorada, su familia, para acabar dándonos cuenta que el mundo de la adolescencia es el mismo caos para todos. Aunque, desde luego, el mismo caos divertido.

 

El mundo de la adolescencia se ha visto retratado, en innumerables ocasiones, en obras con mayor o menos repercusión. Quizá uno de los errores principales de ese acercamiento ha sido hacerlo desde el punto de vista trágico que se asocia siempre a esa edad por la que muchos de nosotros hemos pasado. ¿Qué sucede cuando se ve al adolescente desde el punto de vista del humor? Pues que aparece “Nina” una chica como la que te puedes cruzar hoy en día por la calle, con la que recorres una edad que para algunos fue un caos, pero que trajo consigo muchas cosas buenas. Sí, lo reconozco, me he reído como nunca con este libro porque, a pesar de su corta extensión, retrata tan bien lo que hemos vivido, lo que hemos sentido, lo que nos ha pasado (y nos pasa todavía, no os engañéis) por la cabeza y por el corazón, que sorprende que no se haya escrito antes. Risas, sonrisas, carcajadas ante algunas viñetas, y un buen rollo increíble envuelven a estas historietas de adolescentes, de lo que fuimos y lo que seremos siempre: unos cabralocas de cuidado.

Agustina Guerrero es una desconocida para mí. Quiero saber más de ella. Y quiero saber más porque me ha gustado su libro, porque me ha parecido uno de esos regalos que, de vez en cuando, aparecen sin avisar, cuando tú te imaginabas que iba a ser otra cosa bien distinta. Y esos juegos de la suerte es lo que hace falta hoy en día. Sentido del humor señores, lo que viene siendo reírse de nosotros mismos por encima de todo, y saber que aunque la adolescencia parezca una gripe de estas cojoneras, se pasa como todo, con tiempo, con esfuerzo (nadie dijo que fuera fácil, y quien lo dijo, nos estaba mintiendo descaradamente) y con una dosis de estilo (nunca hay que perder la compostura por mucho que lo hayan intentado). Ser adolescente no es fácil, pero ¿quién dijo que no podía ser divertido? “Nina” lo es, y eso es algo que, nadie que coja este libro, me podrá negra.

Pensad en la adolescencia por un momento. ¿Qué os viene a la cabeza? A mí, babear en secreto por la persona que me gustaba, viajes hormonales que me hacían cambiar de estado de ánimo constantemente, oposición a mis padres (en realidad, a todo el mundo que no fuera yo), querer a mis amigos por encima de todo, y esperar un mensaje que no llegaba nunca. Agustina Guerrero me ha hecho acordarme de esto y mucho más, pero eso es algo demasiado íntimo para contar en una reseña. ¿Queréis saber más de lo que os espera? Pues haceos con este libro, leedlo detenidamente o rápidamente, como yo lo he hecho, y después me contáis si la adolescencia no es todo esto y si no merecería la pena volver a vivirla, con todo lo que sabemos ahora (no es cuestión de ser masocas tampoco, ¿no?)

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