A ver cómo me enfrento yo a esta reseña, porque la novela de la que quiero hablaros es una novela bastante rara de esas que tienen algo que me gusta, pero que no sé muy bien explicar ni cómo ni por qué. Será mejor que empiece desde el principio.
El placer del amor fue publicado por primera vez hace más de veinticinco años y está considerado como un clásico. Este libro fue la primera novela del autor Alain de Botton, a la que le siguieron otras como Las consolaciones de la filosofía, Cómo cambiar tu vida con Proust, La arquitectura de la felicidad y La fatiga del amor. Como veis, Alain de Botton suele unir amor y filosofía en su escritura. Actualmente colabora en un canal de televisión británico en programas de divulgación. El tipo es un crack de la filosofía y se nota su pasión por ésta en sus novelas.
El libro del que os hablo hoy, El placer del amor, mezcla perfectamente filosofía y amor en sus páginas. Dicen de él que es “un compendio de humor y sabiduría, una novela provocadora (…) que no ha perdido un ápice de actualidad.” Y la verdad es que tengo que dar la razón en todo. Veinticinco años después, la forma en la que se trata el amor en este libro sigue estando de total actualidad.
Si tuviera que explicaros en pocas palabras de qué va el libro, creo que lo más fácil sería deciros que esta novela trata sobre una relación de amor narrada por Woody Allen en cualquiera de sus películas. Y creo que con eso me entenderíais, ¿no? A quienes nos gusta este director estamos acostumbrados a que nos narre relaciones amorosas analizadas desde todos los puntos de vista, sobre todo el neurótico y filosófico. Pues algo así es El placer del amor, solo que sin tanta neurosis (si eso es posible en el amor).
Un día cualquiera, un hombre cualquiera conoce en vuelo entre París a Londres a Chloe, su compañera de asiento en el avión. Desde ese momento, él ya sabe que ella es la mujer de su vida. A partir de ahí, viene lo normal en todas las relaciones: la primera cita, la primera cena juntos, la primera noche que se acuestan, etc.
Pero, por supuesto, también viene todo lo demás. Tras esos primeros momentos juntos, viene la otra cara del amor. Las discusiones por nimiedades, la monotonía, los celos. Y todo narrado desde ese prisma filosófico que os comentaba. Un verdadero análisis de las relaciones amorosas desde el punto de vista de la filosofía y los grandes intelectuales de la historia de los que el autor se vale para ir desgranando esta relación.
El placer del amor no es un libro cualquiera, esto está claro. Tampoco es un libro para todos los públicos. Creo que es más un libro para pensadores, curiosos e inquietos, para filósofos y amantes del amor y Woody Allen. Si ese es tu caso, entonces esto libro te encantará. A mí me ha fascinado.